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Mientras leía un libro había unos ojos color miel mirándolo amenazante, aun sin voltear el castaño sabía de quien se trataba; 3... 2... 1... Una voz imponente y furiosa empezó a gritar frente al escritorio donde Dazai pisaba sus piernas mientras leía un libro. Era Kunikida.

-¡Dazai, deja de holgazanear, deberías estar haciendo los informes de hoy!- Exclamó Kunikida con una expresión molesta-

El castaño levanto la vista con una sonrisa infantil, estaba apunto de decir una tontería.

-¡Ayayayayyy, Kunikida, no grites asiiií, hay médicos que dice que salen arrugas de tanto gritar!

Kunikida frunció el seño dudoso de lo que dijo Dazai, sacó su cuaderno y cuestionó;

-¿Enserió?

Dazai sonrió y se sentó, retirando las piernas del escritorio, posteriormente respondió.

-Oh, sí Kunikida, ¿No lo sabías? ¡Anotalo, anotalo!

Exclamó, Dazai. Kunikida empezó a anotar en su cuaderno

-Los médicos... Dicen que salen arrugas si....

El de ojos color avellana desvío la mirada y dijo en voz alta:

-No hablaba enserio.

Kunikida en un arranque de enojo rompió la pluma qué sostenía, posteriormente se dirigió a Dazai agresivamente sosteniendolo del cuello de la camisa.

-¡No tengo tiempo para tonterías, Dazai, deja de bromear y ve a hacer los informes!

-¡Ayayayayayayyyy, voy a hacerlos pero calmate, Kunikida!

El rubio se sorprendió cuando Dazai accedió a hacer su trabajo, era algo muy raro en el, ¿Acaso tanto pegarle con cuadernos en la cabeza le había dañado algo?, eso no importaba, al menos haría su trabajo por una vez en su vida. Solto al de ojos color avellana y cuestionó

-¿Enserió?

-Claro, Kunikida-kun, ¿Por qué no lo haría?

-En ese caso, ya me voy, también tengo trabajo que hacer, ¡esfuérzate haciendo los informes de hoy!

El castaño fingió escribir los informes y justo cuando los pasos de Kunikida dejaron de oirse, Dazai tomo su libro y salió por la puerta trasera para escapar de hacer su trabajo, era obvio que no cumpliría con los informes. Cuando salió se preguntó, ¿A donde iría?
Decidió pasear por la plaza para comprar algunos vendajes, ya le hacían falta, además, hoy estaban en rebaja.

Empezó a pasearse observando los locales y de repente, posó su vista en una tienda, en el mostrador había sombreros, al verlos no pudo evitar pensar en alguien; Chuuya. Esos sombreros de mal gusto solo los usaría esa babosa, decidió acercarse al local para reírse un poco y pensar como reaccionaria el pelirrojo al ver los sombreros.- Obviamente los compraría todos- Pensó en voz alta. Poco después se aburrió de burlarse de los sombreros y recordó para que había venido a la plaza; por vendajes. Justo cuando estaba apunto de dar media vuelta, se escucho la puerta del local abrirse. Un pelirrojo era el que había salido, cuando observó bien, parpadeo dos veces para saber si realmente esa babosa estaba ahí o solo era su imaginación, efectivamente, era Chuuya, cuando lo vio salir, el castaño no pudo evitar reírse.

Esto llamó la atención del pelirrojo, levantó la mirada y... ¡Mierda! ¡¿Qué hacía ese maldito bastardo ahí?! La risa del castaño seguía fastidiandolo, de repente "inconscientemente" (fue adrede) le tiro un puñetazo al estómago de el desperdicio de vendajes.

El de ojos color avellana se abrazo a sí mismo y protesto

-¡Ayayayayyy, pero que agresividad, Chuuya! ¡¿acaso quieres matarme?!

hilo rojo // soukoku //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora