Capítulo 3: silencio

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Alex sentía como los dientes del lobo desgarraban su estómago y empezaba a ser comido.
Gritó pidiendo ayuda antes de recordar que habían usado el hechizo SILENCIAR sobre el.
Deseaba desenfundar su espada pero para ello necesitaba ambas manos por la funda oxidada, pero si lo hacía su mano izquierda dejaría de presionar el corte de su garganta hecho por las garras del animal.
-no es un lobo normal, uno normal no usa las garras así-pensaba desesperado.
Era un lobo mutado por magia demoníaca, un ser de gran hambre, un lobo del Tártaro lo más bajo del antiguo ejército demoníaco.
Álex sabía que no tenía salvación, no sólo era la cantidad de sangre que había perdido, también era por tener ya los intestinos rotos y afuera.
Estaba listo para morir, solo esperaba que Rowan salvará al resto.
Vio su vida pasar ante sus ojos, vio a cada persona que le importaba, sobre todo a alguien y entonces se llenó de ira y algo más le dió fuerzas.

El tiempo le pareció que iba cada vez más despacio pero el no, tanteo con su mano libre el terreno y encontró una piedra y empezó a golpear con ella la cabeza del lobo.
Gritaba a todo pulmón mientras el lobo recibía los golpes en la cabeza, uno de ira, frustración y dolor emocional más que físico, tan fuerte fue que varios pájaros salieron volando de sus nidos.

Golpeaba una y otra vez, pero la bestia respondió y con un zarpazo lo cegó, pero sabía donde estaba a pesar de ello.
Escucho un grito femenino a la distancia y sintió como el lobo se fijaba en una nueva víctima y como está corría para huir.
Pero Alex lo agarró sin preocuparse por sus heridas.

Lo último que sintió fue como el lobo dejaba de moverse y poco después escucho como varias personas llegaban donde estaba el, pero solo distinguía las voces de su hermana y Julia.
Ambas lloraban desconsoladamente y sintió como Julia tomaba su mano.
-No es tu culpa-y esas fueron las últimas palabras de Alexander Arroyo antes de morir.

Varios días atrás.

Alex llevo la mano a la empuñadura de su espada por instinto tras las palabras del hombre de la armadura.
Pero enseguida la soltó, si peleaban llamarían demasiado la atención.
-Por tú reacción diría que estoy en lo correcto-dijo el hombre-siento recurrir a esto pero...
Entonces un palo de madera golpeó su casco.
-Auch-se quejó.
-Rowan, ¿Otra vez estás recurriendo a cosas turbias o amenazas?-dijo Sara con un palo en su mano-¿Cuantas veces tengo que repetir te que así asustas a la gente y le das mala impresión?
-Ya veo-respondio Rowan.
-Mira de verdad, olvídate de lo que te haya dicho-continuo Sara-pero la verdad es estamos un pelín desesperados y necesitamos ayuda. Viajamos nosotros 3 solos y no es que yo o Rose seamos de mucha ayuda en una situación de peligro que involucre luchar.
Al escuchar su nombre la clérigo parecía intentar esconderse detrás de Sara al notar que la gente empezaba a mirar la escena.
-Y hemos visto que también sois un grupo de tres, así que estaríamos muy agradecidos de que aceptarais el dinero o nos ayudarais de gratis-dijo Sara-trabajo de camarera en una posada de la isla a la que vamos durante la época académica y no puedo permitirme retrasarme con los envíos de dinero para ayudar en casa.

Alex suspiro.
-De acuerdo, trató hecho-dijo extendiendo la mano-el viaje a cambio de dinero para la comida y que Rowan no diga nada.
-El trato era por esa guitarra-dijo Rowan señalando una guitarra nueva de madera color marrón oscuro.
Entonces llegaron su hermana y Julia, la cual ahora bestia un atuendo de viaje compuesto por unas botas altas unos pantalones color crema y una capa azul marino.
También se había puesto una de esa cosas para sujetar al pelo cuyo color hacia juego con sus ojos ámbar, Alex sabía que conocía el nombre de eso, pero tenía la mente en blanco.
Desvío la mirada primero hacia la guitarra rota que aún llevaba en la mano y después a su hermana que tenía una estúpida sonrisa de oreja a oreja.
-¿Todo va bien?-pregunto Julia.
-Em esto, um bonito atuendo, te queda bien y ese clip de pelo también queda bien con tus ojos-dijo Alex poniéndose rojo-eso creo.
-Esto gracias, supongo-respondio Julia mientras desviaba la mirada ruborizada.
Kleat y Sara cruzaron las miradas y tuvieron una conversación silenciosa como si no fuese la primera vez que se veían y se fijo en la guitarra rota y noto que debió ser casi igual que la guitarra que Alex quería comprar.
-Ya veo-dijo con una sonrisa cómplice-hola soy Sara, este es Rowan y la señorita tímida que intenta esconderse detrás mía es Rose, le preguntábamos a vuestro compañero si podíamos ir en vuestro carro a cambio de dinero.
-Yo soy Kleat y ese tomate humano de ahí es mi hermano pequeño que es adoptado-dijo Kleat.
-Pero Kleat como se te ocurre decir eso, Alex nunca me dijo que era adoptado-respondio Julia habiéndose la ofendida.
-O dioses, no se cómo se me ha podido escapar Julia-continuo Kleat con la broma-seguramente ahora tenga muchas preguntas.
-Jaja, que par de comendiantes tenemos por aquí-dijo Álex ocultando su sonrisa, le encantaba que Julia volviera a ser la de siempre-¿Estáis de acuerdo con el trato?
-Por mi si, y si pasa algo sabes que puedo protegeros-respondio Kleat.
-Por mi tampoco hay ningún problema, cuantos más más divertido el viaje-dijo Julia-a demás, un par de viejos amigos también va a acompañarnos. Me los he encontrado en la posada.
-¿Larthus y Dunkhân?-pregunto Alex.
-Larthus y Dunkhân-confirmo Julia.
-Pues bueno, ¿Porque no les preguntamos personalmente también?-Dijo Sara.
Alex vio como el grupo de Rowan acompaña a Kleat y Julia a la posada y por primera vez tenía un buen presentimiento sobre este viaje.

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⏰ Última actualización: Jun 30 ⏰

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Academia de aventureros después de la derrota del rey demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora