Harry un chico Beta que le gustaba jugar mucho el basquetbol.
Un joven que respetaba a los Omegas, sabiendo como eran maltratados estos, siendo un Beta no dejaba que los Alfas lastimen a los Omegas.
Era un héroe para los Omegas.
Hasta que conoció un Omega que hizo que su corazón latiera como un tambor.
Pero había consecuencias para eso.
Su vida trajo consecuencias demasiados graves para el, solo por haberse enamorado de un Omega que nunca seria su alma gemela.
Un Beta y un Omega no eras compatibles.
Aunque no sean compatibles, él nunca podrá tener ese Omega pero aun así daría su vida por él, si fuera necesario.
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Era un día soleado para ir a pasear, nadar, jugar y otras cosas mas, cerca de un hotel había un parque lleno de mucha vegetación, era el mejor lugar para divertirse o pasear.
-Sabían que el departamento 305 se muda una familia.
-No.
-Dicen que vienen de Estados Unidos.
-De Estados Unidos.- pensó.- y cuando vienen.- dijo.
-Esta misma tarde.- miro el reloj.- creo que ya deben estar por llegar.
El chico dijo a su amigo y este se lo pensó un momento hasta que se decidió, disculpándose con sus amigos que un rato regresaría y se fue.
Justo cuando estaba llegando al hotel vio una camioneta estacionarse en la entrada del hotel y de esta salieron una mujer y un joven tan apuesto para sus ojos, miro como la mujer entraba dejando al menor solo con una maleta casi grande y viendo su tamaño debe de estar pesada, ya que el menor intentaba a toda costa llevar la maleta adentro, viendo eso se acerco al chico para ayudarle.
-Tu debes ser el del 305, ven te ayudo.- dijo al hermoso chico que este sin duda le agradeció por su ayuda.
-Si, gracias.- le sonrío.- Me llamo Dre, mucho gusto.- se presento el chico.
-Soy Harry, un gusto igualmente.- no quedándose atrás también se presento a su nuevo vecino.
Entrando al hotel Harry comenzó con una conversación amigable con el Omega, aunque no sea bueno en olfatear los aromas de los Alfas o Omegas, sabia bien que ese chico delante de él era un Omega. Por la delicada piel, su cuerpo pequeño, la altura y la belleza que cargaba el chico.
Saliendo de sus pensamientos pregunto al menor por el motivo de mudarse a china.
-Y por que se mudaron.
-A mi madre le transfirieron.
-Ya veo.
Llegando al departamento 305, dejo las cosas del Omega y presentándose con la madre de este.
