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POV Nami

Observaba las nubes pasar desde la ventanilla del taxi que me llevaba a casa, un día más en la oficina. Soy programadora y trabajo en una de las empresas más prestigiosas de Tokio. Trataba de despejar mi cabeza después de cruzarme con los ojos azabache de un atractivo pelinegro.

*FLASHBACK*

Me dirigí a retocar mi maquillaje y acomodar mi cabello, luego de haberme frustrado intentando resolver la implementación de algunas funciones. "Ése algoritmo no va a vencerte, Nami. Usa la lógica", me dije a mí misma frente al espejo del tocador. Refresqué mi rostro, arreglé mi ropa y retocé mi labial. Sabía que era atractiva; no necesitaba exagerar con el maquillaje. Después de secarme las manos, salí hacia los ascensores.

Mientras esperaba, escuché risas provenientes cerca de donde estaba. Me giré suavemente para ver de reojo a un chico rubio alto en traje, refunfuñando en respuesta a otro de cabello verde que lo miraba con mala cara. Un chico narizón moreno intentaba calmarlos, y detrás de ellos, el chico más atractivo que había visto en mi vida. Vestía un traje gris con camisa blanca, y su cabello negro estaba despeinado, con una cicatriz bajo el ojo izquierdo y un sombrero de paja como si no le importaran las normas de la empresa. Se reía de los comentarios del rubio y el peliverde. 

Al mirarme, amplió su sonrisa, y me quedé mirándolo unos segundos que parecieron eternos, hasta que el sonido del ascensor me sacó de mi trance. Caminé lo más rápido posible hacia el interior del ascensor y al bajar me fui rápidamente hacia mi cubículo, mordiéndome la uña del pulgar sintiendo el calor en mis mejillas.

*FIN FLASHBACK*

Suspiré resignada. Saber que era atractiva no me servía de nada si no tenía las agallas para saludarlo o presentarme. Así que comencé a mirarlo desde lejos, preguntándome si alguna vez tendría el valor de hablarle.

Bajé del taxi después de pagar al conductor y me dirigí a mi apartamento. Preparé la tina para darme un baño cuando escuché mucho ruido proveniente del apartamento de al lado. Una vez más, Koala estaba con su novio Sabo, haciendo las "reparaciones de los martes". Al menos alguien se divertía 😏

Di dos golpes en la pared del comedor para que bajaran un poco la intensidad. Luego, verifiqué que el agua estuviera caliente y me sumergí en un baño con sales perfumadas, tratando de relajarme. Pero cada vez que cerraba los ojos, pensaba en él, imaginando que mis manos eran las suyas. Me sonrojaba al imaginar todo lo que podríamos hacer, pero me daba cuenta de que eso no me acercaría más a él. Necesitaba hacer algo para llamar su atención.

Salí de la tina, me envolví en una toalla rosa y fui a mi cuarto. Tenía que hablar con alguien sobre lo que sentía, sobre mis sentimientos encontrados. Solo ella podría ayudarme a entender. Sin pensarlo mucho, marqué su número, y Robin me atendió al instante.

Oi Robin, ¿cómo estás? - sonreí feliz.

Hola Navegante-san, acabo de darle el biberón a Kuina... Me alegra escucharte bien. -

Etto... Robin... Necesito un respiro, así que pensaba ir a visitarlas este fin de semana. ¿Te parece bien? - suspiré.

fufufu, cuánto misterio, navegante-san - dijo con tono divertido.

Sí, bueno, supongo que necesito desconectar un poco. Además, hay algo de lo que quiero hablarte en persona. - inflé las mejillas.

Ara, ara, pero mira quién ha madurado. Fufufu - su tono amigable resonó del otro lado de la línea, y también sonreí.

Gracias, Robin. Y ya te dije que me llames Nami, ya no somos niñas. - sonreí más ampliamente.

*.✧_Inesperado Amor: Las estrellas alineadas _✧.*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora