𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓𝐌𝐀𝐑𝐄𝐒.

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Jungkook siempre tenía pesadillas, Kim lo sabía desde que comenzaron a salir. Se despertaba de un sobresalto, no se ponía de pie pero sí se removía lo suficiente para despertar a su pareja. Nunca quería hablar de ello, así que Taehyung nunca preguntaba. Algunas noches se quedaba en la cama. El pelinegro daba vueltas y hundía al mayor entre sus brazos, acariciaba el hombro ajeno hasta quedarse dormido. Otras noches se levantaba, merodeaba por la casa hasta que caía rendido sobre el sofá o se abría paso hasta la mañana siguiente y terminaba preparando el desayuno. Taehyung odiaba despertarse solo, y Jeon lo sabía. Decía que en esas noches, al menor, echarse sobre el cómodo sofá le erizaba la piel. Necesitaba mantenerse despierto, tenía que ocuparse para andar despejado.

Fué unos de esos tipos que tardó casi un año y medio en admitir que le gustaba hacer la cucharita. Ahora él y Taehyung dormían así la mayoría del tiempo. Poco antes de que este se despertara, Kim estaba ahí, atrayéndolo a su cuerpo en cuanto Jungkook comenzaba a sobresaltarse alrededor de su abrazo, con la frente pegada a su espalda. Un grito se escapó desde el fondo de su garganta mientras se tensaba contra su pareja. Lo atrajo mientras este respiraba entrecortadamente.

Devolvió el apretón, tragando saliva de forma dificultosa.

— Estoy bien... — el mayor asintió contra su pecho y se estiró para darle un beso en el hueco de su cuello. Podía sentir como se relajaba a su alrededor.

— No pasa nada, — murmuró Kim.

— Estoy bien... — repitió nuevamente en un susurro.

Tae tararea de manera dulce, apretándose de nuevo contra él. Pasa una pierna por sobre su cintura y le tira para tumbarle boca arriba, así acurrucándose más contra Jeon.

— ¿Vas a poder volver a dormir?

Jungkook entre abrió la boca unos pocos segundos antes de cerrarla y apretar sus labios en una línea recta. Dudando de su respuesta.

— ... No creo, — dejó escapar un suspiro.

El mayor, con una mano acariciando la mejilla de su novio, se coloca sobre él y le proporciona besos en la zona de su mandíbula. Gime debajo de su chico mayor.

Deslizó los dedos por su vientre y los mete bajo el dobladillo de la camiseta pijama que Jungkook traía esa madrugada. Es como un horno, siempre un poco caliente. Le encanta acurrucarse contra el pelinegro, en invierno es su propia calefacción personal. Traza la V de su pelvis, hundiendo sus dedos justo por debajo de la cinta elástica de su bóxer.

— La puta madre...

Gira la cabeza para besar a su mayor, manteniendo un brazo alrededor de su fina cintura. Sus dedos se clavan en los abultados muslos de Taehyung, tirándole hacía él para apretarlo firme y caliente entre sus tensos brazos.

— ¿Querés que nos detengamos o está ayudando? — pregunta contra la boca del menor.

Él asiente, dándole una respuesta vaga por la poca atención a sus palabras y tira de Tae hasta colocarlo encima suyo, hundiendo una mano en cada muslo. Levanta las caderas lo suficiente para deslizar fuera de si su pantalón pijama junto a su bóxer a la altura de los muslos. Hace lo mismo con el azabache, y distraídamente, pasa sus manos por sus nalgas desnudas. Kim se mueve contra él, sintiendo como su semi erección acaricia su agujero trasero sin penetrar. Sus pestañas revolotean y cierra los ojos, concentrándose en el roce de sus intimidades.

Cada vez que Jeon intenta arquearse contra su novio, el contrario se mese un poco más.

— Dale ya... — gime, enroscando las manos en la fina cintura ajena.

— ¿Mmh? — se desliza de nuevo contra el pelinegro en una mera provocación, — ¿entonces lo querés? — Kook vuelve a gemir y asiente eufóricamente, viéndole con una notable súplica en su bonita y desesperada mirada.

¿Y cómo poder decirle que no a una carita como esa?

Hundiéndose lentamente sobre él, Kim desliza con cuidado la camisa ajena por sobre su cabeza para dejar al descubierto el torso fuerte y atractivo de su novio. Puede sentir cada músculo tenso bajo sus palmas. Siente la respiración entrecortada contra su cuello mientras sus caderas realizan un vaivén sobre Jeon una vez que está completamente dentro suyo.

— Ahí... — sisea. No le miró, manteniendo sus ojos cerrados todavía y con la cabeza reposando contra la almohada.

— Mírame, — con la yema de sus largos dedos traza la magnitud de su cuello y roza la piel de su garganta con suavidad. Finalmente Jeon mirá al azabache, este sintiendo la nuez de Adán subiendo y bajando en la punta de sus dedos al pasar saliva. — Buen chico...

Las mejillas del menor se tiñen de rosado mientras aparta la mirada. El elogio es un reciente descubrimiento. No puede exagerar o Jungkook se va a enojar, aunque no le sienta mal uno medianamente ligero. Aún más cuando está debajo de Tae de esa forma.

— Empezá, por favor... — Dice, volviéndose a mirarlo.

Vuelve a trazar circulos, retomando el ritmo de sus movimientos. Dándole lo que no le gusta. Kook gruñe y clava las yemas de sus dedos en las caderas de su chico.

— Ya sabés a lo que me refiero.

Con una sonrisa burlona, Tae se inclina hacía Jungkook para besarle como compensación de sus burlas. Por cuenta propia del menor una de sus manos se deslizan por la extensión semi elevada de su pareja y con cuidado, comienza a un sube y baja contra la carne caliente. Este gimotea entre besos mientras se arquea, sintiendo el manoseo en uno de sus cachetes traseros producida por la otra mano ajena.

Fue entonces cuando Taehyung comienza a sacudirse contra él. Vigorosamente sisea contra sus labios, amasando con entusiasmo el trasero rechoncho de su amado mientras continúa complaciéndole desde delante. Las manos del mayor descansan sobre el pecho de su menor una vez que se separa del beso, gimiendo en lo que hunde sus caderas contra las de Jeon.

Sabe el azabache que el pelinegro está cerca cuando sus ojos se cierran y se reducen a pequeños gemidos. Atrapa su barbilla entre sus dedos y le roza el labio inferior con el pulgar.

— Mírame cuando te corras. — sus ojos se abren, sólo un poco. Abre la boca como si fuera a decir algo, pero todo lo que sale es otro de sus ruiditos sucios. Sus ojos se vuelven a cerrar. — Jeon, ya me escuchaste, — le mete los dedos por la boca. — Mírame...

Vuelve a abrir los ojos y traga saliva. Luego asiente, sin dejar de mirarlo. Sólo dura unos instantes más, con la respiración entrecortada mientras se esfuerza por mantener el contacto visual con Taehyung.

El sonido que hace cuando se corre es absolutamente delicioso. Sus caderas tiemblan bajo las de su novio. Se aferra al muslo ajeno como si fuera su salvavidas. Kim se inclina, besa su mandíbula y se relaja en sus manos que suben por la espalda por debajo de la camiseta. Se aprieta contra él y le besa, un poco más somnoliento que antes.

— ¿Terminaste? — pregunta contra su boca. Se besan delicadamente.

— Estoy bien...

— No es lo que pregunté.

Roza con los dientes el labio inferior del pelinegro, una de sus manos y la desliza hacía su miembro. Taehyung no tiene que decirle lo que quiere. Él desliza su dedo corazón contra su punta.

— No, no lo hice...

Baja la mano por su espalda, la mete bajo la manta que los cubre y le toca el culo. Le empuja para que se tumbe boca arriba, poniéndose encima del mayor. Lo besa con firmeza pero despacio.

Kim no dura mucho así, gimiendo en su boca, hundiendo los dedos en su pelo hasta que se corre, el nombre de Jungkook sale de su boca mientras este arquea contra su mano.

— Así me gusta... — le rodea la espalda con los brazos, se besan una vez más antes de que él se acurruca contra el pecho del mayor. El azabache rodea los hombros con los brazos. Ya no está realmente cansado, pero que le parta un rayo si se mueve y lo despierta. Juega con su pelo mientras ve la luz del amanecer entrar por la ventana. Taehyung se duerme justo antes de que el cielo empiece a teñirse de naranja, con sus dedos enredados en el pelo de Jeon y su respiración lenta y uniforme contra su pecho.

pesadillas, kooktae.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora