No te alejes de mi

Comenzando

Narra Dra. Kanroji Mitsuri

Suena la alarma, no quiero levantarme, mi cama está tan calientita y afuera hay mucha lluvia, no por favor.

-Misturi, mi niña, llegaras tarde al trabajo-

Por el amor de los michis, es cierto, corro a arreglarme, bañarme, secarme el cabello, peinarme, hoy me pondré un pantalón negro y una blusa rosa pastel con cuello de tortuga, pero sin mangas, elegante, sí que sí.

-Hola doctora Kanroji- comienzo a jugar-Hola- hago una voz graciosa-que elegante se ve hoy, oh esto no es nada era un trapo que tenía por allí- comienzo a escuchar una leve carcajada y es mi mamá, me pongo roja como un tomate en su punto.
-perdón hija no quería interrumpirte-
-No hablemos de esto-
-Sin problema- mi mamá siempre ha sido demasiado linda conmigo- oh hija tu obento está en la mesa y creo que no alcanzas a desayunar así que te pone doble de todo-
-Gracias mamá- termino tomando mi bolso y mi mochila

Bajo rápido, papá está leyendo el periódico con su café, le doy un beso de buenos días y me despido, no tuve tiempo de hacer otras cosas por andarme quedando dormida.

Hoy es un día importante me aceptaron en el hospital psiquiátrico Ubuyasaki, es uno de los más prestigiosos en lo que es el sector privado, yo hice me especialidad en lo público y la verdad ame mi trabajo, no puedo negar que aun así siendo un poco de miedo, siempre iniciar cosas me pone nerviosa, tomo el autobús, hay mucha gente, creo que eso está bien, me pongo mis audífonos.

Veo que llegamos al hospital, bajo del autobús, mi estomago me está molestando, Dioses por favor que no hagas el ridículo

-No, tu puede Misturi, tú eres fuerte, has hecho cosas más difíciles, tú puedes-

Camino con seguridad escuchado mis tacones chocar en el suelo. Paso la entrada y voy a recepción, pero en eso se escuchan gritos, enfermeras y enfermeros tratando de detener, en eso veo una silla volar.

- ¿Dónde está mi hermana? ¿Dónde la escondieron? ¿qué le hicieron? -

Veo a un hombre demasiado delgado, alto, cabello verdoso oscuro, grita como loco, sus dientes tienen defectos notables, creo que ha sufrido de abuso, el empuja a una enfermera.

- ¡Que te detengas!- entra él, un doctor, cabello negro, ojos azules, sinceramente tiene cara de pocos amigos.

El paciente lo agarra y lo toma por el cuello, para ser delgado es muy fuerte, veo a una enfermera.

-Dame 100 miligramos de alprazolam- le digo ella me mira raro, pero me hace caso y corre por la medicina y me la trae.

Me acerco al paciente, lo observo, le sonrió y con el dedo al tocar su espalda lo llamo

-Hola- le sonrió- ¿podrías soltar al doctor? - el me mira aturdido
-Él tiene a mi hermana-
-Oh, pues yo no lo creo, si el la tuviera ya la hubiera traído-
-No, no, la tiene secuestrada, le quieren hacer daño-
-oh ¿enserio? Cuéntame más para ayudarte- me siento en el suelo y le doy unas palmadas al piso para que él se siente a mi lado- me observa dudoso el doctor que creo que está a nada de desmayarse por la falta de oxígeno pero lo suelta, se siente a mi lado.
-Mi hermana es muy hermosa, se llama Daki, es la niña más bonita del mundo, siempre la he cuidado-
-muy bien- saco una libreta rosa con una portada de un gatito kawai y mi pluma rosita- ¿Cómo es? Físicamente-
-Hermosa, cabello blanco, piel de porcelana, muy hermosa sus ojos son verdes- me mira más cerca- no como los tuyo, los tuyos son como esmeraldas, los de Daki son más claros-
-¿Cuándo fue la última vez que la viste?-
-Yo...- comienza a llorar- yo no pude-
-¿Qué no pudiste?-
-Cuidarla, éramos muy pobres pero yo iba a trabajar a la construcción para darle la mejor educación pero ella- no deja de llorar- Daki ya no está-
-Lo siento mucho- le digo mirándolo fijamente- ¿sabes dónde estás?-
-En una hospital psiquiátrico, mi madre, la maldita me metió aquí para no ensuciar su nombre ahora que tiene un marido rico-
-entiendo- suspiro- ¿Cómo te llamas?-
-Gyutaro-
-Mucho gusto, doy la dra. Kanroji-
-doctora me va pinchar- ve la jeringa- por favor hágalo, quiero dormir-
-¿eres alérgico a algo?-
-Los pobres no tenemos permiso de tener alergias doctora-
-entiendo- le doy un piquetito - no hará efecto inmediatamente pero si lo hará así que necesito que te vayas a dormir- le sonrió y él me sonríe- las enfermeras te van a llevar y les vas hacer caso- lo miro firme- ¿de acuerdo?-
-Si, doctora-
-Lo prometes- le acerco mi meñique, me sonríe aún más y pone sus dedo junto al mío
-Lo prometo-