Cap.7 Solo quiero ver tu sonrisa

292 50 13
                                    

Era domingo, un día después del suceso con el héroe, se preguntaba qué pasaría con ellos después de eso.

Cómo ya se volvía costumbre, su padre aún no llegaba, por lo que nuevamente comería solo, ya que no sabía en dónde se había metido Hawk, ya estaba sentado en la mesa cuando recibió un mensaje de Hisashi, y esque aún que no estuviera, se seguía preocupando constantemente, preguntando si ya estaba despierto, si ya había comido o que había hecho en el día.

Le gustaba que aunque sea desde lejos se preocupe por el, a pesar de que aún se sentía muy solitario.

— Eso pasa cuando no eres muy sociable.
Dijo para si mismo.

Al terminar con su almuerzo le mandó un mensaje a su padre avisando que ya había almorzado, contestó de inmediato, lo que le alegro un poco la mañana.

Se fijó en lo que hacía falta e hizo una lista, ya con todo tomo parte del dinero que Hisashi le dejo y salió de casa, fue solo a un par de cuadras después que sintió un peso familiar en su hombro.

—¿Hawk? ¿Dónde estuviste?.

— Cada quien con sus secretos ¿No lo crees?.

— Claro, solo avísame, me preocupo, sabes.
Dijo un poco divertido.

— Bueno, bueno ¿A dónde vamos?.
Preguntó la felina.

— Al veterinario.

La gata siseó de sorpresa lo que hizo que Izuku se riera por eso.

— Es broma, es broma vamos a comprar algunas cosas faltantes en la despensa, pero dime ¿Qué crees que sería bueno cenar?

— Mochis.

— No creo que eso cuente realmente como comida, pero está bien.

Continuaron con su camino, al llegar al centro comercial, ya sabían que tiendas evitar y a cuáles ir, lograron conseguir todos después de unas cuantas horas dando algunas vueltas, ya estaba atardeciendo cuando entraron a una cafetería para descansar un poco, después de todo, Izuku seguia agotado por lo de la noche anterior.

"Los dulces de aquí, son muy ricos ¿No lo crees, Hawk?"

— Por supuesto, son los mejores.

Cuando terminaron pagaron, ya estaban por irse cuando una muchacha paso al lado de ellos con un poco de prisa.

—¡Oiga! ¡Olvidó su cartera! ¡Señorita!.

—¿Sucede algo?.
Preguntó Hawk por Izuku.

— Si, la señorita que va allá olvidó su cartera.

— Nosotros podemos ir a dejarla si gusta.

—¡Oh!, un gato que habla, quiero decir, claro, si me hicieran ese favor se los agradecería mucho, no puedo dejar sola la tienda.

— Claro, nos encargaremos de que la tengan de vuelta.

Izuku tomó la cartera y corrió detrás de la señorita.

—¡Disculpé, señorita!.

—¿Mmm?.

Izuku al ver que la señorita se detuvo, apresuró un poco el paso, cuando llegó se tomó un leve tiempo para recuperar el aliento.

— Disculpe, señorita, olvidó esto en la cafetería.
Dijo Hawk  mientras Izuku extendía la cartera a la mujer.

— Oh, no me había dado cuenta, muchas gracias, pequeños.

—¿Sucede algo Nem?.

Izuku se congelo, esa voz la reconocería en cualquier lado, lentamente se enderezó, viendo a los dos hombres que acompañaban a la mujer, pero quien más lo desconserto, fue ver a cierto azabache con ellos.

La bendición de la diosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora