Prologo

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Talia cargaba a su bebé mientras se despedía de ella, le cantaba y le daba besos, ella no pudo llorar, eso la hacía débil. Cuando por fin estuvo lista dejó a la bebé enrollada en una cobija a fuera de un orfanato, no sin antes dejar una carta y el collar que su bebé llevaba puesto.

Leila W.
T & B
2009

Cuando Talia tocó la puerta se escabulló dentro de unos arbustos, viendo como una señora recogía a su amada hija del suelo.

—¡Es el segundo bebé hoy!—dijo mientras gritaba enojada— ¿¡Por qué demonios tienen hijos si los van a abandonar!?—después de que la señora gritó hacia la bebé se metió con ella en brazos.

Talia tardó varios minutos en aceptar su decisión.
Solo podía existir un heredero, y ese era su hijo Damián.

Al principio Talia visitaba a su hija en ciudad gótica, ella iba al orfanato y les llevaba juguetes a los niños siendo una "benefactora" del orfanato. Talia solía acercarse a Leila y hablar con ella por ratos.
Al pasar los años Talia dejó de ir, y Leila dejó de ser la misma pequeña alegre y simpática que su madre conoció, se volvió vengativa, y una aprendiz criminal, la cual robaba carteras, relojes, incluso casas.

Leila odiaba al mundo, y en especial a sus padres, quienes la abandonaron.

La hija de Batman Donde viven las historias. Descúbrelo ahora