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Tzuyu finalmente había colgado el teléfono, nunca lo había tocado y evitó mirarlo de nuevo. Simplemente no podía obligarse a sí misma. Se mudó de su casa poco después. Lo había hecho varias veces antes de establecerse en Inglaterra. Allí encontró a un apuesto hombre llamada Adam, con quien se casó. La pareja finalmente estaba esperando a su primer hijo y no estaba segura del nombre hasta que Adam encontró una nota adhesiva con "Junhui" garabateado en ella. Le había preguntado a Tzuyu qué significaba la palabra, pero ella negó tener conocimiento de lo que significaba o de dónde venía. Después de convencerlo, Tzuyu accedió a llamar a su primer hijo Junhui.
Junhui había tenido una infancia feliz, con padres amorosos que le dieron todo lo que siempre quiso o necesitó. Tzuyu le contaba cuentos a la hora de dormir todas las noches y, a veces, Chaeyoung también venía a compartir los cuentos. Unos años después, Tzuyu esperaba otro hijo. Casi al mismo tiempo, el amigo de Tzuyu, Dongmin, había perdido su larga batalla contra el cáncer. El segundo hijo de Tzuyu fue llamado Dongmin en su memoria. Tzuyu siguió manteniendo su cuaderno de fechas cerca de ella, planeando ir a visitar a Minatozaki Sana ella misma, pero no pudo hacerlo, por lo que se dirigió a la persona que le creería. Junhui.
Había seguido viviendo una vida buena y plena, pero sin olvidar nunca a la chica con la que hablaba por teléfono.
Sana se quedó mirando las huellas de las manos en la pared todas las noches durante semanas, hasta que notó algo escrito debajo de ellas.
"Te amo" leyó.
Había colocado su mano sobre la huella de Tzuyu y se derrumbó, escuchando Unchained Melody hasta que se durmió todas las noches, asimilando las palabras y maldiciendo el tiempo.
"Woah, my love, my darling I've hungered for your touch, A long, lonely time, And time goes by so slowly, And time can do so much, Are you still mine? I need your love." Todo lo que escuchó fue la voz de Tzuyu.
La foto de la joven Tzuyu estaba sobre su escritorio, enmarcada y sin tocar. Había cumplido todas las promesas que le había hecho a Tzuyu. Cuidó las flores, en las que habían florecido dos. Uno se mantuvo en el patio de Sana para crecer y vivir, mientras que el otro fue cortado y colocado en la tumba de Tzuyu.
Al cabo de un rato se dio cuenta de que lo que hacía Tzuyu no era egoísta y que era un acto de amor. Era el cliché "Si lo amas, déjalo ir". Y a Sana la dejaron ir.
Finalmente, Sana había salido a la calle por primera vez en más de un mes. Olió el aire fresco del otoño y recordó que la última petición que Tzuyu le hizo fue que viviera su vida. Así que eso fue lo que hizo.
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No hubo explicación ni respuesta sobre por qué un día, a fines de julio, tanto en 1970 como en 2020, una llamada telefónica había sido lo suficientemente poderosa como para romper el tiempo. Ni Sana ni Tzuyu habían ido a buscar a nadie ni se lo habían contado a nadie. Las llamadas telefónicas, por inexplicables e imposibles que fueran, y todo su contenido seguían siendo su pequeño secreto.
Las llamadas realizadas desafiaron todas las leyes del tiempo y el espacio, pero no coincidían con lo mucho que habían cambiado la vida de dos jóvenes. La conexión de esos dos corazones era más fuerte que la magia que los unía.
Entonces, por doloroso y trágico que se haya vuelto el final de esta historia, ahora sabes que una vez...
En el mismo cuarto, de la misma casa, con cincuenta años de diferencia... Sana y Tzuyu se habían amado.
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Ando destrozada 😭
Si no lloraron son unos insensibles 💔
Pero bueno, llegamos al final de esta historia, espero les haya gustado ♡︎
