Capítulo Cuatro.

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Los días de Roberto ahora tenían una nueva rutina: Tavella llegaba, lo torturaba, Tave lo humillaba y lo dejaba en completa oscuridad. Todo lo mismo cada día pero no lo podía aguantar más, era vivir el mismísimo infierno en carne y hueso, pero parecía que todo iba de mal en peor... ¿O no?

Uno de esos fatídicos días Roberto fue despertado por un fuerte estruendo y con su visión algo borrosa llegó a ver que su peor pesadilla habia llegado, Santiago.

- ¡Agh!,¡Vuele para el ojete acá! - Exclamó Santi para después taparse la nariz. -Oh, era obvio, sos vos...- Lo miró con una cara de odio total y rápidamente se le acercó.

- Creo que ya es hora de darte una lavada, ¡hueles a un basurero! - Tavella lo agarró de la barbilla para que lo mirara a los ojos. -¿Qué te pasá?¿Ya quieres llorar?- Habló con un tono burlesco en su voz, parecía estar aguantando la risa.

Santiago lo soltó, salió del sótano y fue al baño a preparar la tina para por fin darle un baño a Robert. El sonido del agua cayendo se podía escuchar hasta el sótano, por un pequeño momento Roberto pensó que tendría un pequeño rato relajante, aunque en el fondo sabía que Santiago lo trataria bonito. Tal vez Santiago tendría, en el fondo, una pisca de compasión hacía el maltratado Roberto,¡Qué pensamiento tan estúpido!

En un par de minutos Santiago ya había llegado y, después de desatar a Robert de la silla, se lo llevó de manera violenta y brusca al baño. Llegaron y Roberto vio que el agua estaba casi hirviendo.

- ¡Esa agua está casi que hierve! - Exclamó Roberto con una voz algo miedosa.

Tavella frunció el ceño y susurrando con una voz un poco ronca le habló.

- ¡Cállate, Cállate, y no te quejes porque te va a ir peor...! - Lo agarró de forma muy agresiva y lo acercó más a la tina llena de agua.

Roberto sintió un fuerte escalofrío hasta que Santiago le sacó los calzones para bañarlo, empezó a tener piel de gallina por el miedo que Santiago le causaba y todo fue a peor cuando Tavella le metió solamente la cabeza en el agua que está demasiado caliente. Lo hacía una y otra vez, sacando y metiendo la cabeza en el agua a Roberto, el cual parecia que el agua caliente le empezaba a quemar la cara; Santiago se reía de forma que parecía ser sádica.

- ¡Pobrecito Roberto! No me imagino todo el dolor que tuvo que pasar pero,¿Todo mejorará para él, no? - Preguntó el joven pelirrojo con una voz inocente, mientras que sostenía su vaso el cual no le había dado algún trago por estar concentrado en l...

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- ¡Pobrecito Roberto! No me imagino todo el dolor que tuvo que pasar pero,¿Todo mejorará para él, no? - Preguntó el joven pelirrojo con una voz inocente, mientras que sostenía su vaso el cual no le había dado algún trago por estar concentrado en la historia del hombre borracho.

- Espera a que lleguemos al final de la historia, no te voy a contar un resumen, pibe. - El señor le dió un último tragó a la botella de cerveza antes de pedirle otra al bartender. Ya estaba bastante borracho pero aun así, seguía contando la historia y bebiendo alcohol. - Puta madre, ya se me olvidó en dónde nos quedamos... - Habló con voz enojada y tratando de recordar en que parte de esa turbia historia que estaba contando.

La diversión nunca acaba, ¿cierto...? [TaveMusso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora