Ahmed, alegre y orgulloso, rápidamente vuelve en sí. Apartando cuidadosamente a los niños y niñas que se aferran a él, se dirigió al portón con determinación. En el sensor táctil, colocó un explosivo inteligente que, al detonar, afectó todo el sistema eléctrico, sumiendo las instalaciones en una oscuridad total.
Con un movimiento de manos le hizo señas a Larami, indicándole que podía entrar. Ella no perdió tiempo y se subió rápidamente al al-Rahman, conduciendo hábilmente hasta ingresar al complejo Aurora. El vehículo avanzó, su motor ronroneando suavemente en la penumbra recién creada.
Ahmed, mientras tanto, esperaba pacientemente la llegada de Larami. Una vez dentro, se encargó de cerrar el portón manualmente, con movimientos firmes y seguros. Colocó una cadena gruesa y la aseguró con varios candados, sellando la entrada.
La escena se desarrolló en un silencio tenso, interrumpido solo por los suaves suspiros de alivio de los niños liberados y los sonidos metálicos de los candados siendo asegurados. Ahmed, con el sudor perlándole la frente, miraba a su alrededor, satisfecho con su trabajo. El portón cerrado simbolizaba no solo una barrera física, sino también un cierre a una etapa de horror y el comienzo de una nueva era de libertad y esperanza.
Toribio y Larami, conscientes de la importancia de cada uno de sus próximos movimientos, coordinaron sus acciones con una precisión casi militar, asegurando el recinto y preparando el terreno para lo que venía. La compleja danza de liberación, que marcaría un hito en su misión de rescate.
-¡Atención, niños y niñas! Todos están a salvo ahora, no hay de qué preocuparse. Necesito que todos se formen en filas, por favor,- dijo Toribio en voz alta a los cientos de niños.
Ellos, todavía temerosos y desorientados, empezaron a organizarse lentamente en algo similar a filas.
Toribio agregó con firmeza -Ahmed, recolecta madera y papel, y pide ayuda a algunos niños que veas que estén con energía. Larami, vamos a traer todos los barriles de lata que encontremos.--Sí, Tori,- responde Larami, su voz suave pero llena de determinación.
La noche cayó rápidamente, y sin electricidad, los barriles de lata con fogatas empezaban a encenderse uno por uno, reflejando rostros con una esperanza impresionante en medio de la oscuridad. Larami, con una eficiencia nacida de la necesidad, sacó del al-rahman latas de conserva y frazadas, repartiéndolas entre los niños que se agrupaban alrededor de las fogatas. Su figura, moviéndose entre las sombras y su presencia, reconfortante en medio de la desolación.
Ahmed, por su parte, se encargó de repartir agua purificada de los bidones incorporados en al-Rahman. Con cada vaso que entregaba, sentía cómo una pequeña parte del horror se disipaba, reemplazadola por la calidez y la gratitud en los ojos de los niños.
El recinto, que hace apenas unas horas era un lugar de miedo y desesperación, ahora se transformó en un refugio. Las fogatas no solo calentaban los cuerpos, sino también los corazones, y el sonido de las risas y conversaciones reemplazó el silencio opresivo.
Los niños, envueltos en frazadas, comían y bebían, encontrando por primera vez en mucho tiempo un respiro de alivio.
Protegidos de la gran tormenta que se avecinaba, el grupo se unió en un lazo de solidaridad y esperanza. Las llamas de las fogatas reflejaban en los ojos de los niños, iluminando sus rostros con una mezcla de asombro y agradecimiento. Y en medio de todo, Los Mesha-Duat sentían que habían logrado lo imposible: Darles a estos pequeños una razón para creer en un futuro mejor.-Tori, este es el día más feliz de mi vida. Lo logramos,- murmuró Larami, tomando las manos de su esposo mientras se sentaban junto al calor reconfortante. En la distancia, Ahmed repartía agua y alegría entre los niños.

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Neon Justice: Agente Argo
कल्पित विज्ञानEn un mundo arrasado por la guerra, Argo entrena para convertirse en un agente de élite, la última línea de defensa de la humanidad. Con el futuro de su gente en juego y sombras acechando en cada esquina, deberá superar pruebas letales y enemigos im...