Capitulo 6: Deseos Latentes y Tentaciones

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Tres meses habían pasado desde el matrimonio de Eda y Serkan. La finca Bolat había continuado transformándose bajo el toque cuidadoso y atento de Eda, convirtiéndose en un lugar más cálido y acogedor. Serkan, aunque inicialmente escéptico sobre el cambio, había comenzado a apreciar las mejoras y la dedicación de su esposa. Pero había algo más que estaba cambiando, algo más personal e íntimo.

Serkan había notado que, con el paso del tiempo, sus sentimientos hacia Eda estaban evolucionando. Al principio, su relación había sido estrictamente una alianza estratégica, una unión destinada a fortalecer sus familias y consolidar su poder. Sin embargo, a medida que pasaban los días, Serkan se encontraba observando a Eda con una mezcla de admiración y deseo.

Eda, por su parte, también había sentido un cambio en sus propios sentimientos. Aunque al principio había visto a Serkan como un socio en esta alianza impuesta, no podía ignorar la atracción creciente que sentía por él. Sin embargo, ambos mantenían una distancia cautelosa, conscientes de las complicaciones y las expectativas que pesaban sobre ellos.

Una mañana, Serkan estaba en su despacho, revisando documentos y planeando su próximo movimiento para asegurar la seguridad de sus negocios. La puerta se abrió suavemente, y Eda entró con una taza de café.

"Buenos días, Serkan," dijo, su voz suave y llena de amabilidad. "Pensé que podrías necesitar un descanso."

Serkan levantó la vista y sonrió, agradecido. "Gracias, Eda. Realmente lo necesito."

Eda se acercó y colocó la taza en el escritorio, sus dedos rozando ligeramente los de Serkan en el proceso. Ambos sintieron una chispa en ese breve contacto, pero ninguno mencionó nada al respecto.

"¿Cómo va todo?" preguntó Eda, intentando mantener la conversación ligera.

"Va bien, aunque siempre hay algo que resolver," respondió Serkan, observando a Eda con una mirada que ella no pudo descifrar del todo. "¿Y tú? ¿Cómo te has sentido con todos los cambios en la finca?"

Eda se sentó en una silla frente a él, cruzando las piernas con elegancia. "Ha sido un desafío, pero uno que disfruto. Me gusta sentir que estoy contribuyendo a nuestro hogar."

Serkan asintió, sus ojos recorriendo el rostro de Eda con un interés creciente. "Lo estás haciendo muy bien, Eda. La finca se siente más viva gracias a ti."

Eda sonrió, agradecida por el cumplido. "Gracias, Serkan. Eso significa mucho para mí."

Los días pasaban, y las interacciones entre Eda y Serkan se volvían más cargadas de una tensión sutil pero palpable. Serkan se encontraba a menudo mirando a Eda desde la distancia, apreciando su gracia y belleza. Durante las cenas, las conversaciones se volvían más personales, aunque ambos mantenían una barrera invisible que ninguno estaba listo para cruzar.

Una tarde, mientras Eda trabajaba en el jardín, Serkan decidió unirse a ella. Se había dado cuenta de que estos momentos tranquilos eran una oportunidad para conocerla mejor y, quizás, entender mejor sus propios sentimientos.

"Eda," comenzó Serkan, acercándose a ella con las manos en los bolsillos. "¿Necesitas ayuda con algo?"

Eda levantó la vista de las plantas que estaba cuidando y sonrió. "Claro, siempre hay algo que hacer aquí. ¿Te importa ayudarme con estas rosas?"

Serkan se arrodilló junto a ella, observándola de cerca mientras trabajaban juntos. El sol de la tarde iluminaba su rostro, realzando su belleza natural. Había algo en la manera en que se movía, en la pasión que ponía en todo lo que hacía, que lo atraía cada vez más.

Amor y Poder - edserDonde viven las historias. Descúbrelo ahora