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Por lo general, cuando Sana esperaba a que Sally la llamara, se ocupaba de su trabajo. Sin embargo, había terminado temprano, así que no tenía nada que hacer y ninguna llamada que esperar, ya que Sally iba a ir a casa de su hermana por un tiempo y dejaría el teléfono en casa.
Se sentó en silencio en su habitación por un rato antes de decidir que pasaría el tiempo afuera. No había salido a caminar por un tiempo, así que decidió que sería mejor, y también porque sabía que Sally se enojaría con ella por no usar su día libre sabiamente. Se puso una sudadera con capucha, se guardó el teléfono en el bolsillo y bajó las escaleras con dificultad, saliendo a su porche. Comprobó las flores y, como esperaba, todavía no había crecido nada. Era la parte aterradora del cultivo de flores, al principio no sabías si algo estaba pasando todavía. Decidió que iría al parque. Trajo un pequeño cuaderno y un lápiz para dibujar lo que le rodeaba, como solía hacer con su madre cuando era joven. Vio el columpio y encontró un banco cerca. Se sentó, suspiró y comenzó a marcar líneas en su cuaderno.
──No, Minho, te dije que no fueras malo y no me escuchaste.
Sana escuchó decir a una mujer. Se dio la vuelta y vio a Sooyoung, regañando a Minho que parecía gruñón.
──¡Pero yo quiero helado como Gyu! No es justo. ──lloró, pero su mamá no cesaba. Sooyoung lo señaló con el dedo.
──Te lo dije un millón de veces. ¡No seas malo con las chicas! ¿Qué haces? Llamas a Jisu 'Puffy' hasta que ella lloró.
La boca de Minho se abrió de par en par.── A ELLA LE GUSTA QUE LA LLAMEN ASÍ. ¡ES SU APODO, MAMÁ!
──Bien, entonces ──dijo Sooyoung──, si eso no la hizo llorar. ¿Qué lo hizo?
Minho bajó la cabeza en señal de derrota.── La perseguí con un palo y le dije que si me acercaba lo suficiente la empujaría.
Sooyoung se quejó── Minho, no puedes andar haciendo eso.
──Ella de-merece-
──¿Se lo merece? ──Sooyoung terminó.
──Sí. Esa palabra. ──suplicó Minho.
──¿Por qué se lo merece? ──Sooyoung trató de comprender a su hijo. Minho agitó las manos.
──¡Es una niña!
Sooyoung suspiró y se alejó. Vio a Sana en el banco y saludó:── ¡Oh, hola! ¿Hablaste con mi esposo el otro día, creo? ──Sana asintió.
──Junhui. Sí. ──ella le sonrió y luego hizo un gesto hacia Minho, quien tenía los brazos cruzados y ensanchaba la nariz cuando la miraba.
──Así que ese hombrecito sigue teniendo problemas, ya veo.
Junhui caminaba con Beomgyu hacia ellos ahora. Beomgyu miró a Minho.
