Entré por su ventana.
La encontré llorando,estaba en el suelo envuelta en una sábana.
Me senté junto a ella y la abracé.
Intenté calmarla, no funcionó.
-Volvió a pasar, perdóname.- Dijo esto y se sacó la sábana, estaba en ropa interior, a ella no le molesta, la he visto muchas veces, pero esta vez había más sangre y más cortadas
-Sabes que eso no ayuda en nada, ¿cierto?- Ella solo asintió, aún tenía lagrimas en sus mejillas, las sequé con mi dedo.-Tranquila, todo estará bien.
Ella sabía que nada estaba bien.
Cada vez su ansiedad y depresión aumentaban más, su mamá no volvería y su papá es algo complicado de tratar.
Después de un rato callados le pregunté por qué lloraba.
-¿Por qué tú no lo haces?- Me respondió.
-Porque no quiero que me veas llorando- Sonreí - Quedaría como un estúpido
-Te verías tierno- Respondió riendo un poco.
Se recostó en mi pecho, nos quedamos así por unos minutos, escuchaba su respiración; Se había quedado dormida.
Solo la llevé a su cama y me recosté junto a ella.
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Mundo cerrado, Heridas abiertas
Novela JuvenilElla solo estaba ahí. El viento movía su cabello en todas direcciones. Se veía realmente hermosa. Le grité, corrí hacia ella. No la alcancé. Saltó. Salté tras ella.