jimin short king.

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notita: a los omegas, sin importar su segundo género, es normal que sean llamados "mamá", lo mismo va para los alfas con "papá".

Jeongguk, ya con veintitrés años, no tenía problemas con su altura. Medir un metro ochenta y cinco podía tener sus desventajas, como que siempre tenía que comprar ropa en la sección de alfas o mandarlas a hacer a su talla y sus rodillas siempre salían lastimadas después de transportarse en vehículos con asientos no hechos para gente de su altura, pero también tenía sus ventajas. En Corea el promedio de altura de un alfa era de un metro setenta y dos, así que para tratarse de un omega era muy (demasiado tal vez) alto.

Le echaba toda la culpa a su familia paterna. Su madre siempre había sido una aventurera y una entusiasta de los idiomas. Le apasionaba conocer culturas, costumbres y lenguajes de cada país, así que había decidido estudiar idiomas y ahorrar desde su adolescencia para viajar por el mundo. Empezó con inglés, claro está, japonés, luego español y portugués simultáneo debido a la similitud, luego alemán, el cual le costó bastante, pero con lo persistente que fue pudo aprenderlo a la perfección en tres años y una estadía de seis meses en el país, continuó con italiano y finalmente noruego.

Ella consiguió una gran oportunidad de trabajo como traductora de una gran empresa de cosméticos que tenía varias sucursales en países donde hablaban los idiomas ya mencionados, por lo que viajaba bastante para ejercer su trabajo como traductora. En Noruega especialmente se quedó bastante tiempo y allí conoció a quien sería el padre de sus hijos.

Grethe Sandvik era la dueña de una de las cadenas de restaurantes más prestigiosos de todo el país. Jiah no esperaba conocer al amor de su vida en una reunión de negocios.

Aunque no era parte de la cultura coreana que el o la omega heredara el apellido de su cónyuge, Jiah insistió en firmar el acuerdo de matrimonio en Noruega y heredar el apellido de Grethe. La amaba tanto que le alegraba el corazón la idea de ya no llamarse Seo Jiah, sino Jiah Sandvik. Su pareja se había reído con cariño al escuchar su entusiasmo por cambiarse el apellido y no puso ningún pero.

Casi se derrite de amor cuando se enteró que Grethe estaba estudiando coreano para poder comunicarse con sus padres a la hora de conocerlos y con su ayuda consiguió un coreano decente para cuando el día de ir a visitar a sus padres llegó.

Grethe era carismática, de temperamento tranquilo y una paciencia increíble. Su madre había quedado maravillado al ver a la alfa de un metro noventa, pelirroja, de ojos azules y una piel blanca y pulida que casi parecía brillar. Su padre probablemente se sintió intimidada al ver a su nuera ser tan alta, pero era imposible tomarla con Grethe. Cada puya que le tiraba su suegra era contestada con una sonrisa amable. Al final su padre encontró en su pareja una buena jugadora de ajedrez y una compañera para ver sus novelas favoritas.

Toda la familia Sandvik la recibió con grandes sonrisas y abrazos efusivos. Jiah se dio cuenta que lo de ser sonrientes y simpáticos era de familia (incluyendo la altura. Su cuñada era casi de la misma estatura que Grethe). Era muy encantador y enamoró a Jiah al instante.

Dos años después de matrimonio Jeongguk fue recibido en Noruega con lágrimas de amor y muchos besos de por medio. Era una copia de Grethe a excepción de las pecas y los ojos. Pecoso como su tía, de ojos verdes como su abuela paterna y pelirrojo y blanquísimo como su padre. En lo único que pareció aportar Jiah fue en la forma de sus ojos, rasgados y grandes como los de ella y el detalle del lunar debajo del labio que podía confundirse fácilmente con una peca.

Cuando Jeongguk tenía cuatro años Jiah le anunció a Grethe que había vuelto a quedar embarazada y, nueve meses después, la pequeña que sería nombrada Nora se unió a la feliz familia. Una bebé sana de cabellos castaños, ojos rasgados color azul y pecas.

how's the weather up there? ❀ mingguk [omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora