Lo que Perdimos

Capítulo 1: Tumbas

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"Las cosas que perdemos tienen una manera de volver a nosotros al final, aunque no siempre de la forma que esperamos". -Luna Lovegood, Orden del Fénix.

Capítulo 1 - Los pozos

Unos días después de la Batalla de Hogwarts:

Había muchísimos agujeros, algunos de ellos, muchos malditos agujeros.

Harry estaba solo sobre un hoyo dos veces más ancho que el promedio. El marcador de la tumba decía Remus Lupin y Nymphadora Tonks Lupin.

Debajo de sus nombres, decía simplemente: Amados. La señora Tonks no se había presentado para asistir al funeral.

Por supuesto, el señor Tonks también había sido asesinado y con la guerra, ¿había podido asistir al suyo? ¿Ted Tonks había tenido siquiera un funeral?

Harry se preguntó cómo estaría la señora Tonks y supo con absoluta certeza que debía estar desconsolada por haber perdido tanto.

Lo que devolvió a Harry a lo que su mente constantemente recordaba: Teddy Lupin, su ahijado.

Teddy no podía tener más de unos pocos meses, y aunque Harry sabía lógicamente que Andrómeda Tonks era probablemente la primera opción de tutela para el bebé, al igual que la abuela de Neville, Harry todavía sentía que le debía a su ahijado recién huérfano ser un parte de su vida.

Mirando los agujeros, el castillo demolido en la distancia, los cuerpos siendo bajados a sus agujeros, y Harry simplemente había terminado. Los Weasley estaban poniendo sus vidas en orden después de la muerte de Percy, y todos los demás, bueno, estaban haciendo una versión de lo mismo.

Pero Harry no tenía dónde retirarse, Hogwarts era el hogar de Harry y la guerra había violado la felicidad y pertenencia que asociaba con el castillo. En cuanto a su familia…

Estaban los Weasley y Hermione. En su dolor, los Weasley lo habían empujado a un lado sin querer. Incluso Hermione se había aferrado a Ron y él a ella, pero Harry…

Ginny estaba lista para seguir adelante con la vida, recoger los restos de su juventud y vivir una vida que valiera la pena.

Harry no sabía cómo hacer eso, en realidad no. Y, extrañamente, no estaba seguro de querer. Su juventud había pasado, y todo lo que quería era...

Harry miró hacia el pozo al que habían bajado Nymphadora Tonks y Remus Lupin. No sabía lo que iba a hacer, pero sabía lo que no iba a hacer. No iba a ser el tipo de padrino que no estaba presente, que no ponía a su ahijado en primer lugar. Por encima de la venganza, por encima de comportamientos imprudentes o por encima de sus ambiciones.

Al mirar ese pozo, Harry entendió que tal vez había alguien en este mundo que lo necesitaba tanto como él necesitaba a alguien.

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Harry llamó a la casa de los Tonks.

Nadie respondió.

Entonces golpeó más fuerte.

Un bebé comenzó a llorar y, aún así, nadie abrió la puerta.