Omega sin Sangre ni Lagrimas

Capitulo 8

Capítulo 8: Familia ll

La larga falda de satén revolotea cuando bajamos las escaleras, con el golpeteo constante de sus zapatillas contra el piso de madera, llegamos finalmente al comedor

Soy el único que acompaña a mamá, el mayordomo fue a despedir a las amigas de mamá, quienes se fueron con una sonrisa, asegurando que algún día debía hacerme tiempo para conocer a sus encantadores hijos, mamá sonrió en silencio, sin intervenir, nunca fue muy buena guardando secretos

Ella canturreaba alegremente una canción popular a medida que avanzábamos, sus labios rojos se abrieron para llamar a Zelinda, quien aun estaba en la sala leyendo su libro, ignorándonos por completo

La doncella me guio a mi silla y espere pacientemente a que Erika arrastrara a mi madre a la mesa, una vez que todos nos sentamos, se instauro un pequeño silencio incomodo, me revolví incomodo en mi asiento.

Frente a mí, mamá estaba demasiado ocupada charlando con una sirvienta para darse cuenta de la situación, la sirvienta parece tan nerviosa como yo, mi mamá constantemente tocaba su cabello, alagándolo, pero quien no conocía la mala reputación de Erika, debió de haber vivido bajo una roca, creo que las estatuas regadas por toda la mansión deberían darte una pista de lo retorcida que es su personalidad, ella es una completa sádica, especialmente celosa de la belleza de las demás mujeres, que Erika Volge alague algo de tu apariencia es prácticamente una sentencia de muerte, si le va bien, tal vez solo le corten el cabello

Cuando Zelinda llego, se limito a mirar brevemente a Erika antes de sentarse, ignorándome activamente

Mire de reojo a Erika, al parecer ya había soltado a la pobre sirvienta y se dedicaba a ensartar lechuga en un tenedor, no hay bistec en su plato porque hoy está haciendo dieta, aunque me pregunto cuanto tiempo perdurara esta vez. No me malinterpreten, ella tiene una figura envidiable, es por eso que nunca entendí el por que de todas sus extrañas dietas

Zelinda golpeo suavemente la mesa con la punta de sus uñas, atrayendo la atención de todos en el comedor, yo incluido.

Sus fríos ojos azules miraron directamente a los míos y tras una pequeña pausa finalmente decidió embarcar el tema… Mi matrimonio

“Derek, ¿Conoces a Emerson Lange?” Sus labios rojo vino se movieron con lentitud, y de inmediato aparto la mirada

“Sí, el hijo menor de la caída familia Lange” Respondí con la misma monotonía que acostumbro, sin desvelar información riesgosa, como el echo de que Emerson es el protagonista de una trágica novela de romance, y que yo seré el principal responsable de su muerte

Si digo algo como eso, probablemente reciba una bocetada y me manden a un psiquiátrico

Mamá metió un pequeño pedazo de pan en mi boca y sus redondos ojos verdes miraron expectantes a su esposa, quien parecía reprimir sus regaños, se miraron unos cuantos segundos más, dejándome a mí, su único hijo, colgado en medio de la intriga; debo admitir que a pesar de que ellas dos están lejos de ser buenas personas, hacen buena pareja y están realmente enamoradas, incluso ahora

Carraspee un poco para atraer de nuevo su atención hacia mí

Ya déjense de misteriosas y cuenten el chisme completo

“Cierto, Derek te vas-“Zelinda no pudo terminar su oración porque fue interrumpida de inmediato por Erika, quien extendió los brazos hacia arriba y grito entusiasmada

“¡Derek, te vas a casar!” Las doncellas a su lado se adelantaron y se sus mandiles sacaron cañones de confeti y los dispararon en mi dirección

El trozo de pan que tenia en mi boca cayó y rodó unas cuantas veces por el mantel de la mesa, madre se reclino en el respaldo de la silla, aparentemente aliviada de que se haya librado de la conversación