..Un gusto amargo..
*•.¸♡¸.•*♡*•.¸♡¸.•*Hael descansaba sus piernas sentado en el gran salón junto a otros invitados. Él no quería estar allí, mucho menos disfrutar de una cena con la familia Rodríguez. Más bien, su mente se encontraba completamente ajena a cualquier situación, con el corazón lleno de deseos de libertad. No es como si estuviera privado de hacer lo que quisiera; simplemente, ser como era no favorecía en absoluto los planes preparados por su madre para la familia. Después de todo, él deseaba leer algún libro de los tantos que salían cada mes y Denisse una fortuna familiar sin límites.
—Es un placer verte otra vez, joven Lee —se escuchó la voz masculina de la cabeza de la familia Rodríguez, Mario. Un hombre alto con cabello rubio platino, ojos de color verde oscuro, fuerte, frío y lleno de planes para mejorar la vida y posición de su familia. Justo el tipo de persona que Denisse adoraba para formar parte de su círculo social.
—El placer es mío, señor —expresó sin ánimos, levantándose de su lugar y estrechando manos con el hombre.
El castaño mantuvo su semblante imperturbable mientras estrechaba la mano de Mario Rodríguez. El hombre, con su mirada penetrante de color verde esmeralda y un aura que Hael describiría como: ambiciones ocultas, no era precisamente alguien que el joven deseara tener como aliado. Sin embargo, en ese momento, no tenía más opción que jugar el papel que su madre había trazado para él.
— ¿Cómo has estado? Tu madre me contó que llevas años viviendo solo —preguntó y afirmó Mario, soltando finalmente su mano y observándolo con interés.
Se esforzó por mantener la sonrisa diplomática en su rostro. No le gustaba tener que entablar conversación con el hombre que planeaba, junto a su madre, lanzarlo a un matrimonio arreglado con la obvia intención de mantener el patrimonio de ambas familias a salvo. La tensión en el aire era palpable para el muchacho que comenzaba a sentir ligeros nervios. Era una red que lo envolvía de forma brusca.
—Se podría decir que todo va perfecto; el vivir solo es, aunque no lo crea, una gran ventaja para mí. —respondió ante la duda del mayor mientras acomodaba su corbata rojo carmesí.
—Eso me alegra, muchacho. Entonces ya estás más que listo para tu boda, si es que eres tan independiente —le dio una palmada algo fuerte en la espalda al joven castaño, dejándolo sin aire en sus pobres pulmones.
Hael, al escuchar aquellas palabras, sintió un nudo en la garganta y una punzada en el pecho, como si se tratase de un yunque impactando en su ancha espalda.
¿Su boda? ¿Realmente tenían la cara como para decir que era SU BODA cuando ni siquiera tenía opinión en ese tema tan delicado?
Él no quería casarse con la heredera de los Rodríguez, ni siquiera el hecho de conocerla desde la infancia le hacía doblegarse ante la idea, por muy bonita y educada que fuera. Él quería seguir su propio camino, explorar nuevas emociones, leer libros, vivir la vida con una mujer que no fuese elegida por alguien más que no fuese su corazón. En el fondo, Hael sabía perfectamente a quién había comenzado a desear como una esposa, pero eso era solo un sueño inalcanzable para él. Su destino estaba sellado por el acuerdo entre su madre y Mario Rodríguez. Después de todo, él no tenía voz ni voto en el asunto.
Tragó saliva y buscó las palabras adecuadas para tratar de ir contracorriente.
—Señor Rodríguez, aprecio su consideración, pero... —titubeó—. No estoy seguro de estar listo para un compromiso tan importante. Ni siquiera tengo las cualidades adecuadas para ser un buen... —La expresión de Mario le cortó el habla, haciéndole sentir algo incómodo.
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❥Un final con Violeta❣
Lãng mạnNo imaginé que llegaría a amarte después de tantos años viéndote junto a alguien más, pero ahora... ahora deseo compartir un final contigo. En una vida tan ajetreada como la actual, Violeta, una mujer llena de sueños, es dueña de un bookcafé junto a...