"¿Por qué te gusto, Yuuji?" pregunta Satoru mientras apoya la cabeza en el regazo recién vuelto a crecer de su novio. Lleva una semana muriéndose por hacer esto.
Dicho novio está atento a un programa educativo sobre las siete maravillas del mundo, pero se aleja de la televisión para mirar fijamente a Satoru.
"Todo", responde con naturalidad.
Por supuesto, el ego de Satoru se infla como un globo, pero, más serio, le dice: "Sé más específico".
Aunque sabe que es perfecto en casi todo, comprende que su personalidad deja mucho que desear y su insensibilidad puede considerarse bastante cruel con los desconocidos. Yuuji no es una excepción y ha sido testigo de su gélida frialdad, pero a pesar de la diferencia de ideales, la maldición sigue pegada a él como el pegamento, del tipo permanente y resistente.
Cuando le pregunta a Yuuji por qué se quedó con él a pesar de las diferencias de convicción, le dice: "Aunque no esté de acuerdo contigo, no significa que yo tenga razón y tú no. Lo único que podemos hacer es demostrárnoslo mutuamente".
Luego le agarra la mano porque está a su alcance, porque por fin, el infinito entre ellos es finito. "No te dejaré", aprieta su mano con fuerza y seguridad. "Porque eres mío". Tras una breve pausa", añade: "Y yo soy tuyo".
Esa lealtad entregada golpea a Satoru como un montón de ladrillos. Está acostumbrado a ser abandonado por ser diferente y tener otros valores. A algunos les encantaría deshacerse de él para mantener todo igual. Pero como una mala hierba en un jardín, es molesto y persistente, resistiendo la presión desde todos los ángulos para proteger lo que es suyo.
"Hmm... ¿Por qué me gustas?" Yuuji se pregunta mientras se pellizca el labio inferior, sumido en sus pensamientos. "Después de todo", lanza una mirada de reojo, "nunca te disculpas ni das las gracias".
"Es porque hay algunos idiotas que no se lo merecen", responde. Yuuji suelta una risita y se inclina hacia delante hasta que sus caras quedan a centímetros de distancia.
"También he oído que no eres el mejor profesor", continúa. Ya tiene bastante con escuchar las quejas de sus alumnos.
"No están acostumbrados a mi amor duro", admite Satoru y coloca una mano detrás de la cabeza de Yuuji. Se inscribió para ser educador, pero no para ser bueno.
"Nanamin dice que eres demasiado confiado y dominante".
Un breve brote de celos se hace notar, un sentimiento palpitante que es nuevo e inesperado cuando Satoru oye a Yuuji mencionar el nombre de Kento. No está preparado para manejar los celos, pero comprende que hay dos bandos enfrentados en su interior. Uno quiere que Yuuji fomente esas relaciones importantes, que las desarrolle hasta crear aliados que estén a su lado, pero el otro es más posesivo, más codicioso, ya que desea mantener la maldición para sí mismo, encerrarlo lejos de miradas indiscretas. De hecho, la vida era más fácil y sencilla cuando Satoru era su único amigo. Aun así, hace caso omiso de estas emociones no deseadas porque, pase lo que pase, él es el primero de Yuuji y, más adelante, será el último.
"Es porque soy el más fuerte", dice, probando el punto de Kento.
Unos labios castos rozan su frente.
"Sí, eres el más fuerte", tararea Yuuji, una melodía dulce que poco a poco se está convirtiendo en el sonido favorito de Satoru. "Sin embargo, eres tan imperfecto", le dice, "tan lleno de errores, y por eso me gustas. Porque eres perfecto".
Satoru puede ver su reflejo en los ojos brillantes de Yuuji, marrones como la miel que roció sobre sus tortitas soufflé.
"Perfectamente humano".
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Ejecución Pospuesta - Goyuu
FanfictionEs un espectáculo divertidísimo. Una maldición se inclina ante el hechicero más fuerte del universo, y se inclina ante Satoru porque tiene una petición absurda. "Por favor, aplaza mi ejecución un mes", le pide. "¿Ah?" De MochiUs en ao3, yo solo trad...