IV

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.|•¿Por qué?•|.


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Todo esto es raro.

Estos días no he dejado de pensar en la carta, en lo bonito que se siente que alguien piensa esas cosas de tí. Guarde el papel en un lugar privado y miento si digo que no lo leo a veces.

Hoy tuve esa sensación de querer ir bien arreglado, era una reunión con el Patrón, vería a Kanroji y aunque me niegue a aceptarlo tal vez el cazador extraño me vea y me gusta la idea de que piense esas cosas vergonzosas cuando lo hace.

Me gusta la sensación de gustarle a alguien, aún cuando esa persona no me gusta.

Mi atención está puesta en Kanroji, en su personalidad amable y las hermosas expresiones que hace al hablar. Se está divirtiendo.

La forma en la que sonríe y con sus manos se tapa la boca o se ve tan feliz de hablar conmigo, me hace sentir enamorado pero ahora, en esta reunión me hizo pensar otra cosa.

¿Ese cazador extraño será como Kanroji?

Mi propia mente divagó mientras ella hablaba, cuando volví en mí me quedé callado y nervioso por pensar en como sería, en la sensación que me causaría poder ver al escritor por primera vez.

—¡Iguro, estás rojo!

Exclamó Kanroji y yo me puse aún más rojo, solté una risa nerviosa y ella rió conmigo por el sonrojo tan estúpido que me cuesta quitar de mi cara.

Otra vez dejamos de hablar, ella se concentro en el Patrón cuando escucho su nombre y yo volví a concentrarme mí. Un sentimiento tan extraño se acentuaba cuando pensaba en la misteriosa identidad, sobre todo por aquella pregunta repentina.

¿Cómo será?

Mi sonrojo no se quitaba por más que intentará calmarme con todas mis fuerzas, eso hasta que escuche a Uzui exclamar algo. Después mire a mis dos lados y Kanroji y él estaban hablando sobre la misión, ambos irían.

Me enfade con eso, ¿por qué él y yo no? Me sentí aún peor cuando ambos hablaban alegremente y yo estaba en medio, escuchando todo sin ser capaz de seguir la conversación. No es como que deba interferir, no tengo potestad ni el derecho de hacerlo pero aún así me siento celoso.

Me moleste aún más cuando Uzui  puso su enorme mano en mi cabeza y me desarreglo el cabello, como si fuese un niño pequeño como para soportar ese trato. Lo mire enfadado y seguí en lo mío, refunfuñando maldiciones silenciosas entre dientes.

Me decepcionaría mucho si ese cazador es como Uzui, no es como si me importará, al final del día lo rechazare. Pero me molestaría, sería una pésima sorpresa.

—¿A caso llamaste a Iguro, Tomioka?

¿Qué?

Mire a ese tonto.

Él no cambio de expresión, en realidad no hizo ningún sonido. Parecía que iba a ignorar de manera muy irrespetuosa la pregunta de Himejima.

—No, jamás lo llamaría.

¡Maldito arrogante!

Se fue sin siquiera despedirse.

•-Muriendo de amor-•GiyuOba•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora