Mina entraba a la organización YS. Más que una organización, eran una familia. Un gran equipo de mujeres trabajando duro para cobrar venganza de vidas inocentes que fueron arrebatadas por asesinos, mafiosos y más.
— Buenos días, Jeong — saludó a su compañera, quien se dirigía a los ascensores. Jeongyeon levantó su mano en gesto de saludo, pasando su mano por su rubio cabello.
— ¿Llegas temprano a tu entrenamiento?
— preguntó con una sonrisa. Inspeccionó a su compañera de pies a cabeza. Mina usaba un conjunto deportivo negro, zapatillas blancas y su típico peinado de cola alta con su flequillo en la frente. Ese tipo de peinados le sentaba muy bien ahora que su cabello estaba por la mitad de su espalda.— Decidí entrenar más horas. Cuando me llamen, debo estar preparada — las misiones se estaban haciendo más frecuentes desde hace algún tiempo.
— De acuerdo. Le avisaré a Nayeon, posiblemente ella baje a entrenar junto a ti
— Jeongyeon le regaló una sonrisa, entrando al ascensor.Mina siguió su rumbo, bajó las escaleras al sótano y entró a la sala de entrenamiento.
— ¡Oh, Minari! — Miyeon era la única que estaba presente, completamente sudada.
— Al parecer tuviste un buen entrenamiento
— rió la japonesa.— Ni te imaginas, tuve que pedirle ayuda a Lisa porque derribé el saco — hizo un tierno puchero.
— Esas son buenas noticias, tu resistencia y fuerza han incrementado últimamente. Estoy orgullosa de ti — Mina dejó su bolso de gimnasia en una banca de la sala, sacando sus guantes de boxeo.
— Eso fue gracias a ti. Todo lo que he aprendido desde que llegué ha sido gracias a ti — Miyeon tomó un gran sorbo de agua. — Te veo luego, Minari. Tengo pendientes por hacer — Miyeon se despidió, quedando sola Mina en la sala.
De su bolso, Mina sacó los guantes de boxeo y se dirigió al saco de boxeo. Su estrategia siempre era pensar en alguien a quien siempre ha odiado y que jamás perdonaría por las cosas que hizo: su padre.
Cuando Mina nació, su madre quedó débil después del parto. Los doctores dijeron que le quedaban muy pocos días de vida y efectivamente, luego de que los doctores trataran de hacer todo lo posible, su madre falleció. Mina solo vivió con su padre y su hermana Sharon. Ella estuvo ahí hasta que cumplió la mayoría de edad. Cuando Mina era niña, siempre se preguntaba por qué debía estar ocultándose de la gente. Su padre siempre la cambiaba de escuela o hasta incluso se mudaban constantemente.
¿De qué se escondía su padre? ¿A qué le tenía miedo?
Cuando cumplió los dieciséis años, su padre la llevó por primera vez a un campo de tiro. Le enseñó las tácticas más básicas, al igual que aprendió defensa personal. Su padre se sentía orgulloso de ella, al igual que de su hermana. Ambas eran más que increíbles en el manejo de armas, peleas y golpes. Pero Mina siempre se preguntó, ¿por qué su padre les enseñó todo esto? La respuesta llegó sola después de unos meses. Esa noche quedó guardada en la memoria de Mina. Jamás olvidaría cómo su padre asesinó a un hombre frente a ella y su hermana. Era una discusión, ambos hombres se gritaban sin piedad, hasta que el padre de Mina sacó un arma de su bolsillo, disparándole al hombre, sin fallar. Después de unos meses de ese traumático suceso, Mina descubrió que su padre era un mafioso, que estaba siendo altamente buscado en más de nueve países, por tráfico de cualquier tipo, incluso asesinatos.
¿Mina era hija de un asesino y mafioso? Sí, pero ella no era como su padre, jamás lo sería.
Cuando Mina cumplió los dieciocho, su padre la llevó a una casa. Ella no sabía qué hacía allí, hasta que su padre le entregó un arma antes de entrar.
Flashback
— ¿Qué esperas? Solo entra — la mano de Mina temblaba. ¿Qué estaba queriendo decir exactamente su padre?
— ¿Qué hacemos aquí? — la voz delicada de Mina se escuchó.
— Entra y mata a ese hombre de un tiro. Es una orden, Mina — su padre apuntó con su dedo a la ventana. Era un anciano, que al parecer estaba comiendo solo.
— N-No puedo, esto está mal... — dejó caer el arma al suelo.
— ¡Cumple con la orden que te di! ¡No deshonres nuestro apellido! — su padre la agarró del cabello, tirando fuertemente de este.
Mina pateó con fuerza a su padre, justo en su zona sensible, y corrió, corrió como nunca antes. No haría esto, jamás mataría a alguien inocente. Mina decidió ir a una estación de policía, pero era muy tarde, su padre había desaparecido del lugar.
Fin del flashback
Desde hace siete años, Mina no sabe nada de él ni de su hermana. Ella los ha estado buscando para cobrar venganza por todas las víctimas inocentes que murieron por culpa de él. Ella quería matar a su propio padre y lo llevaría a cabo.
Mina se concentró en el saco, pensó que el saco era su padre. Un repugnante y miserable hombre, que no merecía ni pisar esta tierra. Se puso en posición y dio el primer golpe. Suspiró y se puso en posición nuevamente. Luego el segundo. Pateó con su pierna más hábil, azotando el saco de manera impresionante. Cuarto. Quinto. Sexto. Finalmente el saco había caído. Mina sudaba como nunca antes; en tan solo un par de minutos había sudado todo su traje deportivo.
— Wow, cada día me sorprendes más, Mina
— entró aplaudiendo Nayeon. — Sí que le tienes odio al saco.— Le tengo odio a él — se limpió el sudor de su frente con su antebrazo.
— ¿Aún no pierdes la esperanza, verdad?
— Mina negó, caminando hasta su bolso de gimnasia. — Han pasado años, Mina. ¿Qué tal si alguien ya lo hizo por ti?— Espero que no. No sabes cuánto deseo ver a ese idiota muriendo en mis manos. Él me arruinó la vida, manchó nuestro apellido y el legado de toda mi familia. Aún no entiendo cómo es que mi madre lo sabía y nunca se alejó de él.
— Entiendo lo que sientes y, sobre todo, el por qué quieres cobrar venganza. Lo encontrarás, te lo aseguro — Nayeon la abrazó.
— Eh, estoy sudada... — Nayeon se alejó rápidamente.
— Se me había olvidado — rió.
Mina se detuvo un segundo, recordando algo importante.
— Unnie, casi se me olvida. Felicitaciones por cumplir diez años aquí. Eres pieza importante de nuestro equipo.
— Estoy feliz de haber llegado acá. Al igual que todas, tenemos un propósito: proteger a los que queremos y vengarnos por las víctimas.
— Me siento orgullosa de ser parte de este equipo. A pesar de que todas somos mujeres, sabemos lo que nos conviene. Podemos demostrar que somos mucho más fuertes que un hombre.
— Por supuesto. Solamente miren a Mina con esos súper abdominales — Nayeon le dio suaves golpes a los abdominales de Mina.
— Me sorprende, no he entrenado mi abdomen.
— Bueno, era obvio si te la pasas haciendo ejercicio — rodó los ojos de forma graciosa.
Mina se sacó los guantes, poniéndolos en su bolso y cerrándolo.
— ¿Te parece una competencia en el campo de tiro? — Mina acomodó su bolso en su hombro.
— ¿La que pierde invita el almuerzo? — propuso la mayor.
— Hecho — sonrió Mina.
Ambas salieron de la sala de entrenamiento. Sin duda, Mina no podría tener mejor compañía.
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The Price Of Silence ⁞ MiChaeng
Fanfic╰┈➤ A veces, confiar a ojos cerrados es mala idea. ⋆˙⟡˚₊‧꒰ა ☆ ໒꒱ ‧₊˚ ୨୧ ꡴ Esta historia está escrita por mi ꡴ Ship principal ⁞ MiChaeng ꡴ Está historia puede incluir otros ships ꡴ Fecha de inicio ⁞ 17.07.24 ꡴ Fecha de finalización ⁞ Está historia co...