RIVALES- TABOGEN

Capitulo 1

Septiembre

Tabitha Haworthe tenía razones para estar nerviosa, era su primer día de clases. Después de las vacaciones familiares durante esos dos meses había olvidado completamente que tendría que volver al instituto. Ahora cursaba su primer año de secundaria. Esperaba que cualquier compañero de su escuela anterior estuviese en la misma clase que ella, aunque no serían muchos.

Echó su cabello oscuro hacia atrás como un acto nervioso, sentía las manos bañadas en sudor al entrar al salón. Habían muchos chicos y chicas que no reconocía, comenzaba a sentirse nerviosa, en verdad. Eso, hasta que logró vislumbrar una cabellera rubia entre la multitud y prácticamente saltó, pegando gritos.

-¡Kelly!-la llamó, emocionada.

Mientras se acercaba a la chica rubia la mencionada pareció reconocerla y se lanzó a abrazarla. Su amiga era mucho más alta que ella y siempre andaba sonriendo, sus ojos eran azules claros y su piel blanca. Eran todo lo contrario. La piel de la ojimarron era morena y su cabello oscuro, que le hacía resaltar sus ojos de un chocolate brillante.

-¡Tabitha Haworthe, gracias a Dios! Pensaba que estaría sola-le sonrió y fueron juntas a sentarse, en el salón.

-¿Has visto a alguien más? Yo juraba que estaba sola, no muchos se matriculan en este instituto-comentó, cruzando las piernas.

Tabby se recostó en la mesa.

-Hasta ahora sólo tu, pero es mejor así-confesó con una sonrisa juguetona.

Los estudiantes iban entrando al salón y la ojimarron  no reconocía a nadie, parecían estar en mundos diferentes. Tabby era una chica relajada.
Podría durar todo el día dibujando o escuchando música y viendo
películas, también utilizaba ropa cómoda: unos vaqueros desgastados, zapatillas deportivas y una chamarra.
Ella no tenía muchos amigos pero en estos momentos se encontraba feliz con Kelly, desde casi siempre habían sido amigas y ahora no estarían solas. Se tenían la una a la otra. Las chicas estuvieron un rato conversando sobre sus vacaciones, hasta que Tabby escuchó unas risas.

Por la puerta del salón entraron dos chicas, ambas tenían el mismo estilo. Pero quien capturó la atención de la ojimarron fue la castaña rubia más baja. Lograba emanar alegría mientras reía por uno de los chistes de la otra chica, quien era un poco más alta y de cabello ondulado. Sus miradas se encontraron por unos segundos. Tabby se perdió en unos ojos chocolates tan profundos como el océano. Claro, un océano de chocolate, por supuesto.

Tan pronto como empezó, todo acabó. Ella apartó la mirada y la chica castaña rubia hizo lo mismo mientras se marchaba con su amiga a los asientos frente al pizarrón.

-¿Qué pasó? ¿Encontraste a alguien conocido?-preguntó Kelly,
levantando el rostro para buscar entre las personas.

Tabby negó.

-No fue nada-sonrío a su amiga y cuando entró el profesor, empezó la clase.

Se presentó a los estudiantes y comenzó a dar un pequeño discurso, les indicó que por orden de mesa deberían ir al centro de la clase y presentarse. Tabby no quería, siempre le entraban los nervios al hablar en público. Por suerte, ella se encontraba en la cuarta fila y tardarían un poco en llegar an ella. Los chicos fueron pasando y la ojimarron se sorprendió cuando Kelly fue sin problemas y al volver le sonrió, divertida. Por eso le agradaba, siempre había admirado su seguridad en si misma.

Comenzó a hacer garabatos en su cuaderno, para distraerse. Iba muy bien, cuando llamaron a una chica. Vio a la misma castaña rubia bajita, levantarse. Se veía muy linda con sus jeans oscuros y una blusa. Caminaba con seguridad y confianza mientras mostraba una sonrisa coqueta en sus rosados labios. Se paró al frente de todos, sin mirar a nadie en especifico. Era muy femenina o eso pensaba Tabby, por sus cejas delgadas y su manera de caminar.

-Imogen Adams, un gusto-sonrío, pestañeando, y de seguro la mitad del salón ya pensaba que era linda.

Tabby apartó los ojos de la hermosa castaña rubia y volvió a hacer garabatos. No le importaba. Después de un rato era el turno de ella. Se levantó seguramente con el rostro pálido y fue hacia el frente, algunos murmuraban y otros reían
bajito. Tabby lo ignoró y siguió. Desde que estaba en primaria siempre era el centro de las burlas, pero con el paso de los años había aprendido a no darle importancia.

Imogen la miraba con interés, apoyaba la barbilla en su mano y mordía uno de sus dedos. Aún haciendo aquel gesto, se veía increíblemente guapa y por más que decir femenina. Tabby intentó por todos los medios no observarla y al terminar fue como un rayo a sentarse en su asiento. Soltó un suspiro y observó cómo su amiga rubia alzaba los pulgares, en señal de ánimo. Después de dos horas tenían que cambiar de clases.
Tabby, apresurada, recogía sus libros mientras su amiga la apuraba.

-¡Tabby, mueve el culo!-le apresuró Kelly en la puerta.

-¡Espera, Kelly!-le pidió, siguiéndola, porque la rubia se había ido al pasillo.

Sintió que alguien la empujaba por el hombro y se le cayeron todos los libros. Había una chica de piel clara y cabello negro frente a ella,riéndose.

-Ay, disculpa. No te había visto-mintió con ojos burlones, Tabby la miró mal y comenzó a recoger sus libros.

A su lado pasó otra chica, que pateó uno de los libros en el piso.
Era otra de las amigas de Imogen, la castaña más alta que entró con ella.

-Estabas en mi camino-excusó y se echó a reír con la otra chica.

Tabby frunció el ceño y miró a Imogen, que apareció junto a ellas.

-Chicas, no sean tan malas-les dijo en broma, aunque también
sonreía y miraba a la ojimarron  en el suelo-. Pobrecita, Noa.

Imogen se estaba burlando de ella y, a pesar de eso, Tabby seguía pensando que era hermosa. Intentó descubrir el por qué, pero no lo consiguió. Logró volver en si misma cuando las tres chicas se fueron por el pasillo. Kelly llegó hasta ella, disculpándose por dejarla sola. Tabby le restó importancia, pero seguía pensando si Imogen Addams y sus amigas serían las idiotas que le harían la vida imposible el resto del año.
Puede que estuviera en lo correcto.