Dos chicas se conocen. Se hacen amigas. Se enamoran. ¿Por qué nos empeñamos en hacer complicadas las emociones más sencillas?
Esta historia de amor entre dos chicas, una de ellas declaradamente homosexual y la otra en vías de autodescubrimiento...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
🍂『Narrador Omnisciente』🍂
Era fin de semana y Emma había quedado con su madre para ver una película, como normalmente lo hacían en sus días libres.
La ojiazul escribió en el buscador de su celular "Las mejores películas LGBT", con la idea de encontrar algo que llamara su atención para así también tratar de entenderse a sí misma. Sabía que su madre no tendría problema con ese tipo de películas, ya que era de mente abierta para ese tipo de entretenimiento.
—"Mamma mia".—Propuso su madre desde el sofá.
—Oh, ya la vimos cuatro veces este año.—Se quejó Emma desde el suelo, en donde yacía sentada.
—Ay, entonces no sé. Tú busca algo, yo voy a servir la pizza.—Indicó la mujer levantándose del sofá y yendo hacia la cocina.
Emma siguió buscando pero ninguna película LGBT le llamaba por completo la atención, ya que también buscaba algo con lo que identificarse.
—Ya sé...—Habló nuevamente su madre entrando en la sala con dos platos de pizza, llamando la atención de la más joven.—"Piratas del Caribe".—Propuso sonriente.—Es un clásico, ¿qué opinas?.—Preguntó mientras se acercaba y tomaba asiento nuevamente en el sofá.
—Sí... suena bien.—Aceptó la joven ojiazul sonriendo ligeramente.
~
Emma estaba sentada junto a su madre y Nellie en el sofá, mientras la película se reproducía en la televisión. La joven estaba al pendiente de la escena que mostraban en pantalla hasta que su madre habló llamando su atención.
—¿Recuerdas ese verano cuando tenías once y veías esa película diario?.—Preguntó la mayor con algo de nostalgia.
—No era diario.—Negó Emma avergonzada.
—Claro que sí, porque te ponías a repetir los diálogos.—Le recordó su madre, haciendo sonreír a la más joven.—La veías porque te encantaba Orlando Bloom.—Se burló sonriendo.
—Ay, mamá.—Se quejó la atleta volviendo a sentirse avergonzada.
—¿Qué? Es muy bonito.—Opinó la mujer tranquila.
—Ya mejor deja de hablar.—Se quejó la joven castaña avergonzada, aunque no de mala forma.
Ambas siguieron viendo la película en silencio.
Justamente una escena entre Orlando Bloom y Keira Knightley se trasmitía en la pantalla. Fue entonces cuando Emma comenzó a ver a ambos actores con atención, sintiéndose atraída físicamente por ambos y también sintiendo como sus mejillas ardían, al mismo tiempo que su corazón se aceleraba.
