‧₊˚🖇️9: 𝐵𝑎𝑗𝑜 𝑒𝑙 𝑐𝑖𝑒𝑙𝑜 𝑛𝑜𝑐𝑡𝑢𝑟𝑛𝑜✩

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Narrador: Sanji
‧₊˚🖇️✩

9:47 pm

Cuando desperté, lo primero que sentí fue el calor de su cuerpo. Mi cabeza estaba apoyada sobre el hombro del marimo, y la suya descansaba suavemente sobre la mía.

Me tomó unos segundos procesar la escena, y cuando lo hice, el calor subió a mis mejillas. Mentiría si dijera que no me sentí extraño. Había algo raro en esa cercanía, algo que no lograba identificar, pero decidí no pensar demasiado en ello.

La música seguía sonando en un volumen bajo, creando una atmósfera tranquila. Reconocí la melodía: "As It Was" de Harry Styles. Era relajante, casi como si alguien hubiera elegido esa canción a propósito para este momento.

Entonces, me di cuenta de algo que no había notado antes: ya era de noche. El cielo, oscuro y profundo, estaba salpicado de estrellas. Aunque sabía que debía regresar, porque seguramente el viejo decrépito andaba buscándome como loco, no quería moverme. No quería arruinar ese momento. Era cómodo estar así con él… aunque nunca lo admitiría en voz alta.

Decidí quedarme un poco más. Cerré los ojos, disfrutando del silencio y la calidez de su cercanía, hasta que sentí un leve movimiento. Parecía que él también estaba despertando.

Narrador: normal

—¿Cuánto dormimos? —preguntó Zoro, su voz ronca y adormilada, mientras parpadeaba para acostumbrarse a la penumbra.

—Ni idea… —respondió el rubio, sin abrir los ojos del todo—. Supongo que bastante.

Zoro levantó la vista hacia el cielo nocturno y, tras unos segundos, comentó con voz serena:

—El cielo está hermoso.

Sanji abrió los ojos y siguió su mirada. Ante él se extendía un espectáculo celestial: estrellas parpadeantes que decoraban el cielo como si fueran pequeñas joyas.

—Tienes razón… —murmuró, dejando escapar una sonrisa genuina.

Se quedaron así, en silencio, por un rato. El frío de la noche era evidente, pero la cercanía entre ellos hacía que la brisa helada fuera soportable. Solo el sonido del viento y los murmullos lejanos de la ciudad rompían la quietud del momento.

Sanji fue el primero en intentar levantarse.

—Creo que ya es hora de irnos—, comenzó a decir, pero un dedo de Zoro, que se posó suavemente en sus labios, lo detuvo.

—Aún no… Quédate un poco más conmigo… por favor. —Las palabras del espadachín salieron con torpeza, cargadas de una sinceridad que lo hizo ruborizarse.

Sanji lo miró con los ojos ligeramente abiertos, sorprendido por la petición. Era raro escuchar algo así de él, pero, extrañamente, no le molestó. De hecho, el deseo de quedarse se hizo aún más fuerte.

—Está bien, marimo… —respondió en un susurro, acompañando sus palabras con una ligera risa que hizo que Zoro sonriera también—. Pero, ¿qué hacemos ahora?

Zoro dejó escapar una leve sonrisa y respondió con un tono juguetón:

—Podemos hacer muchas cosas.

Sanji parpadeó, procesando sus palabras, y al instante su rostro se tiñó de rojo.

—Pervertido, Yo no me refería a eso.

-¡P-pervertido tu! Y-yo jamás pensé en eso...

—Ajá, claro… —Zoro se rio bajo, poniéndose de pie mientras le ofrecía la mano—. ¿Vienes?

Sanji frunció el ceño, fingiendo molestia, pero aceptó la mano del espadachín.

—Tú lideras esta vez, marrano.

Zoro soltó una carcajada y, sin soltar su mano, lo guió fuera del lugar.

‧₊˚🖇️✩

10:02 pm

El espadachín lo había llevado a una zona del parque que Sanji no había notado antes. Era como entrar en otro mundo: los árboles de cerezo brillaban bajo las suaves luces que colgaban de sus ramas, mientras el reflejo del agua duplicaba la belleza del paisaje. El ambiente estaba impregnado de tranquilidad, y las parejas que paseaban por ahí parecían estar disfrutando del mismo hechizo que atrapó a Sanji.

—Esto es… impresionante, marimo —dijo Sanji, maravillado, mientras sus ojos recorrían cada detalle del lugar.

Ambos seguían tomados de la mano. No habían hecho ningún intento de soltarse, y las personas que pasaban los miraban con sonrisas cálidas, como si fueran una pareja. Ambos se ruborizaron al darse cuenta, pero ninguno comentó nada al respecto.

Zoro rompió el silencio, esta vez sin mirarlo directamente.

—¿Quieres seguir caminando?

Sanji asintió, dándole un ligero apretón a su mano antes de adelantarse y llevarlo hacia el siguiente punto. Mientras avanzaban, llegaron a un pequeño puente de madera que estaba iluminado de forma tenue, creando un contraste perfecto con el cielo nocturno.

—Es lindo… ¿no lo crees? —preguntó Zoro, rompiendo el silencio de nuevo.

—Sí, es muy bello… —respondió Sanji, sin apartar la vista del reflejo de las estrellas en el agua.

El rubio sonrió. En ese momento, sintió una tranquilidad que no recordaba haber experimentado en mucho tiempo.

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Más corto que el anterior pero esta bien, supongo ƪ(˘⌣˘)ʃ

Ojalá les este gustando como los capítulos están cambiando, y para los que son nuevos leyendo ojalá disfruten de esto.

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