Un pequeño niño sin don, amable, servicial, obediente y aplicado, no importa que el siempre ofrecerá una mano, la inmensa bondad que conmovió a una diosa, haciendo que recibiera su bendición, si bien no era un don, el niño la acepto con mucho gusto...
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Izuku: 13 años Hisashi: 37 años
Izuku estaba tranquilo comiendo su almuerzo, era fin de semana y Hisashi no estaba de nuevo por su trabajo, por lo que ahora estaba solo con Hawk
Hace no mucho había entrado a su segundo año de escuela secundaria, y mucho había cambiado, desde el ascenso de su padre, hasta la mudanza a un nuevo hogar, no lo veía necesario ¿Para que una casa más grande si solo eran dos personas? Era ilógico desde su punto de vista, pero ¿Quien era el para cuestionar las decisiones de su padre? El hacía todo lo posible para su seguridad, lo que apreciaba mucho.
Se puso a pensar en todo lo que había pasado desde que se queda con Hisashi, su creciente ascenso en su trabajo, la señorita Elizabeth y el señor Meliodas, la señorita Gila, Mei Hawk y el señor Hatsume, fueron ellos quienes lo aceptaron desde ese entonces, sin embargo, solo Mei y Hawk eran los que más estaban con el, los demás eran adultos ocupados, entre ellos su padre.
En este último año, hizo dos amigos más, Momo Yaoyorosu y Shoto Todoroki, quienes lo defendían de cierta forma de sus demás compañeros, lo que agradecía, pero que lo hacía sentir más débil de lo que ya se sentía antes.
Justo ahora, solo siente que lo tiene todo, lo que no le gusta, no le gusta llamar la atención, no le gusta que las demás personas extrañas solo lo miren por un simple estatus social, el que su padre alcanzó gracias a sus esfuerzos, no los de Izuku, solo se sentía un peso para los demás, más para su padre.
— Izuku ¿Estás bien?. Preguntó Hawk.
Izuku llevo su mano a su mejilla y se dió cuenta de que había comenzado a llorar, tan patético era que ahora era tan sensible a sus pensamientos, se limpió las lágrimas y le dió un asentamiento a la felina junto con una pequeña sonrisa.
— Si, estoy bien, no te preocupes.
Hawk asintió un poco dudosa, era muy consciente de los repentinos pensamientos auto depresivos del niño, por eso trataba de estar ahí para el cuando fuera necesario y sacarlo de cualquier espiral de la que su mente lo arrojará.
Ahora estaba en el regazo del niño ronroneando para calmarlo un poco, Izuku le agradecía inmensamente por eso.
Un par de horas después, se encontraba navegando por la página de la UA, viendo otras alternativas en los cursos, se encontró con varias cosas interesantes y se encontró con algo que encerio le llamo demasiado la atención, tanto para llamar a Hatsume al instante.
— Mei, no sabes lo que acabo de descubrir. Dijo Izuku, apenas la chica le contesto.
—¿Tienes una nueva idea para un bebé?. Preguntó la chica un poco emocionada. — Llevaré mis cosas para-
— No es eso Mei. Interrumpió a la chica de rastas.
— Ow, entonces ¿Qué es?.
— Descubrí que hay posibilidades de cursos híbridos.
