how's the weather up there? ❀ mingguk [omegaverse]

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me ofende que nadie me dijo que había puesto omegaverss en el título en vez de omegaverse.

Para cuando llegó al hotel apestaba al alfa y sus feromonas sólo delataban lo feliz que estaba. Habían prometido encontrarse en la fiesta en la isla, despidiéndose enfrente del lugar donde Jimin se estaba quedando con Taehyung con un abrazo largo y un beso igual de largo, sin tener casi ganas de separarse.

—Te invitaría a pasar, pero sería muy atrevido de mi parte —le había dicho Jimin, apretándose aún más contra su cuerpo.

—Tal vez aceptaría un día en el que estés sin ese omega —Jimin lo había mirado con ilusión y Jeongguk amó ese brillo en sus ojos. Le sonrió y besó su nariz—. Nos vemos mañana, Jiminie —murmuró con su cachete pegado al del contrario, con los labios cerca de su oreja. Sintió al alfa estremecerse ligeramente y se regocijó de tener ese efecto en él. No era el único que se sentía tan afectado por el otro.

—Con lo fuerte que hueles a ese alfa me sorprende que no hayan cogido —fue el acogedor recibimiento que le dio Yoongi al llegar a la habitación—. Pude olerte desde antes de que entraras.

—Oh, cállate —dijo, pero estaba sonrojado. Yoongi le sonrió y lo invitó a que se sentara junto a él en el sofá. Se había hecho una especie de nido con un montón de almohadas y una de las mantas gruesas y suavecitas del hotel lo cubría.

Estaba viendo Uncanny Hunter en Netflix y un pote de helado reposaba en la mesita de al lado.

—Gigi... —murmuró Jeongguk con preocupación al analizar todo el panorama—. ¿Cómo te sientes?

—Como el primer día hace cuatro años —Yoongi suspiró con pesadez, sus ojos humedeciéndose un poco.

—Y no me querías aceptar que no lo habías superado.

—No quería ni aceptarme a mí mismo que no lo había superado. Después de cuatro años y todavía... —volvió a suspirar—. Es patético. Ni siquiera he podido hablar bien con Nayeon por la culpa, ella piensa que aún me siento mal del estómago.

—Gigi, no eres patético —Jeongguk lo rodeó con sus largos brazos y lo acogió en su pecho. Yoongi no se opuso—. Es culpa de él, ya casi lo estabas logrando y vino a derrumbar toda tu paz para nada.

—Qué raro es sentir el olor de un alfa en ti —mencionó mientras se sorbía la nariz y Jeongguk rio.

—Idiota.

Después de un breve silencio, Yoongi volvió a hablar.

—No creo que sea buena idea seguir con Nayeon, no mientras me sienta así. Ella no se merece una relación a medias.

—Sí, tienes razón —sin embargo, después de eso, Yoongi fue atacado por un fuerte llanto mientras era sostenido en los brazos de quien más confiaba.

Jeongguk también lagrimeó, sintiendo que estaba sosteniendo los pedazos rotos de lo que era su mejor amigo.