Con los ojos cerrados, Gabriela se sumergía en un trance profundo, concentrando su aura carmesí y luminosa. En un gesto fluido, extendió su energía vital, abarcando un radio de cincuenta metros.
-ARIA, línea baja con la Agente Búho-, solicitó Gabriela, mientras profundizaba su conexión con el flujo energético a su alrededor. La espera se volvía tensa mientras Gabriela buscaba presencias en el perímetro, sus sentidos agudizados por el aura.
De repente, la voz de ARIA cortó el silencio -Conexión exitosa... línea baja activada-.
-Búho, ¿dónde estás?-, preguntó Gabriela ansiosamente, esperando una respuesta. Desde el otro lado, la Agente Búho respondió después de un sonido de interferencia confirmando. -Te veo... no te muevas, Víbora. Estira tu brazo-.
Los sonidos de la comunicación por radio llenaban el aire, y casi instantáneamente, desde las sombras emergió con un vuelo silencioso y fugaz una figura casi etérea. Prácticamente invisible, un búho se posaba con gracia en el brazo extendido de Gabriela.
-¡Mwepesi!-, exclamó Gabriela con alegría, recibiendo al precioso Otus Elf con una sonrisa radiante. Mwepesi, el búho macho de Mariam, era una criatura de una belleza singular y enigmática. Su plumaje, tejido con tonos terrosos y dorados, evocaba los secretos ocultos de los bosques. Sus grandes ojos amarillos resplandecian con un brillo inteligente y sabio, como si contuvieran la antigua sabiduría de las leyendas ancestrales. Las plumas alrededor de su rostro formaban un delicado "penacho", añadiendo un toque de nobleza y distinción a su majestuosa estampa. Sus alas, largas y poderosas, estaban perfectamente diseñadas para el vuelo sigiloso y preciso que caracteriza a los búhos de su especie. Cada pluma se movía con gracia y sigilo a través de la oscuridad. A pesar de su compacto tamaño, su presencia era magnética, como si estuviera imbuido con la esencia misma de los bosques encantados.
Con gracia y majestuosidad, el entrenado y letal Mwepesi emitió un ulular suave y melodioso que llenó el aire con una melodía enigmática y encantadora. Su sonido resonó como una serenata nocturna, envolviendo a Gabriela en un abrazo de la naturaleza.
-¡Hola, precioso!-, saludó Gabriela con una sonrisa mientras sus ojos se encontraban con los de Mwepesi. El búho, como si comprendiera cada palabra, respondió con movimientos armoniosos, estableciendo un vínculo silencioso pero profundo. -Llévame donde tu mami-, le pidió Gabriela con cariño, y Mwepesi, sin dudarlo, emprendió un vuelo rápido y silencioso a través del oscuro callejón. Girando unos metros más adelante, señalando elegantemente un edificio casi en ruinas, apenas visible en la penumbra.
Gabriela notó de inmediato el lugar indicado y, con determinación, observaba cómo Mwepesi se elevaba con agilidad por la fachada del edificio hasta la cima.
-Entiendo-, murmuró Gabriela desde abajo. -Ahí está Mariam, ocultando su aura como siempre-, añadió con una sonrisa, reconociendo la astucia de su amiga.Decidida a seguir a Mwepesi, Gabriela se preparó para abordar su propio camino. Caminando con sensual seguridad, se desprendió del chaquetón y llevó las manos a los bolsillos de su chaqueta mientras calculaba la distancia hasta la azotea del edificio.
"Unos once pisos aproximadamente", pensó para sí misma, deteniéndose frente a la deteriorada estructura.
Con un gesto decidido, inclinó levemente las rodillas y concentró su aura en sus piernas, fortaleciendo y engrosando bruscamente sus músculos y fibras, esta expansión repentina habría sido suficiente para desgarrar un pantalón convencional.
Y en un movimiento fluido, potente y preciso, dió un salto que parecía desafiar la gravedad, dejando trizaduras en el pavimento a causa del intenso impulso , y aterrizando en la azotea con la misma gracia y silencio.

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Neon Justice: Agente Argo
Ciencia FicciónEn un mundo arrasado por la guerra, Argo entrena para convertirse en un agente de élite, la última línea de defensa de la humanidad. Con el futuro de su gente en juego y sombras acechando en cada esquina, deberá superar pruebas letales y enemigos im...