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Hinata se encontraba en casa, preparaba una deliciosa comida para la cena. Sasuke no se había aparecido por todo el día por lo cual estuvo sola. 

Naruto se fue de misión en busca de más información de la enfermedad de ella, pues él le había prometido que encontraría una cura cueste lo que cueste. 

Después de un rato la puerta de la casa se abrió, era Sasuke el cual se mostraba serio como siempre, pero traía una bolsa en mano. 

- Bienvenido. 

Dijo Hinata de forma amable y luego siguió con lo suyo. 

Sasuke la miro unos segundos, pero ella le daba la espalda, no dijo nada y solo subió a la habitación donde se encerró y comenzó a prepararse para tomar un baño.

Hinata se dio la vuelta para dejar unos platos en la mesa, pero se dio cuenta que, en esta, había una rosa blanca y unos rollos de canela, acaso él se los había traído? 

Tomo la rosa con cuidado y la observo, las flores blancas significaban pureza y de cierta forma una manera de pedir disculpas a alguien. Y los rollos de canela, pues eran su postre favorito. Una leve sonrisa apareció en su rostro mientras aún tenía la flor en mano. 

A pesar de que él no era abierto con ella, le daba este tipo de detalles en silencio. A pesar de todo el dolor que él le causa a ella con sus acciones indiferentes e incluso cuando se va con Sakura dejándola completamente sola a ella, hace esto. 

Hinata se confundía cada día más, ¿de verdad le importaba o no? ¿porque un día le da detalles y al otro la trata como si nunca existiera? 

Prefirió dejar de pensar y puso la rosa en un florero, sirvió la comida y lo espero, pero él nunca bajo así que comió sola.

Lavo los platos y guardo la porción de Sasuke en un lugar fresco, cerro bien las puertas y se preparó para dormir, ella ya no dormía en la habitación que supuestamente tenían que compartir como el matrimonio que eran, pues él un día le grito que prefería estar solo y su presencia le incomodaba, ella no renegó y solo opto por irse a descansar al cuarto de invitados, cosa que hasta la actualidad aun lo hace. 

Se quito el collar que en el inicio de su matrimonio Sasuke le regalo, se puso su pijama y se recostó en la cama. La habitación se sentía frio a pesar de tener una manta cobijándola. Pero ese frio no solo lo sentía por fuera, si no por dentro. 

Ella quería tener las cosas bien con Sasuke, pero parecía que cada día se distanciaban más, cosa que a ella no le agradaba para nada, pues a pesar de que Hinata le daba todo, él nunca lo tomaba en cuenta y solo lo ignoraba; como si no existiera.  

Por otro lado, después de un tiempo, Sasuke bajo a la sala y pudo observar que las luces ya estaban apagadas y las puertas cerradas, miro que también estaba su porción de comida, el cual calentó y lo comió. 

La sazón de Hinata se parecía mucho al de su madre, cosa que lo reconfortaba, pues de todas las comidas que había probado a lo largo de su vida, la de Hinata siempre era la más parecida a la de su madre. 

Comió en silencio mientras pensaba en la actitud que tenía hacia Hinata, en el fondo sabía que no era justo, pues ella no le hizo nada. Pero cada día, mientras más lo pensaba, más se enojaba, pues su orgullo le dice que no, que ella tenía toda la culpa de lo que le pasaba, de sus desgracias, del porque no podía ser feliz con Sakura, del porque ya no tenía tantas libertades como antes. 

Pero también muy en el fondo sabe que este matrimonio fue más a fuerzas que por amor. Sinceramente él no la conocía tanto como ella a él y puede que nunca haga el esfuerzo de conocerla bien.

Sasuke se puso de pie y camino a un cajón el cual lo abrió para guardar unas cosas, pero se dio cuenta que ahí estaban los medicamentos de ella. Curioso, tomo una caja y lo leyó. Era un medicamento bastante fuerte e incluso podría tener muchas complicaciones en su consumo. Pero él sabía que su enfermedad de cierta forma era un tema serio. Abrió la caja y se dio cuenta que estaban por acabarse las pastillas. 

Sasuke pensó varios momentos y luego cerro el cajón, tomo su capa negra y salió de la casa. Era ya muy noche, pero por alguna razón no podía dejarlo, así como así. Busco en toda la aldea una farmacia abierta hasta que finalmente lo encontró, entro y fue a donde estaba una mujer atendiendo y de forma seria hablo

-Tiene este medicamento?

dijo él, mostrándole la caja de las pastillas 

-Si, contamos con ese medicamento, pero necesitamos la receta y tienen un costo extra, por lo mismo de que no es de aquí 

-No traigo la receta, pero es para mi esposa y de verdad los necesita 

-Lo siento, pero necesito la receta para poder vendérselo 

-Miré, ya le dije que no lo traigo, solo deme el maldito medicamento, no me importa el costo 

-Se lo daré, pero le costara el triple, su precio original 

-Solo deme la maldita caja 

Sasuke ya estaba cabreado y se le notaba, la mostradora suspiro levemente y fue por el medicamento, una vez que se lo entrego Sasuke pago sin importarle el precio y camino de regreso a casa.

Una vez que finalmente llego, fue al cajón y dejo la nueva caja de medicamento ahí. Luego de eso se quedo en silencio y camino a la habitación de invitados, donde el sabía que estaba ella.

Su mano quedo unos minutos tomando la manija de la puerta hasta que finalmente se decidió y entro. Al instante, un aroma a lavanda inundo sus fosas nasales, un aroma que de verdad lo relajaba, aunque no lo diga abiertamente.

Pudo notar que ella ya estaba profundamente dormida así que con cuidado se acerco a ella, sin apartar la mirada de su cuerpo. Finalmente pudo ver su rostro, ella parecía tan tranquila, serena, tan pura... como si no tuviera algo dañino en su cuerpo. Su cabello negro azulado brillaba un poco con la luz de la luna. Su respiración tan tranquila la hacía ver como el ser más inocente y puro de esta aldea y del mundo. 

Sasuke se preguntaba como ella podía estar ligada para siempre a él, un criminal. Nunca en su sano juicio creyó que se casaría con una persona como ella. Sabía que no la merecía, pero su orgullo era lo que destruía esos pensamientos y convenciéndolo que era culpa de ella todo esto. 

Inconscientemente la mano de Sasuke viajo a su mejilla, acariciándola con la más delicadeza del mundo, temiendo romperla. Sasuke la miro varios minutos más, dándose cuenta en las claras diferencias que Sakura tenía con Hinata. Y, algo en su mente resonó; preferiría mil veces más a Hinata que a Sakura. 

Pero porque estaba con Sakura si se sentía mejor y más a gusto con Hinata? No lo sabía, tal vez porque todo el tiempo ella lo persiguió hasta el cansancio y quería darle finalmente lo que llevaba tiempo buscando, tal vez porque era fuerte, tal vez ni siquiera había alguna razón para estar con ella. 

Sasuke solo suspiro un poco y le dio un beso a Hinata en la frente mientras ella aun dormía. 

Nunca él había hecho eso, pero ahora era como si algo lo hubiera impulsado para hacerlo, luego de eso, hablo en un susurro 

-No te mereces nada de esto...

Dijo con algo de suavidad en su vos, luego de eso se alejó y salió de la habitación, dejándola sola, camino escaleras arriba y se sentó en la cama, aun pensando en lo que acaba de hacer, cerro los ojos y la sonrisa de Hinata apareció en sus pensamientos, Sasuke suspiro y luego cerro sus ojos.

No sabia que era ese sentimiento que poco a poco crecía en él, pero a la vez no quería demostrarlo, pues su orgullo se lo impedía. Tal vez solo Hinata sea una más que al final lo quiera por su apellido y lo material, pero mientras más lo pensaba así más en el fondo se convencía de que...

Ella no era así.

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⏰ Última actualización: Jun 23 ⏰

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No Fue Mi Culpa -sasuhina-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora