Mattheo Riddle
Bien, no se ni por dónde empezar, tal vez por la parte en la que me desperté atado a ella en una cama en el mundo muggle, si esa parte está bien.
Un mes antes...
Joder, que dolor de cabeza. Todavía no estaba despierto del todo cuando noté algo moviéndose a mí lado y tirar de mi brazo. Vale, que cojones.
Me di la vuelta para mirar a la persona a mí lado y me di cuenta que era una chica con el pelo teñido de un rojo oscuro a la cual no le podía ver bien la cara ya que estaba de espaldas a mi, pero eso no me importaba, lo que me importaba era que estábamos atados con unas esposas de pelo rosa.
Empezé a tirar de mi mano y la chica comenzó a despertarse, y ay dios mío.
La chica a mí lado era realmente hermosa, todavía tenía los ojos cerrados, pero me fijé en las pecas que adornaban su cara, sus cejas bien hechas y con un delineado perfecto.
La chica abrió sus ojos lentamente y cuando me vió su cara se contrajo en una de pánico.
Acabo darme cuenta de sus ojos, eran marrones, simples pero bonitos.
–Mierda, mierda, mierda– empezó a tironear de las esposas y yo me reí.
–Preciosa, si no tenemos la llave no podemos abrirlas.
–Callate.– parecía bastante enfadada y no por la situación sino por mi.
–Calmate, llamaré a alguien y nos ayudará.
La chica se levantó de la cama bruscamente y casi me arranca el brazo. No me quedó más remedio que levantarme también a rastras.
Estaba detrás de ella y no pude evitar fijarme en su parte trasera, y joder elegí a una muy buena chica ayer.
Daba vueltas por toda la habitación buscando la llave, que a todo esto no sabía de quién era, bueno realmente no sabía dónde estaba, llevaba en el mundo muggle unas dos semanas completamente solo, conocí a un grupo de chicos y desde entonces estoy con ellos y me llevan a fiestas, no sabía que los muggles fueran así.
–No la vas a encontrar.
–Cuantos ánimos.– respondió con un tonto cortante y yo solo esbocé una sonrisa.
Pasó una hora, una puta hora atado a la loca a mí lado.
Nunca había conocido a una chica tan grosera.
Estábamos sentados en la cama apoyados en el cabezal, y un dato importante era de barrotes.
No noté cuando la chica se soltó de las esposas y me ató al cabezal de la cama.
–Bueno, te tocará apañártelas tu solito.– soltó con una sonrisa burlona.– Y otra cosa más, nadie tiene que sabes que tú y yo hemos estado juntos, ¿vale?
No respondí y la chica se marchó. Busqué el móvil que me compré hace unos días en mis pantalones y llamé a John, uno de los chicos que conocí y le dije si podia venir a buscarme.
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One shots Harry Potter
FanfictionOne shots ||Se que no tiene casi votos pero merece la pena leerlos||