Donde Atlas decide ir a estudiar al Seijoh, sin saber lo que le espera cuando cruce esas puertas. Nueva gente, nuevo equipo y nuevas experiencias...
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Está historia se centrará en el Seijoh/Aoba Johsai y sus personajes, llevando headcanons míos...
Esa noche no pude dormir, la emoción estaba en mis venas y no podía salir.
Me levanté con el sonido de mi despertador, me cambié y me fui a desayunar. Mis padres no estaban en casa. Me preparé y desayuné lentamente, la oscuridad de la casa estaba por devorarme...
...ring ring...
El timbre de la casa sonó. ¿Quién sería a estas horas?
Me levanté y abrí la puerta.
- ¿Qué hacéis vosotros aquí? - hablé -.
- ¿No nos quieres Atlas-chan?~ - Oikawa habló, poniendo un puchero, Iwaizumi sonaba fastidiado -.
- Perdónale Atlas, es un idiota a cualquier hora del día -.
Iwaizumi le dió una colleja a Oikawa. Makki, Matsukawa y yo reímos y les invité a mi casa. Se sentaron conmigo en la cocina y continúe desayunando, Makki me robaba algo de comer de vez en cuando y charlábamos de cosas diversas.
Tenerlos en casa...hacía que la casa ya no estuviese tan oscura y triste...
Cuando terminé de desayunar fuimos andando hacia el gimnasio, al parecer ninguno de nosotros había dormido bien por la emoción.
Llegamos los primeros al gimnasio, nos cambiamos entre charlas y preparamos el gimnasio. Makki y Matsukawa pasaron la mopa, Oikawa sacó los balones y Iwaizumi y yo preparamos la red. Justo después los séniors empezaron a entrar al gimnasio, ya con la ropa de entrenamiento.
El entrenador llegó y todos nos formamos para recibirle.
- Bueno - habló el entrenador - Hoy vamos a hacer partidos 6 contra 6 más líbero, los de primero y segundo contra los de tercero, prepararos -.
Sacaron los petos, nosotros éramos el equipo amarillo. Iba con una L en el.
Nos pusimos a calentar, estirando los músculos y trotando al rededor de la pista de volleyball.
- Los de primero serán unos mantas, jajaja, ya me dan pena los de segundo, van a tener que cargar con ellos todo el partido -.
Nosotros íbamos detrás de los de tercero cuando hablaron...y ellos lo sabían. Tuvimos que sujetar a Iwaizumi porque se iba a lanzar sobre ellos.
- Iwa-chan, ¿Qué es mejor? ¿Darles una paliza o ganarles donde son más confiados? - Oikawa estaba delante de el, mirándolo fijamente con una sonrisa que nos dió escalofríos -.
Iwaizumi se calmó y caminó a la cancha, terminando de estirar y mirando a los de tercero, ya formados en la cancha.
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