¿Decirles? ¡Ni loco!

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No me digan nada sobre los títulos de los capítulos, no soy buena titulando *cry*

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¡Por las santas empanadas! Ahora si que se había jodido.

Evan estaba ahí tirado en la camilla del hospital con todos sus amigos al rededor viendolo mientras trataba de aguardar el ataque de pánico que quería comenzarle.

—Te lo diré de una manera muy simple, rubio. ¿Quién demonios es la perra que te tiene así de enfermo? Así vamos a buscarla y la hacemos corresponderte porque yo no voy a pagar 25 mil dólares en una maldita vacuna y un viaje a Estados Unidos solo por tu calentura ¡Solo eso te digo! —Habló el mayor del grupo tratando de no gritar tanto para que no los fueran a echar a la calle.

Resulta que los chicos ya le habían contado al rubio todo acerca de su enfermedad y el parásito que llevaba dentro.

(Eso me recuerda a un comic mpreg que me vi una vez y ahora me veo a Evan ambarazado 😭)

—No no no no, a ver... ¡¿Tengo un parásito?!

—Mira, Evan, no te exaltes ahora. Lo vamos a solucionar de alguna manera. —Abe se apresuró a tratar de calmarlo poniendo sus manos sobre sus hombros. —Sé que ahora parece que no... pero eso solo es por la conmoción del momento. Ya verás que encontraremos como pagar la cura.

—¡¿De dónde?! ¡No tenemos esa cantidad ni manera de conseguirla!

—Podemos conseguir un trabajo. —Opinó Nil. —Ya sea en el infierno o aquí deben haber lugares que contraten.

—¿De qué? Ninguno tiene título. —Se metió Iron.

—¿No te pagan alguna comisión por ser guardián? —Preguntó Abe.

—¿Te parece? No me darían tanto jamás.

—¿Qué tal si le pides prestado a Vay? Según entiendo a las modelos les pagan bien. Tal vez quiera.

—¿No conoces a Vay, Nil? Ella nunca me prestaría todo ese dinero de un día a otro, ni siquiera gana tanto.

Seguían discutiendo sobre maneras de conseguir plata, el azabache seguía callado y sentado en una esquina del cuarto sin opinar sobre nada y con la mirada perdida. Parecía que no le importaba, de hecho estaba conservando la calma bastante bien, pero seguía pensando en todo el asunto; la mariposa, la sangre, la infección, Evan...
¿Estaría bien? Nada se lo aseguraba ni negaba, eso era malo. También entendía que su condición se debía a que sufría por una persona que no lo amaba -igual que le pasaba a él- eso era mucho peor.

¿Qué debían hacer? La idea de Nil de buscarse un trabajo no le parecía mala, el problema es que ¿En qué? Era cierto, ellos no tenían profesión, solo podían conseguir el sueldo mínimo así, y ese dinero lo necesitaban a más tardar un mes.

—Johan ¿No piensas decir nada? —Iron se giró a verlo queriendo que le dijera de una vez por todas por qué estaba tan callado.
El emo solo negó con la cabeza. — ¿No te vas a preocupar por tu noviecito?

—Cállate Iron.

—¡Ah! Ahí si reaccionas ¿verdad?

—Iron, por favor. —Habló Evan con tranquilidad. —Aún siento que me explota la cabeza... agradecería que no peleen al menos mientras me siento mejor, por favor.

La castaña le dedico una mirada suave. —Lo siento, rubio. ¡Muchachos! Hay que dejar que el fideo marolio descanze un poco. Vámonos y volvemos mañana.

Los cuatro se apresuraron a irse -sobretodo Iron que ya estaba a bomba de estar ahí- Johan se viró sobre su hombro para ver al rubio recostandose mejor en su cama para dormir un momento, una sensación incómoda le estrujo el vientre. Cerró la puerta trás él y se fue a su departamento muy silencioso sin la presencia de Evan.

𝑯𝒐𝒘 𝒃𝒖𝒕𝒕𝒆𝒓𝒇𝒍𝒊𝒆𝒔 𝒉𝒖𝒓𝒕 (Johevan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora