Lo primero que pensó Sana al salir de su apartamento fue: ¿Qué estaba haciendo? ¿Realmente había aceptado eso? Pues pareciera que sí. Pareciera que ella amaba sabotearse a sí misma.
Su amiga alfa le había hecho la más indecorosa de las propuestas. Tzuyu era una alfa de pocos amigos; más bien, no se llevaba muy bien con muchos de sus compañeros en la facultad y siempre estaba algo alejada del bullicio. Era una joven muy aplicada y concentrada en sus cosas personales, muy adecuada a su amor por los videojuegos y con una actitud algo rara en cuanto a su sociabilidad. Pero ella no era asocial. Realmente disfrutaba de la amistad de una omega muy bonita que iba con ella a todos lados. Sana y ella se juntaban a tomar té... Sí, una de las cosas que amaba la alfa era tomar té, ya fuera frío o caliente, y siempre era acompañada de la omega.
Tzuyu sabía que despertaba pasiones en su campus. Una alfa alta, con un cuerpo tonificado y un aura involuntariamente misteriosa. Sabía que había algunos omegas que la querían como alfa, otros alfas que la veían como una amenaza, pero poco le importaba. Ella centraba su vida en sus estudios, sus pasatiempos y la amistad con Sana.
Sana sentía mucho por la alfa, en parte. No era un crush, simplemente algo platónico, y Tzuyu, por su parte, reconocía, incluso ante la misma Sana, que la consideraba un gran partido para ser su compañera. Sana no se lo tomó muy en serio, pero si Tzuyu quisiera cortejarla alguna vez, no se negaría. Ella no se complicaba mucho.
Pero Tzuyu le había pedido explícitamente que la ayudara con su celo. Claro, era algo un poco fuera de lugar, pero bajo el contexto de que la alfa casi muere en su último celo, pues no quedaba mucho por hacer.
En su último celo, Tzuyu había experimentado una fiebre peligrosamente alta. A pesar de sus intentos de manejarlo sola, nada parecía funcionar. Ni su propia mano ni su fleshlight le proporcionaban el consuelo necesario, y los supresores, que normalmente eran efectivos, no le estaban haciendo efecto en absoluto. Fue una experiencia aterradora para ella, una en la que se sintió completamente fuera de control y vulnerable.
Recordar ese episodio todavía le causaba escalofríos. La fiebre la había debilitado tanto que en un momento pensó que no lo lograría. La soledad y el dolor habían sido insoportables, y esa experiencia la dejó con una resolución firme: no quería volver a pasar por algo así sola.
Por eso, cuando Tzuyu se acercó a Sana con esa propuesta indecorosa, había un trasfondo de desesperación y necesidad que Sana no pudo ignorar. La alfa le había explicado la gravedad de la situación, sus palabras cargadas de una mezcla de vergüenza y urgencia. Sana, conociendo lo fuerte y orgullosa que era Tzuyu, entendió lo mucho que le costaba hacer esa solicitud. Aceptar significaba mucho más que solo ayudarla a pasar su celo; era una muestra de confianza y vulnerabilidad que Sana no podía tomar a la ligera.
Su enigma estaba en que, si esto iba a afectar en su amistad. Eso le preocupaba profundamente. Tzuyu era su mejor amiga, y a Tzuyu le preocupaba más que nada hacerle daño a la pequeña omega que arruinar su amistad.
En parte por su seguridad, en parte porque sabía lo mucho que Sana la apreciaba y la quería.
Sana había aceptado la solicitud de Tzuyu sin dudarlo, y al observarla no percibió ninguna vacilación en su mirada, lo que le proporcionó cierto alivio. Sana se prometió a sí misma que no permitiría que lo último que ocurrió volviera a suceder. Jamás.
Si tuviera que ingresar a un hospital y ser sedada para superarlo, sería lo ideal. Pero si pudiera atravesar este difícil momento con Sana a su lado, sería la mejor solución. Porque más allá del temor a perder el control, pensaba en la posibilidad de arruinar su amistad y era importante para ella.
Importante, no porque alejarse de Sana significara quedarse sola en sus tardes o perder una amistad, sino porque Sana realmente le importaba y amaba tenerla en su vida. Sana llenaba un espacio significativo en su corazón, un espacio que ninguna otra persona podía ocupar. Tzuyu sabía que tenía que cuidar su vida, y luego verían qué sucedería. Cuidar su vida porque, según su doctor, su edad era la ideal para emparejarse, era la edad ideal para dejar su marca en algún omega, tener sus cachorros. La poca exposición y la escasa actividad sexual eran los causantes de que sus últimos celos en los últimos dos años fueran tan intensos y peligrosos.
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RHODE. || Sahyotzu Omegaverse (Adaptación)
Fanfiction❝Tzuyu era una alfa que necesitaba de ayuda de su dulce amiga omega. Sana no llegaba a su socorro y en el calor de su desesperación descubrió qué tipo de alfa ella era. Era una vaquera, metafóricamente hablado. Entonces Sana por fin llegó. Y el rod...