The Perfect Family #PGP2024

EPÍLOGO

«La familia perfecta no existe, y es un hecho innegable que las que sí lo hacen pueden provocarnos verdaderos quebraderos de cabeza, sin embargo, admito que contar con una, al final del día, no está tan mal.»

O al menos ese es el pensamiento fugaz que domina mi cabeza mientras observo a la dulce Romina, quien parece divertirse como nunca antes en su vida haciendo figurillas abstractas en la arena que no tardarán en ser arrasadas por las olas en tanto el resto de nosotros pretende no ser testigo de la tensión sexual que emanan las miradas pobremente disimuladas que comparten Rigo y Alondra justo enfrente de nuestros ojos.

En realidad, yo finjo básicamente bajo coacción. Estaba completamente resuelta a hacer un mal chiste que involucrara “asaltar cunas” y a “bebés con gerontofilia” cuando mi madre me convenció de que mantener la boca cerrada sería una mejor idea. Insólitamente, sentí una extraña inclinación por acometer su pedido.

«Respecto a eso, acabo de notar que tener una mamá podría afectar mi independencia y boicotear mi autodeterminación.»

Con ello en mente y la amenazante cercanía de la noche acechando, la temperatura desciende de manera acelerada en Playa la Concha y el espectáculo de colores que nos ofrece el ocaso nos rodea y acoge de modo protector, cual manto generosamente dispuesto a cobijarnos.

Construir una fogata ha sido un reto digno de “Supervivencia al desnudo” en lo que a Fer concierne, solo que con ropa y un mechero en lugar de quedar varado durante semanas en alguna región inhóspita del planeta.

«El trabajo de oficina es definitivamente lo suyo. No sobreviviría ni un día fuera de la civilización.»

No obstante, por fin lo ha conseguido, así que celebra su “increíble” logro pavoneando su varonil rudeza recién adquirida en medio de un subidón de epinefrina que me produce vergüenza ajena mientras Nanda le sigue el juego encantada, con ojos radiantes y sonrisa complaciente. Solo rezo al Sagrado Corazón de Jesús para que Alfonso y yo nunca protagonicemos esta clase de espectáculo excesivamente empalagoso.

Todos permanecemos reunidos alrededor de las llamas y la danza de sombras flameantes se proyecta sobre el rostro de Ingrid revelándonos su expresión apesadumbrada. Separarse de Román ha apagado parte de su espíritu e incluso desde mi posición percibo el conflicto mental que sacude sus pensamientos.

—Espero que eventualmente puedan arreglarlo —Soledad no necesita contexto, intuye exactamente a qué me refiero.

—Oh, no los conociste en sus inicios, te aseguro que no los apodé “la pareja más melosa del planeta” en vano. Nanda y Fer son apenas la punta del iceberg. Créeme, mi cuñada encontrará la forma de perdonarlo.

—¿Y tú? ¿Podrás hacerlo?

—Ha sido mi hermano y mejor amigo toda la vida, cariño; no podré guardarle resentimiento para siempre. Inclusive en el fondo, por momentos, me parece que ya lo hice. Pero prefiero dejarlo sufrir un rato más. ¿Qué hay de ti?

—También disfruto la idea de hacerlo sufrir.

Las dos reímos en sintonía hasta que Romi insiste en que cantemos alrededor del fuego tal como hizo junto a sus amigos en el campamento de niños pijos al que asistió el verano pasado. También persuade a Rigo para que nos acompañe con los acordes de su ukelele y me toma por sorpresa porque ni siquiera sabía que tocaba y tenía uno, mucho menos que lo traería consigo a una acampada al aire libre cuando olvidó algo tan elemental como su linterna.

«Cosas de ricos.»

Y así, durante la que estupendamente podría ser la escena final de alguna comedia adolescente ordinaria, mis cavilaciones iniciales continúan:

«Antes dije que la familia perfecta no existe, ¡y lo sostengo! Asumir una locura como esa sería abrazar una utopía. ¿Pero saben qué? Eso no importa. Porque todo lo que necesita una familia para mantenerse unida, es una pizca de amor combinado con respeto.»

Supongo que solo nos queda perdonar e intentar tolerarnos.

Nota de la autora:

Otra linda aventura ha concluido y como siempre, ha sido un inmenso placer compartirla con ustedes.

¡Muchísimas gracias! <3

Con cariño,

Lis

PD: ¡No puedo esperar para que revelarles lo que Alondra nos tiene preparados!

Pero esa es otra historia... ;)