Sentir

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A la mañana siguiente todo fluyó a su entorno ya que Urss mandó a retirarse y volver a territorio Ruso ya que Bolivia mejoró gradualmente, para par seguidamente  Bolivia y Urss priorizaron sus alianzas hablando de nuevas estrategias de ayuda entre naciones.

Durante esas charlas a Bolivia se le escapaba sonrisas y risas donde Urss se le quedaba viendo perdidamente quieto y fijando sus ojos en ella cada tanto, tras horas de trabajo y charlas agradables llegó la noche donde Bolivia entusiasmada ofreció preparar la cena y asi llegamos aqui.

Bolivia: "¿Te gustaría más sopa, Urss?" preguntó Bolivia con una sonrisa amable.

Urss asintió, con suavidad

Urss: "Sí, por favor, Bolivia."

Después de disfrutar de la comida, Urss se despidió de Bolivia, prometiendo volver pronto ya que tenia planificado una reunión entre sus aliados, fue asi que partió a su territorio.

 Al llegar a su vasta y fría nación, fue recibido por sus antiguos aliados, Reino Unido, Francia y Estados Unidos. La reunión fue tensa, llena de estrategias políticas y planes de cooperación. Sin embargo, en el fondo de su mente, Urss no podía dejar de pensar en Bolivia.

Cuando la reunión finalmente terminó y sus aliados se marcharon, Urss se dirigió a su despacho, abrumado por una extraña mezcla de emociones. Mientras revisaba sus documentos, un sobre cayó al suelo. Al recogerlo, encontró una foto de Bolivia, luciendo hermosa con su vestido indígena y una ligera sonrisa en su rostro.

Urss se quedó mirándola, sintiendo una calidez inusual en su pecho. Recordó la manta que Bolivia le había regalado antes de partir. Decidido a encontrarla, comenzó a buscarla entre sus pertenencias. Tras una larga búsqueda, finalmente la encontró escondida en el fondo de un cajón.

Con una sonrisa que nunca antes había mostrado, Urss llevó la manta a su rostro, inhalando profundamente el aroma que aún conservaba de Bolivia. Cerró los ojos y por un momento, se permitió sentir la ternura y el cariño que ella le inspiraba. Recordó sus gestos amables, su risa suave y la forma en que siempre intentaba ayudar a los demás, incluso a él, un hombre duro y marcado por las cicatrices de la historia.

Mientras se dejaba llevar por estos pensamientos, Urss comprendió que Bolivia había despertado en él algo que creía perdido: la capacidad de sentir y expresar ternura. Con una nueva determinación, decidió que cuidaría y protegería a Bolivia no solo como una aliada, sino como alguien realmente importante en su vida.

Urss guardó la foto y la manta con cuidado, sabiendo que esas simples posesiones tenían un valor incalculable para él. Sonrió una vez más, deseando volver pronto a la cálida compañía de Bolivia.

Aquella noche, mientras revisaba documentos en su oficina, Urss sintió que sus párpados se volvían pesados. Poco a poco, el sueño lo venció, llevándolo a un lugar cálido y familiar.

Se encontraba sentado junto a una fogata, bajo un cielo estrellado. A su lado, Bolivia reía suavemente, compartiendo historias y anécdotas. La atmósfera estaba impregnada de una paz y serenidad que hacía mucho tiempo no experimentaba. Las llamas de la fogata danzaban, proyectando sombras acogedoras a su alrededor.

Bolivia, siempre atenta, notó el cambio en él y le sonrió con ternura. "Urss, me alegra verte así. Creo que has encontrado un poco de paz aquí."

Urss asintió, levantando la vista hacia las estrellas que brillaban intensamente en el cielo nocturno. "Sí, Bolivia. Gracias a ti. Has cambiado algo en mí, algo que no creía posible."

Bolivia tomó su mano, entrelazando sus dedos con los de él. "Eres bienvenido aquí siempre, Urss. No importa lo que pase en el mundo, siempre tendrás un lugar en mi hogar."

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