𖤐 The Coffin Of Andy And Leyley With Ell 𖤐

Capitulo 1: El Ataud (1/2)

Narra Ellie

Me encontraba en el sofá, mirando la tele... o lo que quedaba de ella. La pantalla negra reflejaba mi rostro aburrido y, por alguna razón, me parecía más entretenido que los canales muertos que teníamos últimamente. Ni un solo sonido, solo silencio y mi reflejo.

Mientras tanto, mis hermanos estaban en otra de sus peleas eternas. Ni idea de por qué discutían esta vez, pero sus gritos eran como el ruido de fondo constante que acompaña nuestras vidas. Andrew gritaba algo sobre un cargador, y Ashley le respondía con algún insulto que ya había escuchado mil veces. Para mí, era un déjà vu diario.

Después de un par de minutos de este caos habitual, decidí encender la televisión, como si eso fuera a mejorar algo. Los mismos anuncios de siempre, esos que te hacen sentir que ver la tele apagada podría ser una experiencia visual más interesante.

Ah, cierto. No me he presentado. Soy Ellie Graves, la menor de tres. Mis hermanos mayores son Andrew y Ashley, quienes están muy ocupados peleando la mayor parte del día. Yo, por otro lado, me dedico a actividades mucho más productivas, como dormir, cocinar y ver televisión. Esas tres cosas son básicamente mi vida. Tampoco es como si hubiera mucho más que hacer en medio de esta cuarentena absurda.

Llevamos más de un mes sin recibir comida. ¿Te imaginas? Un mes. Y nuestros recursos se están agotando rápido. Aunque, para ser honesta, no sé si eso me molesta tanto. No tengo energía para preocuparme.

Antes de que pudiera seguir pensando en lo mucho que odio esta situación, los gritos de mis hermanos se intensificaron.

—¡Claro que no, idiota! —escuché a Ashley gritar, su voz siempre un tono por encima de lo soportable.
—¡Sí lo hiciste! ¡Tomaste mi cargador! —respondió Andrew, irritado.

Suspiré, resignada. Esto ya se estaba volviendo patético, así que decidí intervenir.

—Andrew —lo llamé, levantando la mano perezosamente desde el sofá.
—¿Qué? —respondió él, todavía molesto.
—Yo lo tomé —dije con desinterés, lanzándole el cargador.

Andrew se acercó al sofá, tomando el cargador sin mucho entusiasmo.

—Para la próxima, pide permiso, ¿sí? —respondió, aunque antes de que pudiera responder, me lanzó un cojín a la cara.

Sí, supongo que me lo merecía.

Me quité el cojín de encima y me levanté lentamente, pensando en cómo llenar el vacío de mi aburrimiento. Justo en ese momento, empezó a sonar esa maldita música. El ritmo repetitivo y ruidoso que conocíamos muy bien. La pesadilla de nuestro querido vecino había comenzado de nuevo.

—¡No otra vez! —gritó Ashley desde su cuarto.

Me limité a maldecir al vecino en silencio. En serio, ¿cómo alguien podía tener tan mal gusto musical?

—¿Vamos a ver qué está haciendo esta vez? —preguntó Andrew con una media sonrisa, ya anticipando algún tipo de espectáculo extraño.
—Solo si me llevas cargando, estoy demasiado cansada para caminar —respondí, sin muchas ganas de moverme.
—Trato hecho —dijo Andrew, levantándome en su espalda.

Ashley ya estaba en el balcón cuando llegamos, su expresión entre molesta y curiosa.

—Apúrense, tortugas —dijo, mientras se asomaba por la barandilla, buscando la fuente del ruido.

Una vez fuera, me bajé de la espalda de Andrew y nos asomamos hacia el apartamento del vecino. La puerta estaba entreabierta, y la música salía a todo volumen. Como si fuera lo más normal del mundo, decidí improvisar un "puente" con una tabla rota que teníamos por ahí.