♥︎┆Quiero Ser Tuyo┆♡『Zosan』

‧₊˚🖇️8: 𝐸𝑛𝑎𝑚𝑜𝑟𝑎𝑛𝑑𝑜𝑛𝑜𝑠 𝑝𝑎𝑟𝑡¹✩

Al día siguiente, Zoro despertó con un extraño nudo en el pecho. La noche anterior, en la fiesta en casa de Luffy, él y Sanji habían compartido un momento que no podía quitarse de la cabeza. ¿Qué demonios le pasaba? Desde el primer cruce de miradas con el rubio, algo había cambiado. Aunque ninguno lo entendiera del todo, no eran solo amigos. Había algo más profundo en la forma en que se miraban, algo que les hacía sentir vivos y al mismo tiempo confundidos.

Para despejarse, Zoro se encerró en su pequeño gimnasio en casa. Levantó pesas, corrió en la cinta y golpeó el saco de boxeo con más fuerza de la necesaria. Sin embargo, nada lograba distraerlo de los recuerdos de la noche anterior: la risa de Sanji, sus ojos iluminados bajo las luces, el calor de su cercanía… y esa extraña sensación en el pecho cada vez que pensaba en él.

—Maldita sea —murmuró, deteniéndose para secarse el sudor con una toalla.

Por más que lo intentara, Sanji seguía apareciendo en su cabeza, desordenándolo todo. ¿Qué era esto? ¿Por qué se sentía así? Con un suspiro, decidió dejar de darle vueltas al asunto. Se dirigió a su habitación, tomó su celular y buscó el contacto del rubio. Su nombre estaba en los primeros de la lista, como si de alguna manera siempre estuviera al alcance.

Zoro sintió un leve temblor en las manos y su corazón martillando en el pecho. A pesar de la inseguridad que lo invadía, escribió:

"Oe, cejillas. ¿Cómo estás? Sé que es pronto después de ayer, pero… quería saber si quieres salir al parque conmigo. Solos, sin mis molestos amigos. Claro, si tú quieres."

El mensaje fue enviado antes de que pudiera arrepentirse. Se dejó caer en la cama, fijando la vista en el techo mientras esperaba una respuesta. ¿Y si lo rechazaba? Se llevó una mano al rostro, arrepintiéndose de haber sido tan impulsivo.

Sin embargo, el sonido del celular vibrando lo sacó de sus pensamientos. Se incorporó rápidamente, su pulso acelerándose mientras desbloqueaba la pantalla.

Sanji: Me encantaría, marimo. 😄

Zoro no pudo evitar sonreír. Su pecho se llenó de un alivio que no sabía que necesitaba.

‧₊˚🖇️✩

El aire fresco de noviembre traía consigo un aroma a hojas secas y tierra húmeda. El sol apenas se asomaba entre las nubes, tiñendo el cielo de un tono grisáceo que parecía encajar perfectamente con la estación. La brisa soplaba suavemente, lo suficiente para erizar la piel pero no para ser incómoda.

Zoro, que esperaba bajo un árbol, levantó la mirada al escuchar pasos acercándose. Era Sanji, vistiendo ropa casual pero, como siempre, impecable.

—Llegas justo a tiempo, cejillas.

Sanji sonrió mientras se acercaba, sus manos enterradas en los bolsillos de su chaqueta.

—Siempre puntual, marimo. ¿Vamos?

Ambos comenzaron a caminar por el parque, el ambiente cargado de una tranquilidad incómoda. Ninguno sabía exactamente qué decir, aunque ambos querían hablar.

Finalmente, Sanji rompió el silencio:

—¿Entonces, qué te hizo invitarme? No es tu estilo, ¿o me equivoco?

Zoro frunció el ceño, desviando la mirada.

—Simplemente pensé que sería más tranquilo sin que alguien aparezca a interrumpirnos cada dos minutos.

Sanji rió por lo bajo.

—¿Así que te molesta que tus amigos te roben mi atención?

—¡No es eso! —gruñó Zoro, aunque el leve rubor en sus mejillas lo delataba.

Sanji, en lugar de molestarse, decidió disfrutar del momento. La conversación fluyó entre bromas y pequeñas discusiones, hasta que se sentaron bajo un árbol. El rubio parecía más relajado, y eso le permitió a Zoro sacar algo que llevaba rato pensando.

—Cejillas, ¿quieres escuchar música?

Sanji lo miró con una mezcla de curiosidad y burla.

—¿Tú? ¿Música? Seguro tienes un pésimo gusto.

Zoro le lanzó una mirada fulminante, pero aún así sacó su celular y los audífonos. Cuando comenzó a sonar la canción, Sanji se quedó helado.

—¿Stay with me?

Zoro asintió, algo incómodo.

—Sí. ¿Qué pasa?

Sanji se recostó contra el árbol, una sonrisa asomándose en sus labios.

—Es mi canción favorita.

Zoro lo miró sorprendido.

—La mía también.

Ambos compartieron una mirada que no necesitó palabras. En ese momento, algo en el aire cambió. Mientras escuchaban, Sanji, casi sin darse cuenta, recostó su cabeza sobre el hombro de Zoro.

Zoro se tensó al principio, sorprendido por el gesto, pero pronto sintió cómo el peso del rubio lo calmaba. Una pequeña sonrisa se formó en sus labios, y aunque su corazón latía con fuerza, no se movió.

Sanji cerró los ojos, dejándose llevar por la música y la comodidad de estar tan cerca del peli-verde. La brisa fresca del parque, los sonidos lejanos de las risas y pasos, todo se desvaneció en ese instante.

Zoro miró de reojo al rubio, notando lo tranquilo que parecía. Lentamente, sin pensarlo demasiado, apoyó su cabeza sobre la de Sanji, cerrando los ojos también. En ese momento, nada más importaba.

Ambos quedaron allí, envueltos en un silencio que no necesitaba palabras, compartiendo algo más profundo de lo que cualquiera podría entender.

‧₊˚🖇️✩

Algo corto pero bonito. (≡^∇^≡)