10 de febrero de 1994
Más de 20 años antes
Dos semanas con estas náuseas molestas por las mañanas, creo que iré a hacerme una chequeo médico, esto no es normal y ya creo saber porque estoy así...
Estoy preocupada hasta cierto punto pero me hace sentir emoción saber que puedo estar embarazada.Avanzo en la fila que he estado haciendo todo este tiempo porque tengo ganas de un chocolate con leche.
—¿En qué puedo ayudarle? Me pregunta Paolo. Lo conozco de toda la vida, pero es muy formal en su trabajo. Es un hombre muy guapo, siempre me encantó y se que yo a el pero simplemente no se dio.
— Dame un chocolate con leche y un sándwich de jamón y queso, por favor. Le guiño un ojo. Se que estoy siendo un poco cruel porque de pequeños el tuvo una especie de enamoramiento conmigo. Y se que aun lo tiene, a mi me gustaba pero nunca me enamoré de él.—Isabella, deja de hacer eso. Enarco una ceja, se a lo que se refiere. Pero sinceramente no puedo evitar coquetear con él. Es algo que se me da natural.
—Yo.. toma aquí está tu orden, que tengas un gran dia. Me siento un poco culpable, ya no jugaré con él de ese modo, porque se que amo a Fabricio y no hay esperanza para Paolo. Me sonrojo y salgo de prisa del café que queda a unas cuadras de mi apartamento.
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Me encuentro viendo el resultado de la prueba de embarazo en el baño de mi habitación y me encuentro en estado de shock. ¡Seré mamá! Quizás sea muy pronto al menos creí que eso sucedería en dos años al menos, pero estoy feliz. Faltan una semana para terminar la licenciatura. Eso es algo que nadie sabe, puedo terminar 4meses antes por mis excelentes notas, eso era algo que no pensaba quería finalizar con mis compañeros pero quizás no culmine cuando mi embarazo este avanzado y lo mejor es que tengo un maravilloso prometido al que amo con locura.
Creo que es el perfecto regalo de San Valentín.Suena el timbre. Corro a abrir la puerta.
—Amore mio. Es lo primero que digo al ver a Fabricio. El solo me responde con un casto beso en los labios.
—¿Sucede algo? Pregunto inquisitivamente.
—Solo... estoy cansado. No se pero presiento que algo no va bien, desde hace semanas lo he notado raro, pero asumo la culpa al hecho de que esta terminando la tesis.
—Esta bien, ve a descansar y te llevaré una taza de café y unos pastelitos que compré—le respondo. Estoy ansiosa por decirle que seremos padres pero en dos días entrega la tesis y no quiero presionarlo.
—Gracias Isabella. Me responde.
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Cuatro días después.Hoy es el día del amor, este sin duda será un día inolvidable.
Tengo preparado una gran cena para Fabricio y para mi, ya que además de darle la gran noticia es nuestro aniversario.
Tres años como pareja y seis meses viviendo juntos es un gran logro. Espero que esta noche me proponga matrimonio antes que le diga lo del bebé, sería decepcionante si lo hace sólo por el bebé.
De pronto tengo ganas de una deliciosa pizza, iré a comprarla antes de que llegue Fabricio a casa.Tomo un taxi porque me han dicho que hay una pizzería nueva que sirve pizzas deliciosas. Quince minutos después llego a mi destino, le pago al taxista y entro al edificio que se encuentra la pizzería.
Esta llenisimo el lugar, ¿Cómo no lo imaginé? Hoy es San Valentín.
El mesero me lleva a una sala privada en la que sólo hay unas parejas y me toma la orden. Sólo espero no demorarme tengo que llegar a casa.
Escucho una voz conocida, me paro y busco de donde proviene, dirijo la mirada al hombre que ha sido mi todo en casi cuatro años, besando descaradamente a una mujer de cabello rubio teñido (se le notan las raices oscuras) no puedo evitar derramar lágrimas, salgo apresuradamente del lugar sin importarme nada.
Tomo un taxi y al llegar al apartamento llamo a mi hermana Francesca. Al cuarto timbre contesta.
—Ciao Isabella— me dice mi hermana. No puedo contestar solo emito sollozos. Al fin logro tranquilizarme.
—Fran ¿Puedes ayudarme? Le pregunto. —Realmente no se que hacer, quiero simplemente desaparecer, me siento destrozada, decepcionada y traicionada.
—¿Qué sucede? Me pregunta muy preocupada.
—Es... Fabricio me engaña, yo... no quiero verlo, ¿Puedes prestarme dinero? Realmente no quiero ir a la casa de nuestros padres, sólo... no quiero. Le digo entre sollozos.
—Si, hermanita. Ahora mismo hago la transacción. Lleva contigo lo más importante.
Una hora después tengo listo lo que necesito lo demás lo recogeré otro día.
Bajo al estacionamiento el taxista me ayudó a acomodar todo. Al arrancar el taxi veo como Fabricio estaciona su auto y baja de él. En ese momento nuestras miradas se cruzan, el solo me observa y en segundos me encuentro lejos de él y de su vida.
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Dos semanas más tarde
No he visto a Fabricio desde el día que me fui del apartamento, me ha llamado varias veces pero simplemente no me sentía preparado, pero creo que ya es tiempo.
Voy a irme será lo mejor, viajare a Florida con mi hermana, le diré acerca de mi embarazo y también que puede ver al bebé cuando nazca, pero no podemos estar juntos.
Me encuentro esperando en Carlo, la cafetería que se encuentra cerca del apartamento que hace unas semanas compartía con él.
—Isabella, hace días que no te veo. Me dice Paolo.
—Larga historia. Es lo único que digo.
—Ojalá y un día me la cuentes. Oh mira allá viene tu prometido. Aquí tienes tu capuccino, cortesía de la casa... más bien mía. Me guiña un ojo, no puedo evitar reír.
Levanto la mirada y veo los ojos que tanto me he escondido. Eso hermosos ojos verdes con sus mechones de cabello rubio cayendo por su rostro ¡Dios porque es un idiota tan guapo! ¡Quisiera besar sus carnosos labios! Estas hormonas me traen loca ¡Culpa del embarazo!
—Rayos, Isabella ¿Qué sucede contigo? ¿por qué no respondes? Creí que te sucedía algo llamé a tu hermana y ella fue la que me dijo que estabas viva. ¿Por qué te largaste así?
—Yo... te vi. Ese día... en la nueva pizzería, con una mujer rubia teñida besándote salvajemente.— Su cara esta blanca, creo que no se imaginaba eso. Suspira fuertemente.
— Ella es... Monique, fue mi primera novia, mi primer todo, yo... creí haberla olvidado, pero hace dos meses nos reencontramos después de 5 años y solo paso. Me dijo observando la mesa.
«Yo no quiero hacerte daño, el amor que tengo contigo es sincero pero .. estoy confundido, y... me acosté con ella, perdón, pero creo que siento algo por ella»
—Yo... lo entiendo, solo ... déjame vivir mi vida y ya no me llames, no me hagas más daño. Le respondo. El la ama, siempre lo hizo, no puedo obligarlo a estar conmigo amando a otra. Yo no puedo.
Solo quiero que seas feliz, amaré a mi hija por los dos, pero no te retendre de esa forma. Te amo tanto que me importa más tu felicidad que la mía.
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Resplandecer
ChickLit¿Quién soy? Es algo que a la mayoría de personas nos cuesta responder. Nos sentimos abrumados al momento de dar respuestas como esas. ¿Acaso no era todo más fácil de niños? La respuesta por supuesto, pero es momento de crecer, la vida es una perra y...