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El buen humor de Laios era bastante evidente, lo cual a sus compañeras elfas le era por así decirlo inquietante.

No le tomaban mucha importancia en como se sentía o como se comportaba en realidad, ya que solo lo veían como un apoyo para las tareas que nesecitaban, pero les fue inevitable no empezar a notar el cambio de aires del hombre alto, parecía que ahora tenía alguna clase de confianza y seguridad en sí mismo.

Dejo de caminar erguido procurando tener una mejor postura lo cual noto Nimue, empezó a hablar con más seguridad notándo lo Titania y lo animado que se veía al realizar las tareas lo cual alarmó a Indris.

-¿Será algo que los hombre altos hacen como algun tipo de metamorfosis?-menciono Nimue antes de masticar su comida-Cuando llegó era un ser patético y de mal aspecto, pero ahora es todo buen ánimos cuando esta presente.

Las tres elfas se encontraban en la cocina compartiendo el desayuno, una rutina que no compartían con Laios debido a las exigencias de Milsiril y los niños de acompañarlos en cada comida, parecía que se habían encariñado rápido.
Por otro lado a ellas realmente no les causó ninguna molestia que no se le tratara como a otro sirviente en ese aspecto, preferían su propia compañía a la que ya estaban acostumbradas.

-No digas tonterías, Nimue-le regaño Titania apuntándole con el tenedor mientras cortaba la carne de Indis-Los hombres altos podrán ser una raza extraña pero suelen llevarse mucho por sus emociones, algo debió haberlo afectado para empezar a ser...Auch!

Había recibido un pellizco en su mano de parte de Indis alertandola de las pisadas que se acercaban a la cocina.

-Buen día-saludo Laios animado al entrar a la cocina-No quise interrumpir su comida, solo iré por unas cosas- explicó a la vez que se dirigía a la puerta que daba a las habitaciones de los sirvientes, dejando a las mujeres calladas esperando su regreso, no tardo más de dos minutos para volver-Disfruten la comida-dijo sin más sosteniendo una libreta y despidiéndose con esa misma mano que la sostenía.

Una vez cerrada la puerta esperaron en silencio unos segundos mirando a Indis para darles la seguridad que nadie estaba cerca, una vez que asintió la elfa más pequeña prosiguieron su charla.

-A eso me refiero, antes parecía que no quisiera ser notado y ahora saluda con mucha más seguridad-señaló Titania mirando a ambas compañeras.

Nimue empezó a tocar la punta de su nariz dándoles a entender que sabía algo y con solo una sonrisa traviesa sus compañeras lo confirmaron acercándose más hacia la mesa.

-No quiero señalar culpables pero...-dijo la pelirroja de forma divertida sin decir una palabra más, le encantaba dejar a sus compañeras en suspenso.

-¡Por todos los cielos Nimue!-exclamo la mayor de las tres dando una leve golpe en la mesa con su palma-Odiamos cuando haces eso, solo dinos tu pequeña salamandra.

-¡Te he dicho que no me llames así!-alzo la voz Nimue mientras se paraba de la mesa ante aquellas palabras-Hace unos días me reprendiste por haberle dicho a Indis el rumor de la señora Lianda y su hijo.

-Porque es un rumor, los rumores pueden ser una mentira o no-aclaro la rubia empezando a hartarse-Lo que tu nos dirás tiene más verdad que mentira.

Nimue solo refunfuño volviéndo a sentarse fingiendo estar acomodándose en su silla para molestar a ambas elfas.

-Bueno, si tanto les pincha la curiosidad-inicio mientras permitía a las otras dos terminar su comida-¿Recuerdan hace unos días que estuvo encerrado en su cuarto por varios días y se saltaba sus comidas?-dijo a la vez que ambas asentian aferradas a la mesa-Bueno, el día que salió corriendo con una caja que casi hace que nos quedáramos sin sopa de zanahoria-recordo molesta mirando la más pequeña de ellas quien asintió molesta-Cuando fui a buscarlo para que me ayudara a ordenar las camas, lo vi en las escaleras con el joven Kabru.

{Myosotis} LabruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora