Lecturas inapropiadas.

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Estoy en un sector un poco apartada de la mansión con una elfo de pelo azul que está leyendo a la par mía con suma tranquilidad.

Su coloridos ojos captan que la quedo viendo con cara de perro muerto y baja su libro.

– ¿Hoy no quieres leer? – pregunto curiosa y un tanto angustiada.

Negué con la cabeza y agarre un libro que tiene una portada curiosa, no entendí mucho de lo que decía, parecía estar escrito mal.

Ella suspira y se acerca, me quita el libro y le da la vuelta, haciendo que sea un poco más entendible pero no tanto.

– está al revés Fred – dice levantándose para ir uno de los árboles, lo soba y el árbol abre su interior donde hay una repisa de libros y ella saca cinco – no has leído, no has avanzado en esta tarde y sueles ser activo en clases, llevas una semana así, ¿Que ocurre Fred?

Verla acercarse con los libros y sentarse enfrente de mi, me hace entrar un poco en razón, ella me enseña algunas cosas de literatura ya que me cuesta un poco lo que es leer, generalmente pongo de mi parte, Pero desde la noticia del nuevo, mi cabeza no ha dejado de darle vueltas a eso, haciendo imposible que pueda pensar en otra cosa.

Sobre todo en las clases de lectura en las tardes.

Sabiendo que mi maestra voto para que se quedará.

Eso es una traición.

En vez de decir todo en mi mente, simplemente apartó el libro y suspiro dejandone caer en el poof detrás de mi, para ser un lugar del bosque, está bien escondido y bien acomodado, con cosas necesarias, algo que puedo notar es que es su escondite del resto, le atribuyó un punto.

– simplemente es lo normal de ser Jefe – menciono sin importancia

– entiendo – dice levantándose y moviendo su colita con interés en otra cosa, lejos de la conversación y la enseñanza a la cual se supone que vine aquí – ya que hoy no vas a leer, como en la última semana – recrimina  moviendo su cola.

– ¿Dime Yass? – pregunto usando mi gorro como tapa ojos, recibiendo a la oscuridad.

La tranquilidad se fue al sentir un jalón y caí brusco al suelo, me quite el gorro y Vi su cola enrollada en mi pierna, sorprendido, normalmente no hacía esos gestos.

– me di cuenta del incidente que tuviste con un vendedor – dijo y eso me sorprendió

– ¿Te lo dijo tu ranita? – inquiero

Ella niega y desenrrolla su cola para irse a otro extremo del cuarto y acomodar sus libros.

– me enteré sola, y por qué el Gnomo me lo dijo – respondió caminando devuelta a mi lugar con una libreta y un lápiz, golpeó ligeramente el cuaderno en mi cabeza asustandome un poco, su expresión no mostraba su amabilidad común, era gélida – te tengo una pregunta.

– ¿Cuál? – inquiero

– ¿Alguien te siguió? – pregunto desconfiada y escaneando mi rostro con total seriedad, note el cambio del color en sus ojos, sorprendiendome, ¿Que especie es ella?

– no que yo sepa .-. – respondí indiferente

– Vale, no quiero gente cerca de este lugar – menciona ordenando devuelta sus libros.

El silencio se agolpa nuevamente y ninguno habla, una se concentra en ordenar y el otro en webear, mire el cuaderno con el que me golpeó y lo abrí tomando el lápiz dispuesto a escribir o dibujar.

Una vez dispuesto me distraje al ver otro libro con portada de dibujos, normalmente me ponen a leer cómics cuando no logro leer, ese comic era nuevo, no lo había visto en la colección de ella, lo agarro y empiezo a leer.

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