Cap. 9

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"Quiero ahogarme en tus labios, susurrarte con palabras mudas el deseo que siento por ser parte de ti y ahora… No quiero despertar"

...

Becky Pov

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Becky Pov.

Me despierto lentamente, por fases.

Primero, siento el cosquilleo del pelo en la cara, después, el calor del sol en el brazo que tengo destapado.

Por un momento, mi mente está flotando en ese limbo suave y cómodo entre el sueño y el insomnio, entre el sueño y la realidad.

Mantengo los ojos cerrados, sin querer despertar del todo, porque la sensación es muy agradable.
Ahora me doy cuenta de que huele a tortitas, olor que proviene de la cocina.

Mis labios se curvan y sonrío. Es fin de semana y mamá quiere darnos de nuevo un capricho. Solo hace tortitas en ocasiones especiales y a veces porque le da por ahí.
El pelo me vuelve a hacer cosquillas y sin ganas muevo el brazo para quitármelo de la cara. Ya estoy más despierta y el calor que sentía se disipa y lo sustituye el miedo constante e intenso.

«No, por favor, que sea un sueño. Por favor, que sea una pesadilla». Abro los ojos.

No es un sueño. Sigue oliendo a tortitas, pero no puede ser mamá quien las esté haciendo.

Estoy en una isla en mitad del Pacífico, secuestrada por una mujer que obtiene placer haciéndome daño.
Me estiro con cuidado y me examino el cuerpo. Excepto un ligero dolor en el trasero, parece que estoy bien. Anoche solo me obligó una vez, lo que agradezco.

Me levanto, camino desnuda hacia el espejo y me miro la espalda.

Tengo unos moretones apenas visibles, nada grave. Mañana habrán desaparecido por completo.

Después de todo, parece que he sobrevivido a otra noche la cama de mi secuestradora.
Cuando me lavo los dientes, pienso en anoche. La cena, el estúpido plan de seducirla, la sensación de traición por lo que hace ella...

No puedo creer que haya empezado a confiar en ella, aunque solo sea un poco. Las mujeres normales no secuestran a las chicas en el parque, ni las drogan ni las traen a una isla privada. Las mujeres les gusta el sexo
consentido y normal no secuestran a una mujer.

No, Freen no es normal. Es un bicho raro que le gusta el control sadomasoquista. Que aún no me haya hecho demasiado daño no implica nada. Es solo cuestión de tiempo que me haga algo horrible.

Tengo que escapar antes de que ocurra y no tengo tiempo para seducirla. Es demasiado peligrosa e impredecible.

Necesito encontrar una manera de salir de la isla.

Después de darme una ducha rápida y lavarme los dientes, bajo desayunar. Nam debe de haber estado en mi habitación porque ha preparado otro conjunto de ropa limpia: un bañador, unas chanclas y un
vestido.

Rosas y cenizas [freenbecky]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora