La voz del entrenador Nobuteru os asustó a todos, incluso a ti; aunque en realidad te sorprendió más por el hecho de que no estaba serio como suele estar, sino que tenía una amplia sonrisa en su rostro. Tras él, los demás jugadores observaban la escena. Tu corazón empezó a latir con fuerza cuando todas las miradas fueron hacia ti.
—¿Cómo te llamas? —preguntó mientras cruzaba sus brazos.
—Eh, soy (Nombre) Fuyutsuki, de la clase 2-3.
—¡Ah! —exclamó el entrenador Sadayuki —. ¡Eres tú!
Al igual que otros jugadores, tú te sentiste muy confundida al escuchar esas palabras.
—¡Sabía que me sonaba tu cara! ¡Eres Fuyutsuki, la chica calisténica!
Notaste tus mejillas calentarse a gran velocidad. Bajaste tu mirada, claramente avergonzada de la situación. ¿Cómo que te conocen por eso?
—¡Ah, claro! Eres la mejor en las clases de gimnasia, y también saben que entrenas calistenia en tu tiempo libre —comentó Moriyama con una sonrisa divertida, golpeando tu hombro con suavidad repetidas veces.
—¿¡Y cómo lo saben si yo no he dicho nada!? —te giraste frenéticamente hacia tu amiga, con el ceño completamente fruncido.
—Por mí.
Con una mirada oscura agarraste el hombro de Moriyama, cuya sonrisa se transformó en un miedo absoluto.
—Por favor, no me mates...
Suspiraste y la soltaste. ¿Qué pensarían ellos? No es que te preocupe lo que piensen de ti ni nada de eso... pero, ¿qué pensarían que una chica hace ese tipo de entrenamientos, y más en Japón, un país donde sacar músculo está mal visto?
—Es perfecta.
La voz de un muchacho llamó la atención de todos los presentes.
«Ah, el pejelagarto».
—¿Qué acabas de decir, Oikawa? —preguntó Nobuteru, volviendo a su rostro serio.
—Que es perfecta.
—Entiendo...
Hubo un momento de silencio por parte de todos, que hizo que tanto Moriyama como tú sintierais una extraña tensión. Nobuteru y Sadayuki intercambiaron miradas y asintieron, para después acercarse a ti.
—Fuyutsuki, eres la candidata perfecta para ser la mánager de este equipo. Tienes conocimientos de entrenamientos, de curas y sobre todo, has mantenido la calma en todo momento. Nos has gustado. ¿Te gustaría unirte al equipo?
Dudaste un poco, pues todavía no habías asimilado la información. Además, el tener a todos mirando en tu dirección, incluido al grupo de chicas que tenían la boca abierta por lo que estaban presenciando no ayudaba en absoluto. Al rato, fuiste capaz de contestar.
—No.
Se produjo un silencio tan abrumador que incluso te provocó nervios.
—Es que... es que no sé nada de voleibol. Además de, eh, de tener conocimientos del deporte en sí, ser manager requiere de ciertas características, las cuales claramente no cumplo.
Diste un pequeño brinco cuando Moriyama colocó sus manos en tus hombros con cierta presión.
—¿¡Pero tú te has visto!? ¡Acabas de intervenir en una situación de vida o muerte!
—¡No exageres, sólo he detenido un sangrado nasal!
—¡¿Te parece poco cuándo ninguno de los presentes ha sabido qué hacer!? De hecho, ¡estaban haciendo todo lo contrario a lo que hay que hacer!
—¡Pues porque serán un poco mentecatos!
Ambas quedasteis en poses exageradas y en un duelo de miradas con el ceño fruncido. Cualquiera pensaría que la situación era absurda, arriesgada e incluso extrañamente divertida, sobre todo porque acababais de "ofender" a vuestros superiores.
—Entonces no quiero a nadie —dijo Oikawa con un tono serio.
—¿Quién crees que eres para decidir eso? —comentó el número 4, con cierto desprecio en su voz.
—Bueno, técnicamente es el capitán de equipo... —respondió en voz baja el líbero, rascando su mejilla.
Miraste al muchacho de cabellos castaños y sí, definitivamente el pejelagarto está bien guapo.
—Disculpa... ¿Oiwaka era tu nombre?
El muchacho quedó petrificado con tus palabras, haciendo que algunos de sus compañeros rieran a carcajada limpia.
—¡Hanamaki, Matsukawa, silencio! —exclamó Sadayuki molesto—. Es Oikawa, Fuyutsuki. Oikawa Tooru.
—Ah, disculpa. Oikawa.
—¿Sí? —tartamudeó, tratando de sonreír dulcemente aunque al final solo hiciese una mueca.
—Si de verdad estás buscando a alguien como manager, por favor, cuenta con Moriyama.
Tus palabras y la reverencia que hiciste sorprendió a más de uno, incluida a tu propia amiga.
—Ella hizo que reaccionara a tiempo. Además, es dulce, tiene los conocimientos necesarios acerca del voleibol y estoy segura de que os puede aportar mucho como manager del equipo. Os doy mi palabra.
Los jugadores se miraron entre sí, buscando alguna confirmación entre ellos. Nobuteru sonrió.
—Lo pensaremos. Gracias por tu aportación y por tu ayuda, Fuyutsuki. —dicho eso, miró a tu amiga—. Tú también, Moriyama.
La chica hizo pequeñas reverencias, agradecida por el gesto.
Después de eso, Kindaichi junto a los jugadores número 6 y 13 fueron a la enfermería para revisar que todo estaba bien, además de colocarle alguna pomada para el dolor, además de comprarle algún dulce para la bajada de tensión. El pobre muchacho se veía muy mal. Los demás volvieron a su entrenamiento rutinario, o eso intentaron, pues el hecho de que tanto Moriyama como tú os marcharais del gimnasio sin terminar la prueba no les ayudaba a concentrarse.
—Es ella —susurró Oikawa en el descanso.
Todos le miraron confundidos, y esperaron una explicación por su parte.
—¿Es por eso que te has quedado embobado, antes de darle a Kindaichi un tremendo balonazo? —preguntó el muchacho de ojos verdes, Iwaizumi, con su ceño cada vez más pronunciado.
—La he visto antes, y necesito conocerla.
En ese momento, Oikawa recibió un balonazo en la cara. Pero no le importó.
Sí. La he visto en mis sueños. Es ella. La chica cuyos ojos son del color de la miel.
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miel |aoba johsai|
FanfictionOikawa lleva días soñando con la que parece ser la chica de sus sueños: no es japonesa, sino que es morena y sus ojos son como el color de la miel. Un día, apareciste tú. ━━━━━━━━╰☆╮━━━━━━━━ ...