CHIARA.
El sol me daba de soslayo en la cara y calentaba cada rincón de mi pálido cuerpo. Escuché la voz de mi mejor amiga muy de fondo, había perdido el hilo sobre lo que me contaba y su voz se mezcló con la de Alba que relataba lo sumamente atractiva, graciosa y ocurrente que le había parecido su ligue; aquella chica alta y pelinegra que se había acercado a nuestras toallas y había entablado una charla animada con mis dos amigas.
Cerré el libro que anteriormente leía, vi de reojo como Martin dormía de espaldas a los rayos del sol y mi hermano me imitaba.
– Al final he convencido a mis amigos y cenamos con vosotros. Te doy mi número y me mandas la ubicación del sitio y seguimos hablando y tal...–miré con descaro a la alta desconocida, hablaba directamente con Alba y me reprimí la risa al ver la diferencia de altura entre ellas dos.
– Guay, espera que coja mi móvil –y se agachó para rebuscar en su bolso hasta atrapar su móvil y dejárselo a la pelinegra para que tecleara unos números.
– Listo, aquí tienes y chicos, gracias otra vez por invitarnos, de verdad. Nos vemos más tarde –esta vez Natalia miró a todos los presentes y le sonreí con amabilidad antes de que diera media vuelta y volviera a marcharse.
La rubia mantuvo la compostura hasta que la tuvo lo suficiente lejos como para tomar de las manos a Ruslana y ambas comenzar a dar saltos en círculo. Para que luego diga que yo no sé disimular cuando me gusta alguien.
– ¿Qué ha pasado? –la voz ronca de Martin me hizo girar y nos miramos, su rostro demostraba lo adormilado que se encontraba y yo me encogí de hombros con una sonrisa pícara.
– ¿Por qué tanto grito? ¿Gira de Maneskin? –Alex tardó unos segundos en girarse también y mirar la escena con el ceño fruncido y la mirada confundida. Las chicas cesaron su alegría y descaro al escuchar las preguntas de mi hermano.
– Dios te oiga, Alexito –le respondió mi mejor amiga, la mayor fanática de ese grupo que conocíamos. No, todavía no le habíamos dicho que se han separado, pero lo haremos, prometido. Quizás en dos años o un par más...
– ¿Sabes ya que se han separado? –y la cara de Ruslana cambió como si le hubieran vertido un balde de agua fría por la cabeza y su cuerpo se hubiera congelado. Estiré mi brazo hasta llegar a la nuca de Martin y darle un golpe flojo en la zona.
– ¡Quedamos en que se lo íbamos a decir despacio y con tacto! –expresó la rubia para después envolver con sus brazos a la pelirroja en estado de shock. Me uní de un salto al abrazo y noté en mi piel el tacto directo de las pieles desnudas de mis amigas.
– Ya has traumatizado de por vida a la pelirroja, Martin, tío –dijo Alex desde su sitio, mirando a su amigo, el que solo se encogió de hombro mientras hacía un puchero con los labios. Pidió perdón en bucle y también se acercó para unirse al abrazo– ¿Y si dejáis ya de ser unos cursis y nos contáis ya qué pasa?
– Alba ha ligado con una tía y ahora ella y sus amigos están invitados a nuestra cena –explicó Ruslana ya recuperada y todos vimos las expresiones de sorpresa de Alex y Martin tan diferentes entre sí. El del bigote dio una palmada y sonriendo ampliamente dio un par de saltos que contagió a la rubia.
– Pues tenemos poco tiempo, vamos a casa a ponernos guapitos, ¿no? La única ligona estas vacaciones no puede ser Alba –mi hermano habló de nuevo y todos le hicimos caso.
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Amor de verano - Kivi
FanfictionLos amigos de Violeta cada día que pasa son más conscientes de cómo el estrés del trabajo y la tristeza por su reciente y última ruptura consumen a la pelirroja y se ponen de acuerdo para planear las mejores vacaciones de su vida. Tenían todo plani...