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Era viernes, el primer recreo había iniciado y Minji y Yunjin reían a carcajeadas, entre impresionadas y sin creérselo. Kazuha solo sonreía con una mueca graciosa en el rostro, Hanni tenía una sonrisa malévola y Danielle se tapaba el cuello como podía.

—¡Dios mío, realmente Hanni es un vampiro!

—¡Cállense! —reclamó Dani con un puchero, golpeando de paso el hombro de su novia que la tenía abrazada como koala.

El grupo solo pudo reír con más fuerza ante la vergüenza de la australiana, quien había llegado al instituto con un polar cerrado hasta el cuello. Tiempo después, olvidándose del desastre en su piel por el calor que sentía, bajó el cierre, revelando chupones rojos y morados.

Lo que pasa es que ayer por la noche, como Hanni vivía cerca de su chica, se había escapado de su hogar para llegar al de Marsh, haciéndole pataleta por los tweets y el "coqueteo" que se estaba atreviendo a tener con Minji. Danielle le dijo que era broma, solo querían molestarla, pero aquello no fue suficiente para la vietnamita, y cuando la menor la besó para que dejara de hacer un espectáculo por una estupidez, Hanni se encargó de llenarle el cuello de chupones para recalcar que tenía novia.

—No debes avergonzarte, Dani, te queda muy lindo el morado —besó su mejilla.

—¡Hanni!

Mientras Danielle le reclamaba entre gritos y las otras reían más, Minji pudo ver a Haerin a unos metros. Venía caminando por el pasillo con su grupo de amigas y en pocos segundos pasarían por su lado.

Hicieron contacto visual, y cuando Minji quiso sonreírle discretamente, Haerin había apartado la mirada y pasaron de largo con las chicas.

Su ceño se frunció, ¿acaso la había ignorado?

Trató de disimular que no le afectó aquello, pero cuando el timbre volvió a sonar, indicando que debían entrar a clases, Kim ya se había alejado de sus amigas y le escribió a la menor que fuera a los baños del primer piso.

—¿Unnie? —Haerin asomó la cabeza por la puerta del baño, y su corazón se aceleró como loco cuando la vio apoyada en los lavamanos de brazos cruzados. Se veía algo molesta, pero Haerin estaba tan acostumbrada a verla así que no le llamó la atención y solo pensó que era su expresión de costumbre—. Hola...

Se acercó con una sonrisa de colmillo, llegando hasta enfrente suyo y mirándola hacia arriba. ¿Sería muy arriesgado si le daba un pequeño besito? Hae sabía que sí, pero eran tantas sus ganas que simplemente ignoró todas las luces rojas que se encendieron en su cabeza y alzó sus pies, robándole un beso.

Por suerte el baño estaba vacío, porque o sino Haerin no lo hubiese podido hacer.

La mueca amargada de Minji desapareció al momento de sentir los labios de la niña sobre los suyos, y fue ridículo lo poco que le duró la "molestia".

Kang se iba a separar, pero Minji le agarró la cintura con una mano e hizo que el encuentro durara un poco más.

Se separaron con una sonrisa, sintiendo el calor en sus mejillas.

—Hola... —volvió a decir Haerin, hipnotizada por esos rechonchos labios de la mayor. Su unnie era preciosa.

—Hola —rió, aunque frenó de golpe recordando el recreo de hace un rato. La más baja vio como su cara cambiaba de felicidad a tener el ceño fruncido—. Oye, ¿por qué me ignoraste?

—¿Cómo? —ladeó la cabeza, confundida.

—En el recreo, hicimos contacto visual y simplemente pasaste por el lado como si no me conocieras.

mona culia | catnipz auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora