viii. the end

269 31 22
                                    

❝welcome to new york,
it's been waiting for you❞

- welcome to new york, taylor swift

- welcome to new york, taylor swift

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

⊹ ׁ݂ ꒰ 08. fin ˖ ࣪⊹౨ৎ

Aterrizamos en Nueva York por la tarde

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




Aterrizamos en Nueva York por la tarde. Me había pasado todo el trayecto dormida, así que no estaba cansada para nada. Dylan y Marcus ya habían solucionado sus problemas, y ese día después de lo del barco... bueno. Solo voy a decir que Timothée y yo fuimos a su apartamento.

Lo que importa ahora es que estábamos a punto de volver a ver a Lucy y Mila después de un mes.

Los cuatro fuimos al apartamento de Mila, donde nos dijeron que nos esperaban. Ellas dos ya sabían lo de Marcus, Dylan se lo había contado a su hermana y yo a Lucy.

— Me quiero morir — lloriqueó Dylan mientras subíamos las escaleras a su apartamento, porque el ascensor no funcionaba.

— Ya no queda nada — le animé y pocos minutos después ya estábamos arriba.

Llamamos al timbre y Lucy nos abrió, pegó un grito un nos abrazó a los cuatro a la vez, Mila salió corriendo no se de dónde y se unió, haciendo que casi nos cayésemos.

El reencuentro fue caótico y lleno de risas. Lucy nos apretaba con fuerza mientras Mila no dejaba de dar vueltas a nuestro alrededor, claramente emocionada por vernos.

— ¡Os he echado tanto de menos! — exclamó Lucy, sin soltar el abrazo.

— ¡Nosotros también a ti! — respondí, sintiendo una calidez en el pecho. Había sido un mes largo y complicado, y estar de nuevo con nuestras amigas se sentía como volver a casa.

Entramos al apartamento, donde el aroma a comida casera llenaba el aire. Mila había preparado una cena especial para celebrar nuestro regreso.

— ¡Espero que tengáis hambre! — dijo Mila, sonriendo de oreja a oreja.

Nos sentamos alrededor de la mesa y comenzamos a ponernos al día. Dylan se veía más relajado, y el ambiente era mucho más amigable. Era evidente que todos estaban dispuestos a dejar atrás los problemas y disfrutar del momento.

— ¿Cómo fue el paseo en barco? — preguntó Lucy, guiñándome un ojo.

— Increíble — respondí, mirando a Timothée con una sonrisa. — París nunca deja de sorprenderme.

— Sí, fue muy especial — añadió Timothée, apretando suavemente mi muslo bajo la mesa.

Mientras cenábamos, las conversaciones fluían naturalmente. Hablamos de nuestras experiencias en París, de los lugares que visitamos y de las personas que conocimos. Lucy y Mila compartieron historias divertidas de lo que había sucedido en Nueva York durante nuestra ausencia, haciendo que todos nos riéramos.

Después de la cena, nos trasladamos al salón. Lucy puso algo de música suave y Mila sacó una botella de vino para brindar por nuestro regreso.

— Por la amistad y a los nuevos comienzos — propuso Mila, levantando su copa.

— Por la amistad y a los nuevos comienzos — repetimos todos, chocando nuestras copas.

El ambiente se volvió aún más relajado. Nos acomodamos en los sofás, algunos con copas de vino y otros con tazas de café. La conversación se tornó más profunda, tocando temas personales y reflexiones sobre lo que habíamos aprendido en el último mes.

— Este viaje me ha hecho darme cuenta de lo importante que es ser honesto y abierto con las personas que te importan — dijo Marcus, mirando a Dylan.

Dylan asintió, aceptando las palabras de Marcus. Era un paso importante hacia la reconciliación completa.

— Y también de que, pase lo que pase, siempre tendremos a nuestra familia y amigos para apoyarnos — añadí, sintiendo la calidez de la unidad del grupo.

La noche continuó con risas, anécdotas y promesas de futuros planes juntos. Sentí una profunda gratitud por tener a estas personas en mi vida, personas que habían estado conmigo en los buenos y malos momentos, y que seguían ahí, apoyándome incondicionalmente, algunos desde siempre y otros desde hace poco.

Cuando finalmente nos despedimos, el cansancio comenzó a hacerse notar, pero la felicidad de haber vuelto a casa con mis amigos era mucho más fuerte. Caminamos de regreso a nuestros respectivos apartamentos, con la certeza de que, a pesar de las complicaciones, siempre encontraríamos la manera de seguir adelante juntos.

Al cerrar la puerta de mi apartamento, me giré hacia Timothée y le di un beso.

— Gracias por estar conmigo — le dije.

— Siempre, Cynthia. Siempre — respondió él, envolviéndome en un abrazo.

Con una sonrisa, me acomodé en el sofá, pensando en lo afortunada que era por tener a personas tan maravillosas a mi lado. Estaba lista para enfrentar lo que viniera, sabiendo que no estaba sola, tenía a mi estrella.

THE END



THE END

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
i can see you. timothée chalamet ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora