1... 2... 3... Te encontré otra vez

Paranoia

Fred.

Estoy mirando al techo de mi habitación en silencio, viendo la pintura del mismo, pensando en mi situación actual y en como la he tenido que llevar.

Me doy la vuelta en mi cama mi rostro queda viendo a la ventana, veo los ligeros rayos colarse detrás de las cortinas.

Otro día acaba de llegar y aún así no soy capaz de salir de mi cuarto.

Que miserable.

Me siento miserable.

Soy un miserable.

Cierro los ojos con fuerza y hundi mi cabeza en la almohada mientras el pensamiento persiste.

Esto es miserable.

Siento un ligero nudo en la garganta y por más que me esfuerzo en que sea solo eso termino soltando un sollozo, antes de desmoronarme en llanto.

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Mi habitación comenzó a ser abrumante aunque no planeaba salir de ella, estaba asustado más de lo que quisiera admitir.

Hundi mi cabeza entre mis rodillas con frustración.

Quiero poder decir que estoy frustrado con el resto, Pero a decir verdad lo estoy conmigo.

Me frustra que lo que pasó hace días me afecte tanto

Me frustra no poder salir y hacer frente.

Me frustra preocupar al resto.

Me frustra saber que no soy tan fuerte como creí.

Me frustra ser yo.

– Fred – escuchó que llaman a mi puerta, lo que hace que salga de mis pensamientos por un corto tiempo– soy yo xio, ¿Puedo pasar?

Dudo visiblemente, no quiero estar solo, pero tampoco quiero que alguien entre y me vea de esta forma tan miserable, menos si es xio.

– por favor Fred, quiero saber cómo estás...

Silencio.

Todo estuvo en silencio denuevo, mientras dudaba si en dejarla entrar o no, al final suspiré y rasgue ligeramente mi garganta para hablar.

– pasa – dije soltando un gallo, hace tanto que no hablaba.

No hubo respuesta inmediata, solo mire como el picaporte se movió y la puerta se abrió.

Xio entro con cautela a la habitación, revisando cuidadosamente el cuarto en mi búsqueda, hasta que me encontró sentado en el suelo hecho bolita con la sábana encima, pude ver el alivio en su mirada y a la vez preocupación.

No dijo nada y cerro la puerta detrás de ella mientras entraba a la habitación y se sentaba frente a mi.

– ¿Estás bien? – pregunto

– define bien – respondí de mala gana.

– si, estás bien – dijo ella de inmediato y se rió, al ver que no sonreí su sonrisa desvaneció – ¿Aún te sientes mal?

Me quedé en silencio y baje la mirada al suelo, no quería hablar de como me desmaye, de como tuve miedo a una criatura, de como hui como un conejo miedoso en vez de enfrentarme a él.

– vamos Fred estaba fuera de tu alcancé – explico ella

– ¿Fuera de mi alcance?, literalmente pude defenderme, sin embargo corrí como una puta presa asustada xio

– No sabías que eso iba a pasar, aveces el cuerpo reacciona así....

– Pero no justifica que hui como un cobarde