l u n a m i a

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La confianza más valiosa es la que debemos tener en nosotros mismos.

Emma siempre creyó que estaba decidida a entrar en el mundo de la psicología, amaba aquella carrera.. había escuchado tantas anécdotas, que sin duda ella quería formar parte de aquel grupo en el cual todos lograban formar parte y construir su imperio ayudando y comprendiendo.

Se había postulado hace un año en la universidad de Salamanca, y después de harto trabajo y esfuerzo había logrado entrar. No se imaginaba en otra carrera, si no en aquella, en la cual desde chica había logrado tener un encanto en ella.

Su padre Robert junto a su madre Gloria habían sido una parte fundamental en la educación de su hija, que con su esfuerzo lograban emprender un buen camino a su hija, su padre logró sacar adelante a sus hijos en su profesión de carpintero algo que a ninguno de sus dos hijos se avergonzaba al contrario lo amaban y respetaban de una increíble manera. Pero una vez que Pau el hermano de Emma, el cual ha logrado destacar en el fútbol con todo su esfuerzo y pasión había cambiado la vida de toda su familia dando un gran giro.

— Madre, ¿no lo has visto? toda la noche me la pase estudiando que no me dio tiempo de buscarlo —. cuestionó por tercera ocasión emma, había buscado entre tantas repisas de libros aquel gafete que le aseguraba su entrada a la universidad

— Lo has tirado en la sala, lo he cogido yo.—soltó gloria una vez que le entrego el gafet—Te llevara tu padre, también llevara a Pau a su entrenamiento deberías apurarte, no querrás que tu hermano se fastidie

—Bajo en cinco, aún no estoy lista. —refunfuñó buscando ropa por doquier, no era una chica glamorosa pero sí que le gustaba verse bien

Pau amaba llegar puntual a todos lados y no lo culpaba, era una persona sumamente responsable. Sus entrenamientos eran lo que él necesitaba todo el tiempo, estudiaba si, pero no parecía importarle tanto como el fútbol y mis padres habían dejado de insistir así que sólo habían logrado que continuara sus estudios a través de la computadora y con un maestro en particular.

— Listo —sonrió una vez observándome en el espejo. Había optado por algo casual y cómodo, sabía que me la pasaría unas horas en la universidad antes de acompañar a mi hermano a tomar algún café o bebida como siempre lo hacíamos cada viernes es una rutina que jamás se perdía en ambos, y la verdad es que lo agradecía mucho.

Mientras bajaba las escaleras con lo necesario en mi bolso, observaba las fotografías en la pared. Nuestras graduaciones en nuestros cursos escolares, los museos que visitábamos en familia, los concursos que ganaba y sin olvidar la gran fotografía que representaba todos los sueños de mi hermano, su entrada al equipo de Barcelona, estaba orgullosa de él.

Pau siempre había logrado tener un sueño, y ese era ser un gran futbolista y me enorgullecía saber que lo estaba logrando

— Emma, no puedo llegar tarde a mis entrenamientos —suspiro pau una vez que Emma subió en la parte trasera del coche de su padre

—Lo sé, lo siento. Padre llevarás primero a paul, me han avisado que tendré las dos primeras horas libres, puedo acompañarlos un rato y después me llevarías a la uni —solté una vez que termino de leer el mensaje en mi celular, no sabía qué actividades estaban siendo suspendidas pero me tranquilizaba así podía estudiar un poco más y asegurar una buena nota.

—De acuerdo cariño, espero también decidas acompañarnos en el juego del domingo—soltó alegre—Tu hermano necesitará todo nuestro apoyo

— Padre, emma está lo bastante ocupada en la uni —soltó de pronto Pau— no quiero que se distraiga solo por un partido, se que ella me echa porras de todas maneras