Pirate King (FirstKhao)

III

Khaotung deambulaba por las calles de Frost, muerto de frío.

Justo antes de marcharse del palacio había cogido de su escritorio una bolsita con dinero, por si acaso debía hospedarse de emergencia en algún sitio pero, por culpa de la prisa que llevaba, olvidó coger algo de ropa de abrigo por lo que, actualmente, se encontraba en el principio de un estado de hipotermia bastante preocupante.

El pequeño tiriteo que intentaba disimular llamó la atención de un hombre que estaba por allí y que se acercó al omega tras verlo en tal estado.

Parecía algo preocupado.

- ¿Te encuentras bien? - preguntó el joven con un tono de preparación en su voz.

- Sí... Sólo tengo algo de frío - respondió de manera débil, preocupando aún más a aquel alfa, quién de solo tocarlo anticipaba el verdadero estado del príncipe.

- Estás helado... - habló, para después quitarse su abrigo y pasárselo al omega por encima de sus hombros. Un débil "gracias" se escapó de los labios del más bajo, recibiendo un asentimiento como respuesta - ven, acompáñame a... - y no le dió tiempo a terminar de hablar cuando las piernas de Khao fallaron.

Khaotung estaba débil a causa del frío que se había apoderado de su cuerpo y eso hizo que el corpulento alfa con olor a romero y whisky suspirara cansado para después agacharse y sostener al omega entre sus brazos, llevándoselo a Dios sabe dónde.

Y a Khaotung solo le quedaba creer que ese hombre lo estaba ayudando y que no haría nada para perjudicarlo.

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¿En qué momento se había dormido?

Khaotung no lo recordaba.

Miraba a su alrededor sin entender que había sucedido y como había llegado allí.

Mientras sus ojos viajaban por la habitación, estos se encontraron con una figura delgada y alta, delicada pero con un aura que irradiaba una mezcla entre peligro y hogar y, por el olor a capuchino que llegó a su nariz, Khao supo que se trataba de un omega.

Khao se relajó y suspiró cansado, bajando la guardia.

- Oh, despertaste - habló el joven que había entrado hará unos minutos para comprobar el estado del omega real.

Khaotung le dió como respuesta un pequeño movimiento de cabeza, se sentía demasiado débil para hablar.

- ¿Dónde estoy? - preguntó, desorientado.

- En el Perla Negra, creo que a estas alturas estamos atravesando el Océano Pacífico - el joven omega respondió con una sonrisa tranquila pero también algo pensativa.

Aún así, eso no evitó que Khao se pusiera blanco como un papel.

Él conocía aquel barco y las cosas que se hablaban de él.

- Tranquilo, no te pasará nada, estás en un lugar seguro - respondió el joven al ver la cara asustada del castaño.

Khaotung asintió no muy convencido de sus palabras pero, aún así, confiando en las palabras del omega delante de él.

- Por cierto, soy Phuwin Tangsakyuen, encantado - el joven omega se presentó con una cálida sonrisa mientras estiraba su mano, esperando a que el omega en la cama aceptara su presentación y Khaotung aceptó, temeroso.

- Khaotung Thanawat, encantado - la reacción del joven después de que Khao se presentara fue un desastre.

Se había autodescubierto.