PARTE UNICA

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Me encontraba en mi órbita; Neptuno se había ausentado, probablemente en algún lugar entre Plutón y yo. Desde mi posición, solo podía observar cómo los demás planetas conversaban entre sí, lo cual me entristecía. Tenía el deseo de acercarme a Saturno y hablar con él, pero temía molestarlo. Saco mi diario y me pongo a dibujar.

Pasaron unas horas y al parecer solo había logrado hacer tres dibujos, suspiré. Realmente me gustaría hablar con alguien. Podría hablar con mis lunas, pero no quiero ofenderlas. Les he pedido disculpas varias veces, pero siento que no son suficientes.

Veo que se acerca Titania con una expresión de preocupación.

Titania: ¿Urano? -dijo observándome detenidamente- Oh, Urano, realmente pareces mal... -se acerca a mí-

Simplemente suspiro y la miro; me agacho un poco.

Titania: (Se ve más delgado de lo normal) Me empiezo a preocupar, pero sacudo la cabeza.

Urano: ¿Por qué sigues viniendo aquí? Sé que me temes un poco... -cabizbajo- Realmente lo siento si no soy un buen planeta. (Tal vez Júpiter o Saturno sean mejores cuidando a sus lunas que yo.) -me levanto y me empiezo a marchar, esto era común, algunas de mis lunas venían  aquí para ver como estaba, pero me sentía culpable aún-

Me dirijo a mi pequeña casa, que era simple y acogedora. Entro en mi habitación, con paredes azul pastel (una petición de Saturno), suelo blanco, una cama y una gran mesa para dibujar (un regalo de Júpiter). En las paredes, hay algunos dibujos hechos por mis lunas que me hacen sonreír al verlos. Sin embargo, al mirar mi gran espejo, donde puedo ver desde mis pies hasta mi pelo, me siento horrible. Me siento gordo y feo. Por esto es que estoy solo? ¿Por ser horrible?... Mis ojos se cristalizan. Me acuesto en mi cama y lloro, ocultando mi rostro en la almohada. ¿Algún día seré hermoso? 

Al día siguiente, me despierto y voy al baño para cepillarme los dientes y ducharme. Al salir, me visto y me arreglo el largo cabello, haciéndome una trenza suelta. Decido no salir de casa, total, no tengo a nadie con quien hablar. Desde mi ventana veo a los planetas rocosos conversando entre ellos. Una leve sonrisa se forma en mi rostro. A veces desearía ser especial como ellos o tener un amigo.

Comienzo a sentir dolor de cabeza. ¿Será por no haber comido?

...........Días pasaban...........
Los días pasaban. ¿Cuánto tiempo hacía desde que no salía de mi habitación? Mi rostro mostraba grandes ojeras. ¿Cuánto tiempo hacía desde que no probaba un plato de comida? No lo sé. Las horas se desvanecían sin que me diera cuenta. Mis pensamientos se perdían en el vacío de la soledad. Me preguntaba si algún día sentiría la calidez de un abrazo o alguien hablando conmigo.Me encontraba sumergido en mis pensamientos cuando escuché unos golpes en mi puerta. Suspiré y me levanté de mi cama desordenada. Al llegar a la puerta, distingui dos voces, las de Júpiter y Saturno

Júpiter: ¿Urano? ¿Estás ahí? - preguntó con un tono preocupado-
Urano: -No quería escuchar sus lamentos-
Saturno: Urano, por favor sal. Hace mucho que no sabemos de ti. -Tenía lágrimas en los ojos-

Me se sentía abrumado por la preocupación de Júpiter y Saturno, quería abrir pero escuche una ultima cosa por parte de Saturno.

Saturno: -seca lagrimas- Déjalo Jupiter, tal vez es otro de sus berrinches, como siempre creyéndose importante -decía con un tono de asco-
Jupiter: Estas seguro...? -Saturno toma mi mano y me saca de ahí-

Tenía lágrimas cayendo por mis ojos. Nunca creí oír eso de Saturno. Me sentía triste. Subí corriendo a mi habitación, me tiré en mi cama y lloré por unas horas. ¿En serio pensaba eso de mí Saturno y Júpiter? Entré en un colapso de pánico. No tenía a nadie que me ayudara en este momento. Simplemente me desmayé.

ALONE // Urano AngstDonde viven las historias. Descúbrelo ahora