capitulo 1

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El camino hacia la ciudad estaba lleno de recuerdos para Anghely. Recordaba las tardes que pasaba jugando en el campo con sus amigos, corriendo entre los árboles y riendo bajo el sol. La naturaleza siempre había sido su refugio, un lugar donde podía ser ella misma sin miedo al juicio de los demás.
Mientras miraba por la ventana, Anghely se sintió conectada con la lluvia que caía suavemente sobre el paisaje. Era como si las lágrimas de la madre naturaleza compartieran su dolor y angustia. La incertidumbre del futuro la invadía.
― ¿Por qué no quieres estudiar medicina, Anghely ¿preguntó su madre, rompiendo el silencio que reinaba en el interior del auto.

Su madre, una enfermera entregada a su trabajo, siempre había soñado con ver a su hija seguir sus pasos y convertirse en una prestigiosa médica. Aunque admiraba la dedicación y vocación de su madre, Anghely sabía que su verdadera pasión estaba en la filosofía, en la exploración de las ideas y en la conexión con los grandes pensadores del pasado y del presente.

Tomando un respiro respondió con voz firme _porque no es lo que realmente quiero siempre he tenido una pasión por la filosofía y me gustaría estudiar eso en la universidad.
Su madre frunció el ceño y replicó

―Pero la medicina es una carrera segura, con buenas oportunidades de trabajo. No quiero que te arrepientas de no haber seguido mis pasos.

―Mamá, entiendo tus razones, pero esta es mi vida y yo debo elegir mi propio camino. No quiero estudiar algo solo porque a ti te hubiera gustado.

Su madre, en el asiento delantero, seguía hablando sin parar sobre el futuro brillante que le esperaba si estudiaba medicina.

_hija, ¿por qué no entiendes que estudiar filosofía no te va a llevar a ningún lado? Deja de soñar despierta y sé realista, dijo su madre con expresión de frustración.

Con los puños apretados y el ceño fruncido, mantuvo un silencio incómodo.
_No puedo renunciar la filosofía es lo que me gusta no voy a renunciar a ello solo para complacerte, mamá. Es lo que me hace feliz, y no estoy dispuesta a sacrificar mi algo que realmente me gusta  por lo que los demás esperan de mí.

Su madre suspiró y la miró con resignación.

_Anghely  yo solo quiero lo mejor para ti. Piensa en tu futuro, en tu estabilidad financiera, en…

_¡No se trata solo de eso, mamá!,  interrumpió  con voz firme. Se trata de seguir mi propio camino, de ser fiel a mí misma y de perseguir mis metas.

La tensión en el carro era palpable, pero  sabía que tenía que mantenerse firme en sus convicciones y enfrentar a su madre.

__ no quiero que seas una vaga, y créeme que la filosofía no te llevara a nada. Dijo su madre mientras apretaba sus manos fríamente en el volante .La discusión con su  madre se volvía cada vez más intensa a medida que avanzaban por la carretera. La lluvia se hacía cada vez más fuerte y las gotas empañaban el vidrio del carro.

__¡No quiero estudiar medicina, mamá! -

__Pero es lo mejor para ti, hija Tienes que pensar en tu futuro ya tienes diecinueve años por amor de dios hasta cuándo vas a pensar en esas cosas, un buen estudio y un buen trabajo garantizara tu éxito. Respondía su madre con tono insistente.
Anghely se sentía abrumada por la perspectiva de estudiar medicina. No le interesaba en lo más mínimo el campo de la medicina, ya que le   pero a Anghely le aterraba la idea de lidiar con la enfermedad y el sufrimiento de los demás. Prefería dedicarse a algo que le apasionara, además, sentía que no tenía la predisposición necesaria para ser una buena doctora, le faltaba empatía y paciencia para tratar con pacientes en situaciones delicadas. En definitiva, la medicina simplemente no era su vocación.
_ Que pesada eres. Dijo entre diente. Tratando de ignorar a su madre.

Ante esto la madre volteó hacia ella alejando la vista de la carretera. _ ¡no me hables de esa manera soy tu madre!, sabes cuánto eh sacrificado para que tengas todo y así me pagas.

_¡Mama!...

_¡Desde que tu papa nos abandonó eh tenido que lidiar todo yo sola, y solo quiero lo mejor para ti!.
La madre de Anghely no se percató del peligro que se dirigía hacia ellas. Su enojo y furia por la conducta de su hija hizo que apartara la mirada de la carretera por un instante. Fue entonces cuando Anghely gritó con desesperación

__ ¡Mamá, cuidado!

La mama en un acto rápido y audaz, giró el volante bruscamente, haciendo que el carro saliera disparado fuera de la carretera, dando varias vueltas mientras caía  en un sendero lleno de árboles. El ruido del metal  retumbaba en el aire, mientras el carro se estremecía  violentamente con cada impacto. Anghely apenas podía mantener los ojos abiertos, aturdida por la velocidad y la fuerza del choque.

Finalmente, el carro dejo de moverse. Anghely se mantuvo inconsciente por unos minutos, solo podía escuchar a la lejanía, el sonido de La lluvia que se hacía cada vez más débil. El carro quedó destrozado tras el accidente, volcado boca abajo con los cristales rotos y la carrocería hecha trizas. Ella y su mamá estaban atrapadas dentro, boca abajo y apenas podían reaccionar al impacto. El sonido del metal retumbando en sus oídos.

Apenas podía abril los ojos, su visión era borrosa apenas podía escuchar y el miedo poco a poco se hacía presente en ella, se tocó la cara y sintió pequeñas gotas de sangre corriendo por su rostro, el dolor se intensificaba a medida que intentaba moverse. No obstante  logro desabrochar el cinturón de seguridad, y con esfuerzo logró salir del carro. Sin embargo aún estaba alterada por el impacto, apenas podía arrastrarse, no se podía levantar y su respiración se hacía cada vez más débil.

Finalmente, la debilidad la venció y no pudo continuar arrastrándose .La lluvia caía implacable sobre  el rostro de Anghely, las gotas frías se mezclaban con las lágrimas de angustia y dolor que surcaban sus mejillas. El viento aullaba a su alrededor como si pudiera hablar sacudiendo con furia las ramas de los árboles .Sus pensamientos eran confusos y desesperantes, El dolor se reflejaba en cada gemido de dolor que soltaba, La debilidad la consumía lentamente, nublando su visión y haciendo que los pensamientos negativos invadieran su mente.

_No puedo…. No quiero morir aquí.., murmuraba para sí misma, tratando de mantenerse consiente  en medio de la desesperación.

Los minutos parecían eternos mientras Anghely permanecía en el frio y húmedo suelo, el dolor se reflejaba, en cada latido de su corazón era una puñalada que la obligaba a contener un grito de angustia.

_Mama… Susurró  mientras sus lágrimas salían. Pensaba ¿Es así como todo acabara? ¿Porque? ¿Por qué yo?... El sentimiento de culpa empezó a invadirla.

_Mama... Perdón por ser una hija tan arrogante... Perdóname por favor… Dijo en su mente, aceptando la realidad de que probablemente sea la última vez que la vea.

Poco a poco la lluvia se disipaba, y sus latidos  se hacían cada vez más débiles. Y el cansancio comenzó a afectarle. Sintió cómo alguien se acercaba a ella y entonces, como un rayo de luz en la oscuridad, vio acercarse una silueta vestida con un impermeable y  botas negras.

Anghely sintió alivio y esperanza al ver que alguien se acercaba, no podía alzar la mirada, su cuerpo exhausto se negaba a obedecer sus órdenes. Solo pudo articular unas pocas palabras entrecortadas mientras uno de los hombres se aproximaba con cautela.

__ayuda por favor…

Con movimientos precisos, la levantó en sus brazos con delicadeza, pero el dolor era tan intenso que no pudo contener un grito desgarrador, en brazos de aquel misterioso hombre,  levantó la mirada y se encontró con unos ojos verdes profundos. En ese instante sintió alivio, aunque su mente y su cuerpo estaban al límite, algo en esa mirada le hizo creer que tal vez, solo tal vez, podría encontrar la ayuda que tanto necesitaba sentía que la Vida le dio otra oportunidad .Entonces, el agotamiento ganó la batalla  y se desmayó dejando sus últimas esperanzas en aquellos brazos desconocidos. Y así, mientras se desvanecía en la oscuridad, Anghely se aferraba a la esperanza de que aquellos ojos verdes fueran su salvación en medio de la tragedia que la envolvía. Sin saber que en realidad se dirigía a su condena.

anghely: solos en la penumbra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora