Mi captora es un enigma. No sé quién es ni por qué me llevó. Hay una oscuridad dentro de
ella, una oscuridad que me asusta incluso cuando me atrae.
Mi nombre es Becky, y esta es mi historia.
______________________________________
"Me moldeo a su man...
“No son los motivos perversos los que llevan a una conducta perversa, sino todo lo contrario: la conducta perversa, con el tiempo, genera motivaciones perversas.”
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
POV BECKY
A la mañana siguiente, me despierto con una sensación extraña. Parece como si..
-¡Mierda!
Doy un salto e intento quitarme una araña de patas largas que se me acerca poco a poco al brazo. La araña sale volando.
Atacada, me sacudo la cara, el pelo y el cuerpo para quitarme cualquier bicho asqueroso que tenga.
Vale, no es que me den miedo las arañas, sino que no me gusta nada tenerlas encima. Desde luego, no es la manera más agradable de despertarse.
Las pulsaciones vuelven a estabilizarse poco a poco y evalúo la situación. Tengo sed y me duele todo el cuerpo por haber dormido en un suelo duro. Me siento sucia y me duelen los pies. Levanto una pierna y me miro la planta del pie. Estoy casi segura de que tengo sangre seca.
Me suenan las tripas porque tengo hambre. Anoche no cené y me muero de hambre. Lo bueno es que Nam no me ha encontrado aún.
No sé qué voy a hacer ahora. ¿Quizá volver a la casa e intentar tenderle otra emboscada?
Pienso en ello y decido que probablemente sea lo mejor en este punto.
Antes o después, Nam o Freen me encontrarán. La isla no es tan grande, no podré esconderme de ellas durante mucho tiempo. No puedo perder el tiempo, no vaya a ser que Freen vuelva antes de lo esperado. En un dos contra uno tengo poco que hacer.
Cada vez tengo más hambre. Además, suelo marearme si no como a menudo. Puede que encuentre agua fresca, pero comida es más difícil. No sé de dónde saca Nam esos mangos. Si me escondo durante otro par de días, estaré demasiado débil para atacar a cualquiera, y aún menos a una mujer que podría ser una princesa guerrera.
Aunque puede que no me espere aún, cosa que podría aprovechar como factor sorpresa.
Por ello, respiro profundo y empiezo a caminar -o, mejor dicho, a cojear- hacia la casa. Sé que puede que no acabe bien, pero no puedo hacer otra cosa. O lucho ahora o seré una víctima siempre.
Tardo dos horas en regresar. Tengo que pararme y descansar a ratos, cuando mis pies no pueden aguantar el dolor.
Es paradójico que escapara porque tenía miedo al dolor y que haya terminado haciéndome tanto daño.
Seguro que a Freen le encantaría verme así. «Puta pervertida».
Finalmente, logro llegar a la casa y me agacho detrás de unos arbustos grandes que hay cerca de la entrada principal. No sé si está cerrada o abierta, pero no creo que pueda entrar por esta puerta. Normalmente, Nam suele estar en la sala.